Crítica de «Próxima»: Entre amarte y a Marte
La película maneja con tanto acierto lo que de verdad quiere contar, que no merece la pena entrar en algunas pequeñas necedades inverosímiles de guion

Ficha completa
Hay dos líneas interesantes y originales en esta historia que dirige con sobriedad y buena vista la directora Alice Winocour , en una nos muestra el periodo de adaptación, aislamiento y sacrificios de unos astronautas antes de emprender un largo viaje a Marte y en otra la fortaleza, las dudas, el sentimiento de culpa y las dificultades de una mujer para «conciliar» su trabajo, sus sueños y su complicada vida familiar.
La mujer es el personaje central, la diana a la que mira Winocour, y es tanto una astronauta a punto para emprender la aventura de su vida, como una madre separada y con una hija de siete años a la que debe preparar (y prepararse) para una separación de al menos un año. Anudar estas dos líneas argumentales es lo que hace la directora con equilibradas dosis de emoción y de información, con la ayuda de la actriz protagonista, Eva Green, que concilia perfectamente su interpretación «física» y «psicológica».
El tratamiento de la preaventura espacial está narrado con otros códigos distintos a los habituales del género, y hasta se permite un personaje «cliché» que interpreta magníficamente un actor tan físico como Matt Dillon, que subraya el punto de vista femenino de «Próxima» y algunas diferencias imaginables entre ser un astronauta y ser una astronauta. La película maneja con tanto acierto lo que de verdad quiere contar, que no merece la pena entrar en algunas pequeñas necedades inverosímiles de guion.
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