La Filmoteca de Noé, según José Luis Garci: «La vida de uno da para un corto»

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'Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles' desbanca al 'Vértigo' de Hitchcock como el mejor filme de todos los tiempos, según la lista elaborada por la prestigiosa 'Sight & Sound'. 'Ciudadano Kane', de Orson Welles', completa el podio

Claro, 'The Best?' está plagado de listas y de cine, mucho cine. Garci desgrana 'Jeanne Dielman...' secuencia a secuencia, personaje a personaje, y también pone contexto a la elección –una película feminista hecha en 1975 por una mujer de 25 años autodidacta, lesbiana, admiradora de Godard y minusvalorada en su época que ahora, momento #MeToo y el 50/50, encuentra relevancia–. Garci enmienda la plana a los críticos de 'Sight & Sound' con la seguridad de quien sabe que no sabe nada, es decir, desbordando conocimiento. «Algunos cinéfilos me aterran por la seriedad y la trascendencia que le conceden a las películas», dice. Porque Garci es, ante todo, un cinéfago. Un tipo que lo ha visto casi todo y que habla de ello sin las «cejas altas» de esa crítica de festivales intensos, un tipo que prefiere las películas a los 'films', el que se educó con el Hollywood clásico, con el moderno, con la imagen americana, «uno de los nuestros», que dijo aquel 'Pope' hollywoodiense.

Directores, actores, títulos, productores, estrellas, fotografía, luz, arte. Nombres, nombres, nombres... Garci habla haciendo listas, de tres en tres –'Amanecer' de Murnau, 'La quimera del oro' de Chaplin, 'Los cuatro jinetes del apocalipsis' de Ingram–, de cinco en cinco –'Un extraño a mi vida', 'Plácido', 'Perdición', 'Moby Dick', 'La evasión'–. Una memoria envidiable. «No se puede hacer una lista definitiva;hoy harías una, mañana te salen otros nombres, pasado... La conclusión a la que he llegado escribiendo este libro es que la mejor película de la historia del cine son como mínimo 500», cuenta, entre una sonora carcajada, a ABC. «No, en serio –retoma–. Hay una nueva corriente de la crítica que ha perdido el oremus... De pronto 'Deseando amar' pasa ahora por ser la 'number one' del cine romántico... ¡Pero no habéis visto 'Breve encuentro'! ¡O 'Los puentes de Madison', 'Vacaciones en Roma'... No sé a qué se ha debido este cambio, es un poco raro que una película desconocida para incluso cinéfilos de alzada como 'Jeanne Dielman...' de repente se coloque como la mejor de la historia... O que en las primeras 30 películas haya cinco de Godard. Es un poco raro ese movimiento... ¡Y ninguna de Lubitsch! No me preocupa en realidad, son modas, en la próxima lista, la de 2032 no aguantará en la cumbre. Al final hay películas que ponen de acuerdo a todo el mundo, no sé, 'El Padrino'...»

Y Garci llega a un hallazgo de esos que generan una mueca, por provocadores, por radicales, por ir contra lo establecido: «'Jeanne Dielman...' parece la primera película hecha por el algoritmo», lanza. «Le reprocho que no intente acercarnos a la mujer hasta que sintamos, es lo mínimo, el latido de su corazón», remata sobre estas secuencias, cámara fija, en las que Chantal Akerman crea bodegones, naturalezas muertas de una mujer limpiando patatas, fregando cacharros, subiendo en el ascensor, tomando café, sacando unas tijeras inesperadas... todo a tiempo real, minuto tras minuto, respiración tras respiración. Fría, aséptica, sin empatía. «Hay muchos planos que parecen un cuadro de Hopper o de Vermeer, incluso de Warhol y toda esa cosa pop, pero no el pop, como yo digo, del que nos gusta, sino un pop de revista de supermercado», lamenta, y señala (porque Garci a diferencia de otros la ha revisitado en tres ocasiones para esta disección) que la principal influencia que tiene Akerman es el Warhol cineasta, el de 'Sleep' (1963), en el que grabó a su amante, John Giorno, durmiendo durante cinco horas y veinte minutos; o 'Empire' (1964), un plano fijo del Empire State Building de 485 minutos. «Es que es una película sin montaje...».

«El cine va por un sendero distinto al que camino yo», reflexiona Garci, con ese poso siempre entre la nostalgia y la melancolía. «Digo que ya no tengo nada que ver con el cine que se hace ahora; mucho se hace en plataformas, y no buscan historias, buscan contenidos, estirar mucho el chicle: series que son de dos o tres capítulos las hacen de ocho... Para mí, las plataformas eran lo que le ponían a Humphrey Bogart en los zapatos porque era muy bajito al lado de Ingrid Bergman en 'Casablanca'. Pero todo esto que digo, lo de que voy por un camino distinto a lo que se hace ahora, no significa que yo tenga razón, al contrario: estoy a favor de todo lo que llega y que es novedoso. Me parece bien que la gente que es más moderna que yo, que soy analógico, vaya en el metro con su móvil y pueda ponerse 'Ciudadano Kane'... eso es un adelanto al de mi época, que íbamos leyendo una novela de Marcial Lafuente Estefanía.

Porque Garci, pese a las etiquetas, siempre ha sabido qué se mueve en su tiempo, en sus días. Un moderno amante de lo clásico. Un diseccionador de la cultura popular que cuando ve un grafiti al posar para la fotógrafa de ABC lo señala y dice, «mira, este podría ser un Basquiat». «La nostalgia y la melancolía son sentimientos muy difíciles de distinguir; pero juro que siento amor del bueno por las películas que se filmaron durante los días dorados de Hollywood, no por la época en la que se hicieron ni por mis recuerdos de entonces», señala Garci, que no duda:«La vida de cada uno de nosotros solo da para un corto».

Y así, de esta disección que hace en 'The Best?...' de la película de Akerman y de las más de 500 'pics' y 'films' que cita y que guardaría en una 'Filmoteca de Noé', solo elegimos una de esas listas para traer a estas páginas:«Son cinco películas que a los diez minutos barren la melancolía de mi alma y vuelvo a ser aquel niño que soñaba con un futuro interminable: 'El burlador de Castilla', (1948); 'Tragedia y triunfo de Verdi' (1954); 'Ulises' (1954); 'El rey loco' (1955); 'Último tren a Katanga' (1968).

—«¿Tiene algo en contra de la juventud?», escribe Godard en el guion de 'Al final de la escapada' en una frase que dice la vendedora callejera de 'Cahiers du Cinema'.

—«¡Sí! A mí me caen bien los viejos», replica el canalla de Jean-Paul Belmondo.