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Así se volvió a quemar Notre Dame para rodar la película de Jean-Jacques Annaud

Los actores de 'Arde Notre Dame', que se estrena este viernes en cines, corrieron un peligro real, se crearon varias maquetas y se erigió una réplica a escala de la catedral

Jean-Jacques Annaud encuentra el fuego en Notre Dame: «Yo no habría arriesgado vidas humanas»

Fotograma de 'Arde Notre Dame' Vértice
Federico Marín Bellón

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Rodar 'Arde Notre Dame' fue una aventura de alto presupuesto, arriesgada y sumamente laboriosa. Fue preciso construir varias maquetas y erigir una réplica de la catedral, de unos 30 metros de altura , para quemarla de nuevo. Había momentos, como el derrumbamiento de la bóveda visto desde dentro, que no quedaron registrados ni siquiera por las cámaras de los bomberos. Jean-Jacques Annaud también pudo grabar algunas escenas desde el interior de lo que quedaba del templo, con un equipo reducido. Para algunas escenas se usaron cámaras ignífugas, capaces de resistir altísimas temperaturas.

El cineasta francés, autor de películas como 'En busca del fuego', 'El nombre de la rosa' y 'Enemigo a las puertas', cuenta que conoce bien la catedral de Notre Dame , de la que está enamorado, pese a que su ateísmo apenas tiene fisuras. De niño, rompió allí su primera cámara, una Kodak Brownie, mientras fotografiaba al demonio de la galería de las gárgolas.

La película es una reconstrucción cronológica de los hechos, que primero tuvo que investigar y ordenar. El relato empieza un poco antes, pero es clave el momento en el que se detecta el incendio, a las 18.17 horas , al comienzo de la misa de Lunes Santo. Hizo falta un cúmulo de desgracias y casualidades, antes y después de ese instante, para que las llamas destruyeran la catedral. Un guardia de seguridad en su primer día de trabajo, un panel de alarmas que fallaba desde hacía tiempo, varios bomberos novatos en un camión pequeño que debía combatir unas llamas a más de cien metros de altura...

El azar no siempre fue negativo. Cuando se derrumbó la aguja y esta perforó la bóveda, los vapores inflamables acumulados provocaron una llamarada de más de 30 metros , pero según los expertos eso mismo evitó una explosión mayor y salvó a Notre-Dame.

El equipo de producción hizo una convocatoria en las redes sociales para recopilar fotos y vídeos de la noche del incendio. Llegaron más 6.000 imágenes grabadas con móviles de la catedral y de la multitud que rezaba y cantaba himnos desde los puentes. También de otros países, sobre todo de cómo contaban la tragedia los informativos, material que se utiliza en la película.

Réplicas a escala de Notre Dame

La construcción de una maqueta a escala era imprescindible para rodar la película, no solo porque al comienzo de la película vemos Notre Dame en obras, pero en buen estado. Rodar allí demasiado era imposible. El edificio seguía cerrado al público debido a la excesiva presencia de plomo y al riesgo de derrumbe. Además, cuenta Annaud, necesitaban «llenar la catedral de humo, cubrir el suelo de ceniza y polvo, tirar toneladas de madera en llamas e inundar los adoquines».

En la réplica fue posible canalizar las llamas a través de cientos de boquillas ajustables para encender el fuego. Se reconstruyó gran parte de la nave: las escaleras de caracol, las galerías exteriores y las vigas del crucero norte, así como el interior del enorme campanario que aparece en una de las últimas escenas. En definitiva, se volvieron a crear las partes más emblemáticas para mostrarlas antes, durante y después del incendio.

Para una producción dirigida por Jean-Jacques Annaud, no fue tan difícil lograr la colaboración de todos los organismos necesarios, como el BSPP (Bomberos de París), el Ayuntamiento y su alcaldesa, Anne Hidalgo , así como Florence Parly , ministra de las Fuerzas Armadas y Didier Lallement , jefe del departamento de Policía. De algunas de las personalidades, además del presidente Emmanuel Macron , se insertaron imágenes reales grabadas por turistas, periodistas o por los propios bomberos.

