SIN ACRITUD
Anestesiados
La alcaldía de Jaén es la última tropelía –primera de 2025– del Gobierno; pero da igual, son tantas que no le penalizan
Exactamente seis meses antes de las últimas elecciones generales, Narciso Michavila participó en un encuentro informativo organizado por LA VOZ de Cádiz en el que afirmó literalmente: «Las elecciones generales las ganará Feijóo de calle». Michavila era –y sigue siendo– el sociólogo y analista más ... fiable de España a la hora de elaborar e interpretar una encuesta electoral. Prácticamente nadie puso en duda su predicción. Pero aquel 23 de enero del 23 acertó sólo la mitad de su pronóstico. Feijóo ganó. Pero no de calle. Y Sánchez logró formar Gobierno gracias a su falta de moral y de escrúpulos a la hora de aliarse con cualquiera que le permitiera seguir gobernando, aunque fuesen ultraderechistas catalanes cuyo único objetivo político es independizarse de España. Todo esto usted ya lo sabe. Y desde entonces, a poco que le interese la actualidad de su país, ha asistido a toda una catarata de ruindades y vilezas que hasta hace muy poco tiempo considerábamos impensables en nuestra democracia. Pero han ocurrido. La indignidad de nuestro presidente y su Gobierno no conoce límites.
Ocurre que lo que debiera ser motivo más que suficiente para que hubieran sido desalojados de La Moncloa hace mucho tiempo, se ha repetido tanto, ha enraizado tanto en nuestro día a día, que lo hemos normalizado. Estos días navideños hemos podido disfrutar de una pequeña tregua de la actualidad política, jornadas de esquí del presidente al margen. Hemos podido reencontrarnos con amigos y familiares a los que hacía tiempo que no veíamos y, aunque todos tratamos de evitar las conversaciones sobre política por pura supervivencia, en algún momento es inevitable que se 'cuelen'. No sé si usted ha percibido lo mismo, pero en el caso de un servidor he comprobado de primera mano el hastío imperante. Pedro Sánchez está ganando la 'batalla' por puro agotamiento de los ciudadanos. Impera el cansancio, que ha dado lugar a una indiferencia altamente preocupante. Tanta tropelía diaria, tanta sobreinformación sobre sus numerosos escándalos de corrupción, tantísimas vergonzantes cesiones a los socios que le sustentan... han provocado un efecto anestésico. Y gracias a ese tedio social sigue gobernando a sus anchas. Sánchez va ganando de calle. La infamia sale a cuenta. Sólo es cuestión de ejercerla como rutina y adormecer a las masas. Unas masas que son cómplices de su indignidad. El último ejemplo –el primero del nuevo año– lo tenemos ahora mismo en Jaén. Desde ayer el socialista Julio Millán es el nuevo alcalde jiennense por obra y gracia de María Jesús Montero, que ha convencido a un partido minoritario para que le apoye con la promesa de que Hacienda le va a enjuagar millones de euros de deuda por la misma cara. Dinero de todos para intereses políticos particulares. Lo mismo que con los catalanes. Que con los vascos. Una nueva ruindad. Pero no pasa nada. Son tantas que ya no importan. Estamos anestesiados. Somos sus cómplices.
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