Entrevista
«No esperamos una mortalidad tan alta de Covid-19 como en la primera ola»
La inmunóloga María Montoya alerta, sin embargo, de que una coinfección de Sars-CoV-2 y gripe aumenta un 50% el riesgo de desarrollar enfermedad respiratoria grave
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María Montoya es inmunóloga del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas del CSIC y miembro de la Junta de la Sociedad Española de Inmunología. Esta investigadora lleva años estudiando distintos tipos de coronavirus, sobre todo el de la gripe. Ahora mismo está trabajando ... en un proyecto para abordar la inflamación exacerbada que produce el Covid-19 en algunos pacientes graves teniendo en cuenta que con la llegada del invierno en el hemisferio norte se podrían producir coinfecciones de este nuevo coronavirus con el virus de la gripe o el neumococo. «Sabemos que tenemos el virus entre nosotros y nos preocupa muchísimo lo que nos puede esperar. Tenemos que adelantarnos a lo que va a venir», asegura Montoya.
En el hemisferio sur es probable que el Sars-CoV-2 ya esté conviviendo con el virus de la gripe estacional, ¿hay algún estudio que nos indique cómo se está comportando la coincidencia de ambas infecciones?
Por ahora no tenemos ningún estudio publicado de personas que hayan padecido ambos coronavirus en el hemisferio sur por lo que solo podemos especular. Hay datos sobre coinfecciones de Sars-CoV-2 y el virus de la gripe en China y los datos muestran un empeoramiento de los síntomas, con una prevalencia del 50% en los pacientes fallecidos. Actualmente, estamos solicitando financiación para estudiar el tema de la coinfección de Sars-CoV-2 y otros patógenos como el virus de la gripe, ya que necesitamos conocer cómo se va a comportar y qué tratamiento es el adecuado en estos casos.
¿No le parece llamativo que no tengamos aún información al respecto?
Ahora los países del hemisferio sur están en la fase en la que nosotros estábamos en Semana Santa. Están intentando controlar la pandemia y para hacer estos informes se tienen que hacer no solo los diagnósticos de coronavirus , sino también los de la gripe y el de otros patógenos. Es un poco complejo. Desde luego estamos esperando datos de nuestros colegas del hemisferio sur, pero no los tenemos a día de hoy.
¿Hay algún dato que nos indique si la presencia del Sars-CoV-2 puede hacer disminuir la circulación del virus de la gripe?
No, no hay ningún dato por el momento que nos diga que el virus de la gripe pueda disminuir la infeccción de Sars-CoV-2 y viceversa.
«Al principio éramos optimistas y esperábamos que se comportara como el Sars-CoV-1 de 2002, es decir, que podía morir por la baja la transmisión pero no ha sido así»
¿Qué nos espera entonces en invierno?
Creo que lo mejor es prepararnos para la oleada de gripe que pueda venir en el hemisferio norte. No tenemos vacuna frente al nuevo coronavirus, pero sí tenemos para la gripe, entonces la recomendación de vacunarse frente a la gripe es una indicación que hacemos desde el mundo científico. Es una recomendación para usar las herramientas que tenemos contra las infecciones virales tales como la gripe.
¿Hay alguna proyección de cuánto podría aumentar la mortalidad con la coexistencia del Sars-CoV-2 y la gripe?
Lo que hay son estudios con un número muy bajo de pacientes donde han analizado la coinfección en China. Estos estudios apuntan a que cuando hay una infección por el virus de la gripe, existe una probabilidad de un 50% de desarrollar enfermedad respiratoria grave en el caso de coinfección. Estos estudios son pequeños y nos indican lo que pensamos empíricamente, es decir, que no es bueno que una persona tenga una coinfección.
¿Puede que el virus Sars-CoV-2 muera antes de que llegue la vacuna?
Es lo que pensábamos de forma optimista con los datos de China al principio de la pandemia. Pensábamos que el Sars-CoV-2 podía comportarse como el Sars-Cov-1 de 2002, es decir, que podía morir por la baja la transmisión antes de que se desarrollara las vacuna. Pensábamos que eso podía ocurrir también con este virus, pero el Sars-CoV-2 ha demostrado que tiene una alta transmisión y el virus sigue recirculando. Lo más probable es que siga circulando hasta que tengamos una cierta inmunidad natural o mediante una vacuna porque sigue habiendo gente susceptible, es decir, que no tienen ninguna protección inmunológica. Podemos hacer esta afirmación porque pese a las medidas de contención tan drásticas tomadas en España o en otros países, el virus ha seguido circulando, mucho menos pero ha seguido circulando. Otros virus con menos transmisión se hubieran eliminado.
¿Usted cree que de producirse una segunda ola del virus en otoño la mortalidad podría ser tan alta como en la primera?
El tema de las olas es intrínsecamente impredecible porque depende de cómo nos comportemos, ya que somos nosotros los que transportamos el virus. Hay personas que se despistan un día y el virus está ahí para infectarnos. Es bastante impredecible pero seguiremos teniendo olas de infección con este virus hasta alcanzar inmunidad en un porcentaje elevado de la población. Ahora, si esa ola va a ser tan grave como la que sufrimos en Semana Santa es menos probable porque conocemos mucho más de la enfermedad y sabemos cómo tratarla. Aunque no haya tratamientos específicos, contamos con medicamentos que se han reposicionado para tratar a pacientes graves. La primera ola nos pilló a todos desprevenidos y a eso se debió en parte la alta mortalidad. Actualmente, el conocimiento aunque no es completo, es mayor y, por tanto, no se espera una mortalidad como la de la primera ola. Es imprescindible reforzar los servicios sanitarios y de investigación después de lo que hemos aprendido.
La gripe se comporta de una manera o de otra según la temporada, ¿podemos saber cómo va a ser la gripe este invierno?
El conocimiento que tenemos del virus de la gripe es más amplio porque se lleva estudiando muchos años. Lo que pasa es que es un virus que muta y cambia muchísimo más que el nuevo coronavirus. Por eso hay una serie de laboratorios de referencia por todo el mundo, que están auspiciados por la OMS, y describen las cepas del virus de la gripe que circulan cada año. Con esta información, la vacuna se adecúa cada año a esas cepas circulantes.
Es muy raro entonces que haya sorpresas...
A veces la vacuna protege más o protege menos porque el virus va cambiando, pero todos los años se monitorizan esos cambios y se adapta la vacuna lo mejor posible a los virus que circulan cada año.
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