Hoy te enseñaremos cómo debes pesar los alimentos, ya sea antes o después de la cocción, lo cual nos ayudará a establecer unas proporciones correctas y que los resultados de nuestras elaboraciones sean siempre precisos. Cómo cocer los mejillones al vapor, cómo cocer percebes o cómo cocer marisco en casa y que quede perfecto.
El pesaje de los alimentos en la cocina es un aspecto de vital importancia, ya que con ello nos aseguramos de que las recetas sean precisas y que la ración por cada comensal sea la adecuada. De igual manera, debemos tener en cuenta que existe una gran diferencia entre el volumen y la masa de los ingredientes antes y después de ser cocinados.
La recomendación que te damos es considerablemente sencilla y consiste en tener una buena báscula de cocina a mano, siempre. Nos vale una báscula digital o incluso las que tenemos de toda la vida, siempre y cuando funcione bien y nos dé las cantidades exactas, el pesaje estará bien hecho. En el caso de que no tengas una báscula, no debe cundir el pánico, ya que el día de hoy te mostramos algunos trucos que puedes seguir para pesar los alimentos sin necesidad de utilizar una báscula o una balanza.
Para qué sirve pesar los alimentos
Este proceso de calcular la cantidad exacta que tiene un producto o ingrediente, independientemente de que esté cocinado o esté crudo, es fundamental debido a una serie de razones. En primer lugar, nos ayudan a que las recetas salgan a la perfección, ya que estaremos siendo precisos con las cantidades de cada uno de los ingredientes. Esta precisión es la que buscan muchos cocineros profesionales, ya que así aseguran la consistencia, la calidad y la regularidad de cada elaboración.
Por otro lado, si controlamos las porciones que consume cada comensal evitaremos consumir nutrientes de forma excesiva o incluso aquellos que tengamos que evitar como ocurren las dietas de adelgazamiento con las calorías. Ya sea por cualquier motivo, hay personas que requieren una ingesta de nutrientes más específica.
Ligado a esto último, si pesamos los ingredientes, estaremos haciendo un seguimiento exacto de lo que consumimos ya se trate de grasas, carbohidratos o proteínas. Resulta fundamental este aspecto, siempre que se quiera mantener una dieta equilibrada y debido a las condiciones médicas de cada persona esta dieta debe adecuarse a las necesidades de cada persona, para lo cual el pesaje puede ayudar. Mediante el pesaje, también podemos ajustar las distintas cantidades de alimentos que cada uno de nuestros comensales requiere, reduciendo así, los excesos de comida y dando lugar a un desperdicio de alimentos mucho menor.
Cómo hay que pesar los alimentos
Son muchas las formas en las que podemos pesar nuestros alimentos, ya sea empleando una báscula o utilizando una serie de utensilios de cocina, en el caso de que no contemos con esta máquina.
Báscula de cocina
Son dos las básculas que podemos encontrar en el mercado: mecánica o digital. Estas últimas resultan algo más sencillas de usar y más precisas, ya que muestran en la pantalla digital el peso preciso de los alimentos. Las mecánicas por otro lado no necesitan batería ya que es una aguja la que nos marca el peso, razón por la cual son algo menos precisas.
Si queremos pesar un alimento en crudo, comenzaremos colocando la báscula en una superficie estable y plana. Para las personas que cuenten con una báscula digital, lo mejor es que nos aseguremos que se encuentra ajustada al cero una vez que la hayamos encendido para evitar pesajes erróneos. En función del alimento que tengamos que pesar, utilizaremos un recipiente u otro, y una vez que le digamos colocado en nuestra báscula, volveremos a poner el peso al cero, añadiendo seguidamente el producto que queremos pesar.
En el caso de que los alimentos estén ya cocinados, mantendremos la báscula en una superficie estable y plana calibramos la báscula cero después de haber colocado el recipiente y será después cuando incorporemos el alimento, ya cocinado, comprobando su peso. La comparativa en cuanto al peso de un alimento crudo y otro cocinado nos deja ver si el alimento ha ganado o perdido masa durante el proceso de cocción.
Sin báscula de cocina
A pesar de que no va a tener la exactitud que una báscula de cocina, lo cierto es que podemos pesar distintos ingredientes sin necesidad de disponer de una de estas. Es increíblemente sencillo, siempre que utilicemos objetos comunes con los que te mostraremos a continuación. Algo tan básico como una cuchara sopera, una cucharilla de café o incluso una taza para medir alimentos como la harina, arroz, legumbres… son los utensilios que nos pueden ayudar con esta tarea.
Para que puedas tener en mente distintas cantidades: una taza de harina son unos 120 g., una cucharadita de sal o azúcar son 5 g. y en el caso de los líquidos una taza estándar se corresponde con 250 ml. en el caso de las verduras y las frutas, calcular su peso es algo más sencillo si utilizamos proporciones: una taza de verduras picadas o una pieza mediana de fruta, se corresponde con una porción. Para alimentos como arroz o pasta siempre podemos emplear nuestras manos, teniendo en mente que una ración se corresponde con un puñado.
