Cintora y Cantora
«Las cosas claras» no es un programa informativo, es un programa de entretenimiento

Que a Cintora y Cantora sólo las separe una vocal me causa mucha inquietud. No sé qué droga meterme. Caigo en las dos. Los 200 millones perdidos en el cohete que se fue a por tabaco parecen menos que lo que se gasten ... en el programa de Cintora. Lo del primer día no se ha superado (Pardo de Vera, Lucía Caram, Ekáizer desde su cama del hospital, entrevista larguísima al juez Castro con Alicia Gutiérrez, que ayer estaba en la tertulia…), pero el percal es ese. Lo cierto es que no engañan, van de lo que van. ¿Qué vas a esperar de Cintora? ¿Que le den el Cerecedo como a Vicente Vallés? Bueno, no pongo la mano en la leña que arde en Cantora. Y si es un programa externo a RTVE, pues bueno, para analizarlo da igual. El anterior, el interno de Mónica López, sienta en su mesa a Javier Pérez Royo, que ha escrito hace poco: «El riesgo para la democracia española en este momento no es la presencia de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, sino la presencia de Vox». Cintora tenía ayer a un tertuliano que decía que Bildu era un partido socialdemócrata.
¿Un programa informativo lo de Cintora? Hombre, a mí me parece un programa de entretenimiento (al que, por cierto, le pasa el AVE por sus tierras: el informativo territorial lo interrumpe para luego volver a seguir, es de locos). Pero entiendo el cabreo, igual que entiendo el cabreo del príncipe de Gales con «The Crown» . Claro que es ficción. Claro que se presentan «como hechos una versión retorcida de la historia», según portavoces oficiosos (que ya es más que nada). Y la gran verdad: «Esto es un drama y un entretenimiento con fines comerciales que se hace sin tener en cuenta a las personas involucradas». Pero que usted y yo sepamos que eso es ficción acompañada de ciertos hechos históricos no quiere decir que todo el mundo lo crea. Fíjate la reina, y el príncipe Carlos… Demonios, son personajes. Los diálogos son inventados .
Claro, que también me parecen personajes esas «Doña Cuca» y «Doña Cayetana» a las que se refería el diputado de Vox en el Congreso. Parecía que estuviera hablando de «Acacias 38». Ojalá fuera ese el tono allí.
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