día de la mujer
La acuicultura española avanza en igualdad y sostenibilidad
El sector, al que se ha incorporado definitivamente la mujer, promueve el desarrollo económico en zonas despobladas, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria

La acuicultura se ha consolidado como un espacio con mayores oportunidades para las mujeres. En la acuicultura marina, las trabajadoras representan el 26% del empleo total, mientras que en la acuicultura continental su participación alcanza el 24%. Estas cifras, facilitadas por la asociación Acuicultura de España (Apromar), cuyos portavoces estiman que sector acuícola ha experimentado importantes avances en materia de igualdad, responden en parte a «la diversificación de roles dentro de la actividad acuícola, lo cual permite una mayor integración de las mujeres en labores técnicas, comerciales y de gestión». El sector cuenta cada año con más mujeres en todos sus estamentos, una tendencia que se materializa en perfiles técnicos, científicos y especializados al mando de empresas y centros de investigación, lo cual amplia el impacto del conocimiento femenino en la industria.
La evaluación intermedia publicada en 2024 sobre el II Plan para la Igualdad de Género en el Sector Pesquero y Acuícola 2021-2027 del MAPA refleja avances notables en el fortalecimiento del movimiento asociativo femenino, el aumento de la visibilidad de las mujeres, las mejoras en seguridad laboral y la protección social, así como un incremento en las oportunidades de formación y emprendimiento. El crecimiento del asociacionismo femenino ha permitido visibilizar la labor de estas trabajadoras y ha facilitado el acceso a recursos, formación y espacios de participación, lo cual mejora sus condiciones laborales y amplía su presencia en distintos segmentos de la cadena productiva, según Apromar, entidad que aglutina al sector español dedicado a la producción de pescados y algas en mares y ríos.
Freno a la emisiones
España es el país líder en producción acuícola de la UE con más de 332 mil toneladas al año y con un valor superior a los 760 millones de euros. Con 8.000 kilómetros de costa, ocho grandes ríos, numerosos cursos fluviales menores, lagos y una capacidad de agua embalsada que supera los 55.000 Hm3, una gran variedad de climas, biodiversidad y orografías, y con unas 6.000 instalaciones de acuicultura repartidas por casi todas las comunidades autónomas, se sitúa en las primeras posiciones internacionales en innovación alimentaria en torno a la proteína de origen animal ,o cárnico.
La acuicultura es—según Apromar— una de las formas más sostenibles y eficientes de obtener alimentos naturales: «No solo presenta uno de los índices más bajos de emisiones de gases de efecto invernadero en proporción a la cantidad de proteína animal obtenida, sino que además lo hace con un mínimo consumo de agua dulce, por lo que genera una de las huellas hídricas más bajas de todo el conjunto de la producción alimentaria».
La acuicultura presenta uno de los índices más bajos de emisiones de CO2 —en proporción a la cantidad de proteína animal obtenida—, de todo el conjunto de la producción alimentaria, según los informes técnicos de la patronal del sector. En España genera solo 2,2 Kg de CO2 equivalente para obtener un Kg de trucha arcoíris; 2,4 Kg de CO2 para un Kg de lubina y 4,9 Kg de CO2 para un Kg de rodaballo.
A pesar de los esfuerzos generalizados desde hace décadas, la pesca sostenible ya no es suficiente para que todos podamos comer pescado, según el consenso científico, por lo que el hecho de que la acuicultura proporcione ya más del 50% del pescado que comemos en todo el mundo —según los datos del último estudio SOFIA de la FAO— «es una de las claves para avanzar hacia acercarnos a la recomendación de la OMS de comer pescado tres o cuatro veces por semana para tener una dieta saludable y equilibrada».
Seguridad alimentaria
La acuicultura es una actividad primaria que promueve el desarrollo económico y social de las comunidades rurales de interior y litorales donde se establece mitigando el el impacto de la despoblación rural, generando empleo y oportunidades económicas con una actividad que se integra en el entorno natural, con un sistema productivo limpio, sin ruidos y sin olores, según la información que aporta la citada asociación que, además, destaca su impacto positivo en la seguridad alimentaria: «El pescado de acuicultura no contiene anisakis, ni microplásticos, ni metales pesados que las especies salvajes pueden incorporar a través de la cadena trófica; al tratarse de especies cultivadas, su alimentación se controla al 100%. Mientras el cultivo de algas para consumo humano ya está despuntando en España —y aparte del mejillón y otros
moluscos—, las especies de peces más cultivadas son la lubina, la trucha arcoíris y la dorada, que representan en conjunto más del 75% del total de la producción española de pescado de acuicultura. Le siguen el rodaballo, el atún rojo, la corvina y el esturión.
Un informe de Apromar cifra en 8.200 personas de forma directa y 40.000 de manera indirecta las que trabajan en este sector en España, «que aporta más de 80.000 toneladas de alimento, natural, fresco y nutritivo, al año»; las cifras de la acuicultura española indican que cada año aumenta el porcentaje de mujeres (25%), superando la media mundial y con la incorporación en mayor medida de profesionales altamente especializadas».
Integración e innovación
Con motivo de la celebración hoy del Día Internacional de la Mujer', Ariadna Sitjà, bióloga, investigadora y directora desde 2019 del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (IATS) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) —dedicado a la salud y el bienestar animal en la acuicultura—, describe el avance en igualdad del sector de la investigación acuícola: «Cuando el IATS se fundó en 1979, las mujeres suponían solo el 16,7 % de los empleados y hoy en día somos un 56,7 %».
Hay más perfiles femeninos y referentes en el sector, como Carmen Navarro, responsable de Recursos Humanos de una empresa de acuicultura continental, dedicada al cultivo del esturión y producción de su caviar. Navarro maneja más de 20 convenios colectivos en su grupo empresarial y cuenta cómo ha «integrado en la organización todas las reformas legales que se han ido publicando y que han comportado en muchos aspectos un cambio importante de paradigma como planes de igualdad, transparencia retributiva, integración de la diversidad o conciliación». De su mano y la de su equipo ha llegado «la integración de todas esas novedades en la cultura empresarial, la cual ha permitido que, a día de hoy, seamos un grupo que puede tener entre sus valores la igualdad, integración y conciliación de sus trabajadores».
Otra líder técnica del sector acuícola, la economista Manuela Gómez, Marketing & Business Development Manager de una empresa líder mundial de acuicultura marina que cultiva rodaballo y lenguado, es un ejemplo del valor que la contribución de la mujer está aportando a una industria hace décadas eminentemente masculina. Gómez ha contribuido con su trayectoria a que su empresa hoy esté presente en 30 países, arrancando desde cero un nuevo departamento de marketing y desarrollo de nuevo negocio. La creación de valor a través de la marca, apertura de grandes cuentas, acciones de trade marketing de activación de los diferentes canales, así como el desarrollo de nuevos productos han sido algunos de los retos que ha pilotado para su empresa, modelo que ya están siguiendo otras compañías acuicultoras sostenibles.
Esta especialista explica que «el sector ofrece muchas posibilidades, es muy dinámico y está en pleno crecimiento y en su mejor momento; cuenta con el atractivo de proporcionar alimento saludable y apetitoso de una manera sostenible, desde el punto de vista holístico, es decir, en el plano económico, medioambiental, de bienestar animal, del cuidado de las personas y de las comunidades cercanas».
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