Juan Jara resucita en Barcelona
La violencia agitada desde el poder recuerda a tiempos terribles

Juan Jara era un panadero de Zalamea de la Serena con inquietudes polĆticas. En aquellos convulsos principios de la II RepĆŗblica Ć©l no se hizo comunista, anarquista ni socialista, sino falangista. El 3 de diciembre de 1933 Juan Jara fue asesinado de un tiro en ... la nuca sin que mediara palabra alguna. Su asesino era un miembro del PSOE del pueblo. El aƱo pasado, el Ayuntamiento de Badajoz, del PP, le quitó la calle a Juan Jara, bajo presión de la Diputación, controlada por los socialistas, que le amenazaba con retirarle ayudas.
Ayer, grupos violentos separatistas atacaron por las calles de Barcelona a espaƱoles que acudĆan a un mitin electoral de Vox. Algunas de las agresiones pudieron acabar de forma fatal, con lanzamiento de grandes piedras y golpes a varios heridos. Los agresores habĆan sido espoleados por la alcaldesa de Barcelona. Ada Colau creó las condiciones necesarias para que estos ataques se produjeran. Ella impidió que el Palacio San Jordi, que habĆa firmado contrato, cumpliera y acogiera el acto electoral. Por eso tuvo que celebrarse al aire libre expuesto al ataque de las salvajes camadas separatistas. De eso se trataba. De aterrorizar a los seguidores de Vox. Como en Zalamea de la Serena. El PSOE no condena la agresión hoy como no condenó entonces.
En realidad al caso de Juan Jara no podĆa aplicarse esa Ley de Memoria Histórica creada en aras del revanchismo. Cuyo objetivo real es pavimentar el camino al cambio de rĆ©gimen con el derrocamiento de la monarquĆa como jefatura del Estado emanada del franquismo. La vĆctima fue asesinada antes de Ā«la guerra civil y la dictaduraĀ», los tiempos contemplados en la despreciable ley. Pero dio igual. Jara, que no sabrĆa quiĆ©n era Franco, fue tachado de Ā«franquistaĀ» como Calvo Sotelo, asesinado antes del alzamiento. Y se quedó sin su modestĆsima calle. Aun no se la han dado a su asesino. Si no se impide, todo se andarĆ”. Bajo esa ley, escritores gloriosos han tenido que ceder su calle a asesinos.
En la feria del precioso pueblo de Barcarrota en Badajoz se destapó ayer una placa de homenaje al ABC en recuerdo de una portada del diario en 1961 con la cĆ©lebre plaza de toros dentro del castillo. Se habla en el campo extremeƱo mucho de polĆtica Ćŗltimamente. Se habla ahora mucho de Vox en estas tierras tanto tiempo controladas por la izquierda. AquĆ, donde pĆ”ginas terribles cerradas fueron abiertas por los socialistas, quienes mĆ”s interĆ©s tenĆan que haber tenido por mantenerlas cerradas. Hoy los acosos, la polarización, el maltrato a Vox por todos los que recibieron con amabilidad a un partido totalitario como Podemos, enrarecen el ambiente no solo aquĆ. Con los abusos masivos de un gobierno sin escrĆŗpulos dan a esta campaƱa un siniestro aire de aquella repĆŗblica del Frente Popular que Pedro SĆ”nchez ha declarado su referente. Aunque asesinara a sus adversarios. Pero algo les sale mal. Ayer, tras los incidentes de Barcelona, daba la impresión en el campo extremeƱo de que habĆa mĆ”s votantes de Vox que un dĆa antes.
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