'Sky Rojo': «Hay mucho cinismo y mala leche en las críticas que hemos recibido»

«Cuando me lo propusieron, estábamos terminando 'El embarcadero' », recuerda Sánchez sobre otro papel que ya estaba lejos de la famosa zona confortable. «Esta vez era ir todavía más allá y seguir jugando con personajes poliédricos, que me gustan especialmente porque no me aburren y me plantean retos que me hacen crecer y enamorarme de mi profesión».

La actriz celebra este año el 20 aniversario de 'Los Serrano', al igual que Alexandra Jiménez , embarcada en otra serie polémica . A Sánchez le sorprende que con todo lo que ha cambiado la la ficción, los formatos y el lenguaje televisivo, aquella serie siga vigente. «Me sigo encontrando críos que no habían nacido cuando la rodábamos y se enganchan ahora», asegura.

No ha sido un camino de rosas para nuestra ficción. «Ha sido un espinoso», matiza Martínez Lobato. «Nos lo hemos pasado muy bien y hemos disfrutado mucho, pero estamos en una época complicada, porque a pesar de que deberíamos ser más libres, la evolución de los espacios de las personas también hace que en algunos momentos nos sintamos menos libres. Siempre parece que estás ofendiendo a alguien con cualquier cosa que dices. La televisión debe ser un acto de libertad».

Los creadores de 'Sky Rojo' no han sido inmunes a las críticas y opiniones. «A veces sirven para modificar cosas y otras para reafirmarte en lo que sientes y piensas», admite Esther Martínez Lobato. «En todo ese proceso muchas veces das vueltas. Hay cierta turbulencia y nosotros nos adaptamos, porque nuestro trabajo es comunicarnos con el espectador. Quiero dialogar, que se emocionen. Y si no les llega y les perturba algo y me lo dicen, intento siempre solucionarlo».

«Uno de los debates que había es que 'Sky Rojo' iba sumamente rápido», explica. «Había gente que tenía que parar para subirse al carro de la acción. En esta tercera temporada entramos con otra narrativa más contemplativa , con otra belleza, disfrutando de los personajes y de la libertad, de cómo son ellas sin estar aplastadas por la persecución constante. Yo creo que eso se agradece».

La otra cara del diálogo es la de las redes sociales, cuando los interlocutores no son precisamente amables. Recoge el guante Verónica Sánchez: «Es un terreno peligroso pretender la moralización del arte. Para mí la obligación moral no debería existir. Pienso en 'Breaking Bad' , por ejemplo, que ya tiene unos años y no sé si en esta época se podría haber hecho. Podríamos decir que hacen apología de las drogas. Vas con unos personajes que son malos y los detestas, pero también te gusta cuando ganan a otros más malos que ellos. Habría gente que podría decir que el mundo de las drogas es muy doloroso y que ha perdido a familiares y que la serie no refleja la verdad. Claro que no. Es que no tiene por qué hacerlo. Es como pretender que esta sea una tesis sobre la trata de mujeres. Sería muy pretencioso por nuestra parte. Y además, iría en detrimento de lo que estamos contando. Siempre es peligroso esperar eso de la ficción porque castra el espíritu creativo y nos empobrece».

«Siempre que surgen este tipo de dudas o preguntas, a mí me hacen preguntarme también qué persigue la persona que las lanza», apunta Martínez Lobato. «Nadie me ha preguntado nunca en una entrevista si yo quería hacer apología del robo en 'La casa de papel' y si pienso que se está 'glamourizando' a los ladrones. Entiendo que no es el mismo tono, ni el mismo tema, ni el mismo tratamiento. Es una exageración esta comparación, pero hay que contar una historia. Quien quiera disfrutar de ella lo disfruta y quien quiera demonizar la demoniza. Para mí, hay muchísimo cinismo y mala leche en muchas críticas que hemos recibido, cuando la serie va precisamente al lugar contrario, que es condenar lo que es evidente que es intolerable y miserable».

«La serie tiene una posición muy clara. Otra cosa es que no vayamos a la realidad, que haya momentos donde ves a Romeo ( Asier Etxeandia ) sufrir para no caricaturizar en exceso, pero no habríamos entrado nunca en una serie a favor de la de la trata de mujeres», añade Sánchez.

«En este tema hay mucha confusión», prosigue la creadora. «No se sabe desde dónde abordar, a pesar de que sea evidente que el secuestro de una persona es intolerable. A la vez de ser un delito, hay algo deplorable que muestra una conducta humana bizarra y enferma. Está recubierto de purpurina y de luces de neón que hacen de cortina de humo. La serie cuenta que ellas tienen que poner su mejor cara para que las personas que consumen prostitución sean cómplices del gran engaño que se establece. Es muy complicado tener una mirada y hacer un contenido de ficción. Ha sido un camino muy complejo».

¿Qué se va a encontrar el espectador en el final de 'Sky Rojo'? «Esta temporada es un caramelito envenenado», responde la actriz sevillana, «porque empieza mostrándote una libertad y cierta calidez y unos rayos de sol. Ellas ya no están encerradas en un club, siendo violadas cada noche. Y claro, el pasado vuelve y todo se va al garete y se ven otra vez en la tesitura de luchar para no morir».

«También se ven nuevos matices de los personajes», dice la creadora soriana. «Excavamos un poco más en la psicología de los personajes, damos matices distintos de todos ellos. En Romeo ya asoman de una manera evidente la demencia y el miedo. El arco de Moisés ( Miguel Ángel Silvestre ) es de 180 grados, pasa de un extremo al otro, dándose cuenta de lo miserable que es. Y Coral (Sánchez) descubre el auténtico problema que la lastra. En todos los personajes hay un calado más profundo de su emocionalidad.»