El pódcast como nuevo aliado de la vieja televisión

Óscar Rus

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13/02/2022 a las 02:06h.

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A la radio, que hoy celebra su Día Mundial gracias a la Unesco , se le dio por muerta una vez nació la televisión. Y a la televisión se le está dando por muerta una vez nació internet. Sin embargo, estos tres medios de comunicación, junto a la prensa, se retroalimentan. El paradigma es el pódcast, que ya existía antes de que lo bautizaran hace casi veinte años. Hasta Carrie Bradshaw, la protagonista de la serie 'Sexo en Nueva York', trabaja ahora en uno (muy malo).

El pódcast, cuya baza es el diferido a la carta, se escucha en Spotify, se ve en YouTube y se comenta en Twitter. Ocurre con 'Estirando el chicle'. Algunos son de pago ya. La paradoja es que los más escuchados en España, según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación, son aquellos emitidos antes en directo por la radio. Más de un millón de personas escuchó pódcast en 2021. Y a pesar de su popularidad, es el lugar para lo excepcional, como '¿Puedo hablar!'.

Es también un espacio donde hablar sobre el último episodio de una serie. Puede ser una iniciativa ajena, donde fans desgranan las tramas y teorizan qué podría pasar, pero también puede ser una extensión promovida por la plataforma emisora. HBO acompañó cada episodio de la serie española 'Patria' con un pódcast en el que se entrevistaba a sus intérpretes o creativos. Y este invierno ha repetido dicha estrategia con 'And Just Like That...' , la secuela de 'Sexo en Nueva York', con un espacio en el que los guionistas defienden sus (malas) decisiones. Movistar+ también se aprovechó de este medio para contextualizar periodísticamente 'La Fortuna' .

Hay otra manera de convergencia: la adaptación televisiva de ficciones sonoras. Precisamente Movistar+ está rodando ahora 'El gran apagón'. El pódcast, como el cómic, es también útil para continuar tramas secundarias de series. RTVE lo probó con 'Maitino', esqueje sonoro del serial 'Acacias 38' sobre dos personajes femeninos .