Para «armar el rompecabezas gótico», Annaud visitó otras catedrales y subió miles de escalones (tiene 78 años) para conocer sus naves y campanarios. Allí entendió «lo cerca que estuvo el rescate de Notre-Dame de haber sido una misión imposible». Las escaleras de caracol a veces eran tan estrechas que los bomberos tenían que desvestirse para deslizarse y llegar al incendio.

Construir la réplica requirió el trabajo de un ejército en los departamentos de carpintería, forja, escultura, escayola... reclutados entre los equipos técnicos de la Cité du Cinéma . El diseñador de producción era Jean Rabasse , que ha trabajado en películas de Jean-Pierre Jeunet , Bernardo Bertolucci y Roman Polanski , entre otros.

Annaud encargó dibujos, maquetas y modelos 3D, con varias versiones reducidas de Notre-Dame y su campanario. Cada una de las maquetas costó varias semanas de trabajo. «Esto me ayudó a establecer los ángulos de la cámara desde el principio, la posición de los actores, las partes a incendiar y cómo dirigir el agua y los dispositivos de seguridad, además de situar las salidas de emergencia».

Cámaras ignífugas

El equipo también desarrolló cámaras ignífugas capaces de resistir las temperaturas extremas de las escenas de incendios. También se hicieron pruebas para recrear el plomo fundido que gotea desde el techo, algunas veces sobre los cascos y la ropa de los bomberos.

Una de las partes más importantes de la catedral era la estructura del techo, conocida como 'el bosque' , hecha de vigas de roble, algunas de más de 900 años de antigüedad , que alimentaron el incendio y acabaron convertidas en cenizas. «Debíamos replicar esa estructura, única en el mundo y ahora desaparecida, en una escena que tenía lugar en el crucero norte de la catedral, donde intervinieron por primera vez los bomberos». Las escenas son muy dramáticas y espectaculares, asegura el director.

El derrumbe de la aguja y la bóveda no quedó registrado porque en Notre-Dame no había cámaras de vigilancia y los bomberos no tenían suficiente personal ese día para grabarlas. El espectador sí puede asistir al espectáculo, bello pese a todo, de la caída de la bóveda desde 40 metros de altura. En pantalla, es un minuto y medio que costó semanas . «Construimos seis grandes cestas de metal, provistas de rejillas, sobre las que colocamos falsos corchos, mortero y vigas de madera de balsa», cuenta Annaud. Las cestas se abrían con cables accionados por un sistema de palanca similar al de los interruptores ferroviarios.

«Teníamos 75 segundos antes de que el calor y el humo se volvieran incontrolables y peligrosos. A los 30 segundos, el fuego prendía por completo, lo que nos dejaba solo 40 para filmar la escena». Para no tener que volver a reconstruir nada, se usaron una docena de cámaras a la vez, desde diferentes ángulos, algunas colocadas en medio del incendio, protegidas por 'cajas de seguridad', de acero ultra-resistente a los golpes y al calor , con ventilación. «La intensidad del fuego carbonizó parcialmente el techo del estudio. Afortunadamente, teníamos un buen seguro», relata el director con humor.

Otro decorado a escala real

En Bry-surMarne se levantó una réplica a escala real de parte de la catedral para grabar la llegada de los seis primeros bomberos , que atacaban el fuego con un equipo ridículo. Las llamas eran alimentadas por una boquilla ajustable que se controlaba de forma remota. El fuego tenía que ser rojo, no azul, y también había que gestionar la potencia de los ventiladores que dirigían el humo a la velocidad y en la dirección adecuada. Dependiendo de la etapa del incendio, el humo cambiaba de color: primero blanco, luego negro y finalmente amarillo.

Fue uno de los momentos más peligrosos para los actores, porque el humo es tóxico, por muy preparado que esté. Las llamas alcanzaron temperaturas de más de 500 grados centígrados . «Dije a los actores que, cuando el calor se volviera insoportable, retrocedieran y se refugiaran», explica Annaud. «Por si acaso las cosas se salían de control, teníamos un equipo de bomberos reales . Durante esta escena pude comprobar una vez más hasta qué punto están motivados los actores con este tipo de situaciones, siempre y cuando confíen en ti y sepan que su seguridad está garantizada. Es la esencia de su vocación: Encarnar vidas extraordinarias, y en este caso, desde luego, lo hicieron».

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