En cuanto a aquellos alimentos que ya han sido cocinados, es importante tener en mente que una porción de pescado de carne nunca debe sobrepasar el grosor de nuestro dedo meñique y la longitud de la palma de la mano.
Técnicas para antes y después de la cocción
El volumen y el peso de los alimentos se ve modificado como consecuencia del cocinado, ya que durante este proceso se puede producir una deshidratación o una absorción de agua por parte del ingrediente. Lo más recomendable en estos casos es que se pesen los ingredientes antes de comenzar a cocinarlos, debido a que los aportes nutricionales que vienen en el etiquetado, se basan en el producto en crudo.
Este método es el mejor si pretendemos pesar arroz, carne o pasta, ya que su peso se ve increíblemente modificado durante la cocción. La idea de pesar los ingredientes antes de cocinarlos, es que nos aseguramos de que las cantidades sean exactas y así el resultado en cuanto a textura, sabor y raciones planteadas, sean las adecuadas. Es en otros casos que los ingredientes pueden pesarse ya cocinados. Esto ocurre cuando se está siguiendo una dieta extremadamente precisa. En cuanto a las cantidades de comida ingeridas. También resulta una buena opción si queremos adelgazar, ya que podemos calcular de forma exacta la cantidad de agua que haya perdido o absorbido el alimento en cuestión.
De igual manera, resulta de gran utilidad si queremos controlar de forma exhaustiva los nutrientes que mantienen los alimentos aplicando distintas técnicas de cocina, lo cual da lugar a efectos distintos para cada uno de los alimentos. También es de gran utilidad si queremos que una receta siempre salga de la misma manera, lo que resulta de vital importancia en la repostería, en mayor medida. Para establecer cuándo se deben pesar los alimentos debemos tener en mente si el alimento en cuestión disminuye o aumenta de peso al ser cocinado. Los alimentos que aumentan de peso cuando se cocinan se corresponden con el arroz, las legumbres o la pasta, por lo que es mucho mejor que los pesemos antes de cocinarlos.
En relación con aquellos que disminuyen de peso como el pescado o la carne, incluso verduras como los champiñones, el calabacín, las espinacas o la berenjena, es recomendable que los pesemos una vez que los hemos cocinado. de igual manera las cremas, guisos o sopas y platos que se preparan en proporciones más grandes, también debe pensarse después. Si pensamos en las verduras y las frutas frescas en función del plato que queramos elaborar las pisaremos antes o después. Si preparamos un guiso o una sopa, lo ideal es hacerlo una vez que se han cocinado, pero si queremos preparar una ensalada, siempre lo haremos antes.
Errores que cometemos al pesar alimentos
Para pesar alimentos de forma correcta, ya sea porque queremos llevar un control nutricional, regular las proporciones de comida que ingerimos o mantener un control nutricional, es necesario evitar algunos de los errores más comunes que podemos cometer al hacerlo.
Al preparar recetas en casa es muy frecuente que no nos demos cuenta de que las cantidades de alimentos no se han medido de forma correcta. Si preparamos panes y pasteles y empleamos más harina de la cuenta, el pan o pastel tendrá una textura mucho más seca y densa. Si preparamos pasta y no la pesamos en seco es probable que la cantidad de salsa y de pasta se vea desproporcionada. Para evitar estas situaciones es lo mejor es medir los ingredientes con la balanza de cocina y seguir los consejos que te ofrecemos para que la medición sea la adecuada.
- Calibrar la báscula. Debemos asegurarnos de que cada vez que colocamos un ingrediente encima de la báscula, ésta se encuentre a cero previamente. Algunas básculas tienen incorporadas funciones en las que te restan el peso del recipiente que utilicemos para medir, dejando la báscula cero.
- Superficie plana. Parece un error muy simple, pero se puede contrarrestar de una forma muy sencilla, ya que solo tendremos que colocar la báscula en una superficie estable y plana, ya sea una mesa o la encimera de la cocina. la báscula no tendrá movimiento mientras pesamos los ingredientes.
- Recipientes incorrectos. Aunque parezca mentira, hacer uso de recipientes adecuados, puede evitar muchos errores de pesaje. lo ideal es utilizar aquellos que estén hechos con vidrio transparente, algunos de plástico y los de acero inoxidable. En función del alimento que queramos pesar, utilizaremos un recipiente u otro. Pero si resulta de vital importancia que la base del mismo sea plana para que no se pueda mover y la medición sea correcta.
- Ingredientes secos. Para medir la levadura química, el azúcar o la harina es importante nivelarlos y tamizarlos de forma adecuada. Te recomendamos para ello que los incorpores poco a poco en el recipiente en el que estemos midiendo su peso y lo repartamos por toda la superficie del mismo, evitando así que se forme una montaña de producto en la parte central.
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