Crítica de «Uno para todos»: Mensaje de concordia en zona de guerra
Aunque la historia «suene», aquí está tratada con enorme frescor y naturalidad, y tiene la delicadeza de no subrayar las subtramas y dejarle al espectador el paladeo de intrigas secundarias en el aire. Absolutamente recomendable

Uno de los aspectos no siempre valorados en una película responde a la prosaica pregunta de ¿pero, esto, a quién le interesa?, y en el caso de « Uno para todos » la respuesta es aplastante: a los niños, a los que lo han sido, a los padres, a los que lo van a ser, a los educadores, a los alumnos, a los que tienen algo que perdonar, a los que tienen algo por lo que ser perdonados… En fin, que habría que utilizar rastreadores para encontrar a alguien al que, de un modo o de otro, no le toque esta historia en alguna de sus terminales nerviosas. El argumento se centra en un profesor interino que llega a un pequeño pueblo de Zaragoza, Caspe, para hacerse cargo en un colegio del Curso de Sexto de Primaria (para los que no estén en el ajo, chicos y chicas de 12 años con toda su cohetería por estrenar). Aunque el argumento se centra en él, se concentra en ellos y en sus circunstancias.
Y son las circunstancias las que le otorgan altura, peso y emoción a la trama : se mezcla la enfermedad con el «bullying», la comprensión con la represalia, la camaradería con el abuso…, son niños en plena vendimia de carácter, identidad y sentimientos, y observados atentamente por la mirada llena de claroscuros del profesor, quien tiene a su vez todo un curso que aprobar en lo tocante a esas asignaturas de identidad y sentimientos…
El director es David Ilundain, que ya hizo aquella película de raro formato titulada « B » sobre Luis Bárcenas, y se sube aquí un peldaño para contar esta historia pacífica en una zona de guerra (la infancia y el colegio es, salvo excepción, la jaula del tiranosaurio en el parque jurásico). Aunque la historia «suene», aquí está tratada con enorme frescor y naturalidad (todos los actores, grandes y pequeños, están magníficos), y tiene la delicadeza de no subrayar las subtramas y dejarle al espectador el paladeo de intrigas secundarias en el aire. Absolutamente recomendable.
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