La ola contra la amnistía vuelve a inundar el centro de Madrid
Un centenar de organizaciones cívicas lideraron una protesta que logró sacar a miles de personas a la calle
Fernando Savater animó a no decaer: «No sois siervos, sois ciudadanos libres e iguales»
Residentes españoles en Londres se manifiestan frente a la embajada

Cientos de miles de personas volvieron ayer a inundar las calles de Madrid en contra de la amnistía y los pactos firmados por Pedro Sánchez con nacionalistas e independentistas para mantenerse en el poder. Aunque las cifras nunca coinciden -un millón según los organizadores ... y 170.000 según delegación del Gobierno-, miles de personas desbordaron la plaza de Cibeles y llenaron las principales arterias de la capital convocadas por más de un centenar de organizaciones sociales.
«Hoy podemos coger primera fila», decía ilusa una señora cuando aún faltaban 90 minutos para el comienzo del acto. Pero ese lugar ya estaba ocupado tres horas antes del inicio oficial de la protesta. «Esto lo hacemos por vosotros, los jóvenes», decían tres de las privilegiadas que defendían su lugar agarradas a la primera valla frente al escenario. El paisaje era el habitual, lleno de banderas de España demostrando su gran versatilidad: ondeando al viento, de diadema, como capa, en un paraguas, pañuelo al cuello o incluso en forma de mantita en el carro de un bebé que dormía ajeno al bullicio.
Los cánticos también fueron los ya conocidos en las protestas que llevan prácticamente un mes mostrando el rechazo al nuevo Ejecutivo. Al habitual 'Puigdemont a prisión' se sumaron las consignas contra el presidente del Gobierno: 'Sánchez a prisión', 'Sánchez traidor', 'Sánchez dictador'... Pero hubo una novedad. 'Me gusta la fruta' era el nuevo lema que se podía leer en numerosas pancartas recuperando las palabras popularizadas por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. De banda sonora 'Mediterráneo' de Joan Manuel Serrat, 'Mi querida España' de Cecilia, 'Libertad sin ira' de Jarcha o 'Que viva España' de Manolo Escobar. Mientras, la pantalla en el escenario proyectaba imágenes de paisajes de toda la geografía nacional.
La protesta fue secundada por el Partido Popular, Vox y Ciudadanos, representados por sus líderes, Alberto Núñez Feijóo, Santiago Abascal y Adrián Vázquez; pero los protagonistas sobre el escenario fueron los representantes de la sociedad civil que lograron movilizar a la ciudadanía un fin de semana más pese a haberse consumado ya la elección del presidente del Gobierno.
El filósofo Fernando Savater animó a los ciudadanos a mantener viva la protesta. «Esta manifestación es el primer paso de una resistencia que tiene que continuar. El Gobierno confía en el aburrimiento, en el cansancio», avisó pidiendo una «desobediencia debida». Los ciudadanos, reivindicó, no son «siervos» sino ciudadanos «libres e iguales». «Quien tolera lo intolerable termina viviendo de una manera miserable. Y recurrió a la ironía para confesar que está de acuerdo en una cosa con el Gobierno, en poner escolta a Puigdemont.
«Creo que hay que escoltar a Puigdemont, pero para llevarlo a Alcalá Meco y dejarlo allí unos cuantos años», proclamó ante el entusiasmo de los concentrados. Antes que él, la presidenta de S'ha Acabat!, Júlia Calvet, acusó a Sánchez de «vender a España por siete míseros votos» y denunció que para él sea «más importante permanecer en el poder que el Estado de derecho y la unidad nacional». También el dramaturgo Albert Boadella fue muy duro contra el Gobierno en un vídeo grabado: «Me jode pensar que mi vida empezó en una dictadura militar y puede acabar en una dictadura progre».
«Sánchez ha vendido España por siete míseros votos. Para él es más impor
Júlia Calvet
Presidenta de S'ha Acabat
Félix Ovejero por su parte arremetió contra los pactos del Ejecutivo, que permiten decidir el futuro del país a quienes «quieren destruirlo». Y se dirigió a los muchos socialistas que a su juicio se «avergüenzan» de las decisiones de su partido tras las elecciones generales. «El PSOE se ha degradado para siempre. El Partido Socialista está ideológicamente muerto y bien muerto», denunció. Después, el escritor Andrés Trapiello comparó con el Quijote a los concentrados: «Sánchez quiere volvernos locos, quiere que perdamos el juicio». También intervino muy emocionada y en defensa de la libertad Conchita Martín, viuda del teniente coronel Pedro Antonio Blanco, asesinado por ETA en enero del 2000.
La parte internacional la pusieron el periodista venezolano Miguel Henrique Otero, que alertó de «procedimientos semejantes» en Venezuela y en España, y el eurodiputado portugués Paulo Rangel, que garantizó a los manifestantes apoyo en toda Europa. «La ley de amnistía no es un problema en España, es un problema en toda Europa», proclamó avisando de que la fiscalización parlamentaria de las acciones judiciales es «una línea que no se puede pasar».
«Mi vida empezó en una dictadura militar y puede acabar en una dictadura progre»
Albert Boadella
Dramaturgo
Antes se habían proyectado imágenes de los altercados en Cataluña el 1 de octubre de 2017, con un recuerdo especial a los policías que intervinieron y a los agentes heridos en los altercados. «Tras haberse jugado la vida para garantizar la democracia en España, ahora asisten atónitos a la impunidad de la que gozan sus agresores y perplejos ven cómo desde el Gobierno se amnistía a quienes quebraron el Estado de derecho».
Marcha hacia La Moncloa
El himno de España fue el encargado de poner fin a la concentración en Cibeles, pero algunos manifestantes decidieron trasladarse entonces a la calle Ferraz para continuar allí con las protestas que se mantienen frente a la sede del PSOE desde hace ya dos semanas. La novedad llegó cuando una parte de la caravana decidió seguir su marcha hacia el Palacio de la Moncloa llegando a obligar el corte de la A-6 en uno de sus sentidos, aunque rápido fue disuelta por la Policía.
«Sánchez quiere volvernos locos, quiere que perdamos el juicio como Alonso Quijano. No en mi nombre»
Andrés Trapiello
Escritor
El eurodiputado de Vox Hermann Tertsch fue uno de los que se sumó a esa marcha, mientras que el diputado de Vox Javier Ortega Smith volvió a Ferraz tras la polémica generada los últimos días por enfrentarse a la Policía, avisando a los agentes de que estaría muy atento a su actuación y denunciaría cualquier abuso.
Esta actitud le costó el reproche de todos los sindicatos policiales, incluido Jupol, el tradicionalmente más próximo a los postulados de Vox. Abascal señaló sin embargo al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a quien considera «responsable de la violencia en las calles» y de querer «criminalizar las movilizaciones y enfrentar a los agentes con su propio pueblo».
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