¿Boicot o truco publicitario? La película sobre pedófilos que «las élites no quieren que veas»

Se estrena en España 'Sound of freedom', filme sobre el tráfico de niños que, rodeado de polémica en EE.UU., se ha convertido en un taquillazo capaz de superar a Indiana Jones

'Sound of freedom', el taquillazo sobre tráfico de menores salpicado por la conspiración

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Jim Caviezel protagoniza 'Sound of freedom'

'Sound of freedom', dirigida por Alejandro Gómez Monteverde, estaba llamada a ser una película policiaca convencional sobre la trata y el abuso sexual de niños, pero finalmente ha sido una profecía autocumplida, un inesperado éxito del 'marketing' y de quienes han llevado al extremo la coletilla de «la película que no quieren que veas y debes ver». Resulta difícil de creer que una cinta que denuncia el tráfico de menores pueda ser objeto de una campaña de boicot, como si la condena a la pedofilia no fuera universal, venga del lado que venga. Pero así lo han creído miles de personas este verano, jaleadas por ciertos círculos conservadores, hasta elevar su recaudación por encima de los 184 millones de dólares (más que 'Indiana Jones y el vial del destino' o la última de 'Misión imposible') en EE.UU. y Canadá. La película, que aspiraba a crear un «diálogo social», terminó convertida en un «movimiento» con connotaciones políticas.

'Sound of freedom' nació de una noche en vela del director Alejandro Monteverde tras un reportaje que vio en televisión; una pesadilla que, tras conocer la historia real de Tim Ballard –el exagente federal que dejó su trabajo para perseguir la esclavitud sexual infantil–, modificó y convirtió en la película que este viernes se estrena en España. El rodaje se inició hace más de cinco años, pero los grandes estudios, incómodos ante la sensible temática, le dieron la espalda: Disney, Amazon... Hasta que hace seis meses, a través del 'crowdfunding', apostaron por la película los hermanos Harmon, de Angel Studios, una distribuidora cristiana responsable de otro fenómeno como 'The Chosen', la serie sobre Jesucristo que arrasó en Estados Unidos. «Tenían una visión bien clara de cómo mercadear y promover esta película: sabían que iba a funcionar, que iba a tener una audiencia espectacular, si creábamos una cadena de voz en voz, es así de sencillo», admite el cineasta mexicano. «Si el boicot hubiera sido verdad, la película no hubiera hecho lo que logró. Los cines, al contrario, nos apoyaron. Las etiquetas... yo creo que es parte de esta cultura peligrosa que estamos viviendo, de querer dividir», afirma Monteverde. Hace referencia a la campaña de acoso que, supuestamente, sufrió la película de cara a su estreno: problemas técnicos que impedían llenar las salas, censura... toda clase de obstáculos y teorías conspiranoicas que, según seguidores trumpistas y el movimiento QAnon, promueven ciertas élites demócratas y de Hollywood que dirigen una red secreta de tráfico de menores. ¿Sabotaje? O una estrategia de publicidad brillante.

Resulta que el de la libertad no era un sonido grave ni aparatoso, sino un murmullo creciente. Uno que, lejos de sentenciar la película, una de las diez más taquilleras del año en Estados Unidos, la espoleó. La preventa de entradas fue un éxito que prácticamente permitió recuperar gastos (el presupuesto fueron catorce millones y medio de dólares), a lo que hay que sumar la estrategia de Angel Studios, que revirtió la mala prensa en su favor e ideó una campaña denominada «cadena de favores» o «pay it forward» con la que, a través de un mensaje de su protagonista (James Caviezel, el Jesucristo en la 'Pasión de Cristo') al final de los títulos de crédito, pide a los espectadores que se escanee un código QR de la pantalla y ayuden a financiar entradas al público que no puede permitírselo, lo cual, a su vez, ha levantado las sospechas sobre la taquilla real de un filme al que acusan de manipular la venta de entradas a costa de llenar salas que, en realidad, están vacías.

Portazo de la industria

Para el mexicano Eduardo Verástegui, productor y actor de 'Sound of freedom', el boicot es un hecho. «En México, por ejemplo, no salió en todas las salas de cine a pesar de que fue la película número uno en Estados Unidos, hecha por mexicanos. Como mexicano esperarías que todas las salas la tuvieran, ¿no? Y no fue así. Entonces, pues uno empieza a dar vueltas», arguye. Y apunta más alto. «Nos enfrentamos a una industria que produce ciento cincuenta mil millones de dólares, no se van a quedar con los brazos cruzados. Estamos tocando nervios, tocando intereses. Si estamos tumbándoles el negocio, claro que van a hacer algo. ¿Qué, cómo, cuándo y dónde y de qué tamaño? No lo sé. Pero si han querido boicotearla, tampoco les ha salido», aduce Verástegui, que confirma que la película ya ha superado los doscientos millones de dólares de recaudación en todo el mundo y Amazon, tras su rechazo previo, la estrenará en diciembre. «Pero les salió más cara», se jacta el productor mexicano, para quien «rectificar es de sabios». «Cuando la gente la vea, sacará su propia opinión», sostiene Verástegui, para quien, como productor, su objetivo es «seguir empujándola contra las mentiras, contra la verdad, contra la luz, contra la oscuridad».

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