Se dice que las monjitas del convento de Santa Clara de Estepa en Sevilla fueron las primeras que hicieron este dulce típico de Navidad. A partir de las tortas de manteca a base de manteca de cerdo, harina y azúcar, crearon este delicioso manjar… y hoy en día han adquirido la denominación de patrimonio gastronómico en España, acumulando casi toda la producción de polvorones a nivel mundial.
Hay infinidad de variedades, polvorones de nuez, de cacahuete, de naranja, de vino etc… pero el de almendras sigue siendo el rey por excelencia.
Pero ¿Cómo hacemos para conservarlos?
A la hora de su conservación debemos de hacer una clara diferencia entre los polvorones caseros y los industriales.
Polvorones caseros
- Al prepararlos en casa y no tener conservantes, es más difícil conservarlos. Pero siempre hay algo que podamos hacer para alargar su vida un poquito más.
- Hoy en día ya existe papel especial para los polvorones que se venden en las tiendas especializadas, pero el papel de seda también es una buena opción. En ambos casos debes de enrollar el polvorón en cada extremo, como un caramelo. Si no tuvieses papel seda, otra posibilidad es conservarlos como galletas en papel de horno dentro de la caja.
- Una vez envueltos mételos en una lata y guárdalos en un sito fresco y seco a poder ser oscuro. En cualquier caso, te recomiendo esperar a que se enfríen antes de guardarlos y escribir la fecha de elaboración en un papelito dentro de la caja, para controlar el tiempo que llevan hechos.
Polvorones industriales
Al ser elaborados de forma industrial, ya vienen con conservantes que permiten que su duración sea más larga. Además, tienen una presentación adecuada para una mejor conservación. Sin embargo, si los guardas dentro de un recipiente hermético en un sitio sin luz y fresco y seco se conservarán todavía mejor.
¿Es posible congelarlos?
En ocasiones hemos comido tantos polvorones a lo largo de la Navidad, que llegan a saturarnos un poco. Pero no te preocupes, existe una solución, podemos congelarlos en su envoltorio original o en su defecto en plástico o papel seda y comerlos a lo largo de todo el año.
Basta con retirarlos una media hora antes de consumirlos o meterlos al horno unos 10 minutos a temperatura bajita y te podrás tomar uno en cualquier época del año.
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