mar de fondo
Sánchez: traición a cámara lenta
En lugar de sacar a Cataluña de España, sacar a España de Cataluña. En definitiva, un 'procés' invertido, pero un 'procés' al fin
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Sánchez prometió resolver el problema catalán, y sin duda está cumpliendo. Eso sí, nadie entendió en aquel momento que lo resolvería completando él la hoja de ruta indepe que los líderes de Junts y Esquerra, dos tipos bastante ineptos y cobardes, no habían sido capaces ... de llevar adelante. Al final, nadie habrá hecho tanto por el secesionismo catalán como Sánchez, el 'Pere'. Merece como mínimo tanta admiración, o más, que Companys o Maciá, y en ningún caso algo que no sea un puesto en el podio indepe. Él solo habrá sido capaz de sacar a los políticos presos, amnistiar a cientos de activistas acusados incluso de terrorismo, y además hacer desaparecer el delito de sedición para futuras tentativas junto a los riesgos de la malversación para poder usar fondos públicos al atentar contra el orden constitucional, conceder estatus de interlocutor del Estado al capo procesista fugado de la Justicia, consolidar el relato del 'lawfare' que desacredita a la justicia española, hacer una fortísima quita de la deuda del 'procés' y marcar la pauta para un cupo que los saque de la solidaridad territorial porque 'España ens roba', y empezar a darle competencias del Estado en las fronteras con algo más que un valor simbólico diluyente. Una hoja de servicios soberanistas como la de Pere no la tiene nadie en Cataluña. Pero nadie.
Este es simplemente un camino alternativo para el procesismo: en lugar de sacar a Cataluña de España, sacar a España de Cataluña. En definitiva, un 'procés' invertido, pero un 'procés' al fin. Básicamente se trata de un plan B con el mismo objetivo y, hasta ahora, con mucho mejor resultado. En lugar de romper el Estado, facilitar que se vaya diluyendo al deshacer las costuras del país a la medida de los intereses del nacionalismo. Y esto puede calificarse de muchas maneras, pero la más precisa es alta traición a cámara lenta. La estrategia del BOE, jalonando la hoja de ruta con hechos consumados, va cumpliendo hitos a sabiendas de que el clima de polarización hace que los suyos traguen con todo. Y todo es todo. Prometió traer a Puigdemont para que fuese juzgado pero negocia con él en Suiza con un mediador internacional y todos los honores; prometió que pagaría por rebelión y les ha vaciado el Código Penal de sus delitos; prometió que no habría amnistía y concedió la versión premium; prometió que nunca les daría la llave de la caja y ese fue el pago para investir a Illa, que ejerce de palanganero sonriente mientras Moncloa negocia no con la Generalitat sino con el prófugo; y por supuesto tanto él como sus ministros habían negado que se pudieran transferir fronteras e inmigración, como antes el cupo y la amnistía, y ya está hecho con el enésimo subterfugio semántico, poniendo al zorro a velar por el gallinero. Desde luego Puigdemont y Junqueras jamás hubieran llegado tan lejos como Sánchez con la hoja de ruta indepe contra el Estado.
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