Estrenos de cine
Crítica de 'Barbie' (***): un 'Toy Story' que pide hora al psicólogo y al ginecólogo
La fábula no es ningún prodigio de intelectualidad y finura, pero, en su brochazo, resulta eficaz, comprensible y hasta angelical

Dos energías, y muy contrarias, tiran de esta película tan visual incluso antes de verla, desde el mismo y gigantesco operativo comercial, y tan apta para la llamada de prejuicios, recelos y también notables expectativas. La primera fuerza tirante es la del 'universo Barbie', ante ... el que muchos (y muchas) sentirán una curiosidad comparable a la de la normativa agropecuaria en el Transdanubio Central, y la otra energía es la que fluye de una directora como Greta Gerwig y su pareja y guionista Noah Baumbach, modelos de creatividad, de innovación, punto de vista singular y flujo de ideas para el tratamiento de…, cualquier cosa. De esta tirantez de potencias contrarias, la superficialidad del 'universo Barbie' y la trascendencia de estos Woody Allen o Bergman del siglo XXI, surge esta película llena de colorido (rosa) y de un exhaustivo manual de instrucciones sobre el feminismo, el heteropatriarcado, los clichés tradicionales y el género fluido. Y todo entre las curvaturas de Barbie y las rectitudes de Gerwig-Baumbach.
Del enorme catálogo de las muñecas de esa marca, la que reina en Barbielandia y en la película es la considerada Perfecta (Estereotípica, en la película), que naturalmente encarna Margot Robbie, una actriz que podría haber sido el molde, en efecto, y que en lo profesional es tan excelente que transmite toda la bobería y también toda la profundidad que precisa esta historia que transcurre en parte en ese mundo 'pepona' y paraíso feminista en el que gobiernan las barbies y están de floreros los Ken, y en parte en el mundo real, en el que ellas miran cómo se lo montan los Ken de turno.
La fábula no es ningún prodigio de intelectualidad y finura, pero, en su brochazo, resulta eficaz, comprensible y hasta angelical. Y se puede ver cierta gracia insolente en la caída en su identidad y la llamada a 'empoderarse' del Ken titular, que interpreta con mucha entrega a lo melifluo de su personaje Ryan Gosling. Sin duda, le encontrarán más agudeza aquellos que estén más familiarizados con el mundo Barbie, la variedad y ocupaciones de las muñecas y artilugios que las acompañan, pero sorprenderá a todos, pues la reconstrucción de Barbilandia es francamente espectacular, incluso para aquellos que solo hayan roto pelotas de fútbol.
Estreno en cine
Barbie
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- Lo mejor de la película, incluidos sus textos y subtextos, es Margot Robbie 3
Crítica de Barbie
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- Director Greta Gerwig
- Actores Margot Robbie, Ryan Gosling...
Greta Gerwig ha echado el resto en la puesta en escena, en la colocación de colores, formas, vestuario y atmósfera general, y a pesar de que no hay grandes retos dramáticos en lo argumental, uno comprende que lo importante es 'el mensaje'. El medio para transportarlo es agradable y entretenido, pero el asunto es fabularnos una sátira comprensible de la sensibilidad de la mujer y de su papel, sea en el mundo o en Barbilandia, aunque quizá no satisfaga a ese actual feminismo veloz al que probablemente 'lo Barbie' le haga potar.
Lo mejor de la película, incluidos sus textos y subtextos, es Margot Robbie, que también era lo mejor de 'Babylon' y lo mejor de cualquier cestillo de frutas, una actriz excelente y que suele tocar la tecla precisa (siempre que esté afinada, claro, y que libere una nota hermosa), y lo segundo mejor es Ryan Gosling, en su ridículo papel que él ennoblece con mentón afilado y ojillos de Ken, y a pesar de algunos números musicales que no llegan a las dos cifras.
En cualquier caso, y entre la superficialidad y la trascendencia, Gerwig nos vacía su pastillero y hace un repaso, sin perder el humor, sobre las relaciones de la mujer con el hombre y la de ambos consigo mismos, y propone ideas sobre lo femenino y, también y muy especialmente, sobre lo masculino y sus cambios y adaptaciones 'culturales' que hacen corriente con el patio de butacas, aunque no pueda o no quiera evitar un cierto aire de sermón.
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