'Hierro 2', según sus creadores: «¡Vaya mierda de trabajo tienen los jueces!»

Peña era evidente que seguiría como protagonista, ya que da vida a la juez de la isla, Candela Montes. Con Grandinetti, gran sospechoso de la primera temporada, no parecía tan sencillo, pero supieron rentabilizar un gran personaje, el turbio Díaz.

—Pepe Coira: En El Hierro, ¿qué puede pasar? Tener un personaje ya instalado y en esa zona de sombra, con un hilo del que tirar... Estaba muy a huevo. La serie siempre se planteó entre Candela y Díaz, que tienen tantas cosas en común y tantas que los separan. Molaba encontrar una historia que permitiese hacerlo de nuevo.

—Jorge Coira: Darío es un actor muy fácil. Me recuerda mucho a Luis Tosar , del que soy amigo desde que éramos compañeros de instituto. Tiene un talento y una calidad humana muy especiales.

—Pepe Coira: Entre los villanos, para el personaje de Gaspar nos planteamos: ¿a quién conocemos que sea malo de verdad? Está inspirado en alguien, sí, pero no vamos a decir en quién. Hay gente que se levanta por la mañana como queriendo ser chunga. Existen. Los malos siempre son arquetipos y se trataba de jugar en ese terreno, pero buscando elementos de verdad. En última instancia se lo da el actor. Es tremendo lo que hace Matías Varela . Enrique Alcides fue una apuesta y también está maravilloso.

—Jorge Coira: Y Celia Castro . Son muy diferentes entre ellos. Queríamos a alguien muy chungo y al mismo tiempo no una caricatura. El de Matías es un personajazo. Y fue genial recuperar a Alcides, a quien te crees directamente como hijo de… Samir ( Antonia San Juan ). Celia es muy divertida. Probamos hombres y mujeres y finalmente fuimos con esta apuesta, con lo de la voz, una forma de darle carácter misterioso sin que todo el personaje sea eso. De los tres es casi el más bondadoso.

—Pepe Coira: Tiene esa cosa de ser completamente frágil y estar al borde de la muerte, que la dulcifica.

—Jorge Coira: Seguro que hace años era peor que Samir, aunque más cerebral.

—Pepe Coira: La estructura estaba desde el principio. Nos apetecía mucho repetirla, que hubiese cosas completamente nuevas y otras que fueran ecos. Jugamos distinto e incluso al revés. El debate era dónde hacer el giro. Pero repetir no es una chulería. Es casi un guiño, hecho desde el cariño a la serie. Nos gusta mucho cuando de repente metes un quiebro y la cosa cambia, pasar de un género a otro.

—Jorge Coira: El thriller es un juego muy divertido que recuerda a la magia. Hay un pacto con los espectadores. Yo te intento engañar, pero es un juego solidario. Es un engaño noble y no hay chulería en esa decisión. Tengo que hacerlo todo delante de ti, pero intento que mires a otro sitio. Y aunque casi nadie ve una serie dos veces, si lo haces, que puedas disfrutar.

—Pepe Coira: En la segunda temporada, la intriga es un ingrediente, pero no es el ingrediente. En la primera algunos me decían quién creían que era el culpable, cuando podía ser cualquiera. Era como jugar a la lotería. Yo no me atrevo a hacer intriga pura, ese reto de quién lo hizo, que lanzas al espectador, como pasaba con Hercules Poirot . Aquí es un ingrediente más y no es en absoluto el más importante. Otro es el humor. Estás en el funeral de alguien querido y suele pasar algo gracioso. Se agradece que haya gente capaz de mantener el sentido del humor, como Díaz, en las peores circunstancias.

—Jorge Coira: Las novelas de Andrea Camilleri (padre del comisario Montalbano) también tienen esa mezcla de oscuridad y de saber que la vida no es una tragedia constante.

En la serie, los hermanos Coira hacen sus pequeños cameos, a lo Hitchcock .

—Jorge Coira: Yo salgo en las dos temporadas, pero de forma muy discreta, como policía de la Científica. No quería llamar la atención.

—Pepe Coira: Eres buen fisonomista, porque salgo en una foto de hace tropecientos años.

—Jorge Coira: Fue divertido porque somos siete hermanos y casi hicimos un casting entre nosotros. Y pese a lo que decía Hitchcock, disfruté como un enano de dirigir a las niñas. Con la más pequeña se me cae la baba. La clave es que entiendan el juego dramático. Es algo que no se puede explicar. Y ellas lo entendían. En general, dirigir es una mezcla de muchas cosas. Está el casting, sin duda. Si te equivocas puedes barnizar, pero te la juegas a lo bestia. Disfruté muchísimo el trabajo con María Rodrigo. Me entiende especialmente bien. Y luego hay que intentar que puedan hacer su trabajo. Los actores no son marionetas . Son seres humanos vivos. Intentas que florezca delante de la pantalla y se mezcle con el personaje, no es solo leer un texto.

—Pepe Coira: El carácter no depende del oficio. Que la jueza llore tiene todo que ver con que llevamos a Candela a un sitio muy extremo de dificultades vitales. Ella está acostumbrada, es un personaje resistente, pero lo lógico es que en algunos momentos asome la vulnerabilidad, afortunadamente.

—Jorge Coira: Hay mucha diferencia entre cuando estamos en público con una cierta máscara y cuando te quedas solo. De hecho, me gusta mucho que no pase nada concreto que le provoque el llanto. Va cargando y a nada que afloje, algo pasa, pero se recompone y sigue. Es un terreno en que ella intenta mantenerse firme, pero le mueven el suelo bajo los pies.

—Pepe Coira: ¿Que si soy cruel con personajes? La vida es dura.

—Jorge Coira: Vivir en un thriller te da muchos quebraderos de cabeza.

—Pepe Coira: Cuando hay problemas, sale lo mejor y lo peor de la gente. Es lo que más ayuda a retratar, cuando hay dificultades, lo mejor para distinguirlos.

—Jorge Coira: No hemos dejado de meter políticos por eso. En la primera había un consejero y aquí ni eso, pero a mí me interesan mucho.

—Pepe Coira: Dicho sea entre paréntesis, estamos trabajando en una historia con políticos. En 'Hierro' me parece llamativo el hecho de que todos aceptamos sin ningún problema que Candela llegue ahí como castigada cuando es una tía muy honrada. Nos parece natural, es fenómeno. Cada uno se imagina qué puede haber pasado y todos pensamos: uy, se metió con alguien muy poderoso. No sé si es muy recta o no, pero ese es el gran dilema. Recuerdo hablar con jueces y pensar: ¡vaya mierda de trabajo que tienen! Menudo curro.

—Jorge Coira: Para asesorarnos sobre su trabajo y el policial nos ayudó un amigo y luego hubo una asesoría más oficial.

—Pepe Coira: Hay una frase que me encanta, que se la escuché a uno de los asesores. «Sin droga no hay fiesta» . Es literal y nos la apropiamos.

—Jorge Coira: Nosotros tenemos una prima jueza y cuando me fui al Hierro con mi mujer, que también está en el guion, quisimos conocer al juez. Era un tipo de Coruña con el que había amigos comunes. Fue una enorme casualidad. Esa tontería nos dio un mayor nivel de acceso. Y con la Guardia Civil, el jefe de la Policía Judicial nos ayudó muchísimo.