Stellantis facturará más de 2.000 millones al año con su divisón de economía circular
El grueso del negocio estará basado en la recuperación y venta de piezas de vehículos al final de su vida útil
Stellantis duplicará su facturación en 2030 y alcanzará los 300.000 millones

Si se quiere ser neutro en carbono, invertir en economía circular es inevitable. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado Carlos Tavares, el consejero delegado de Stellantis, el cuarto mayor fabricante de automóviles a nivel mundial.
En el plan Dare Forward 2030, el directivo expuso su intención de alcanzar la neutralidad de emisiones de cara a 2038 y la creación de siete áreas de negocio para enfrentarse al futuro. La más recientemente desvelada fue la de Economía Circular, con la que el consorcio pretende facturar más de 2.000 millones al año de cara a 2030.
En 2021, esta cifra ascendió a 528 millones, aunque en palabras de la directora de esta división, Alison Jones, «los beneficios van más allá de la facturación, dado que permiten el ahorro de costes y de materias primas».
La estrategia de Jones y su equipo pasa por implementar cuatro R: refabricación, reparación, reutilización y reciclaje. De estas, la primera de ellas será la responsable del 95% de la cifra de negocio de la nueva división.
Esencialmente, refabricar se trata recuperar piezas, limpiarlas y reconstruirlas para que cumplan las mismas características con las que salieron de las líneas de montaje por primera vez. Según sus cálculos, pondrán a disposición de los clientes —y sus concesionarios y talleres— unas 12.000 piezas.
En el caso de la reparación, el grupo creará 21 centros exclusivamente para las baterías de sus coches eléctricos, intentando recuperar los materiales y ponerlas otra vez en circulación y reciclando lo que no se pueda. Este negocio crecerá considerablemente a partir de 2030, cuando se comiencen a achatarrar cero emisiones.
En la reutilización, Stellantis pretende hacerse con piezas en buen estado de coches que hayan llegado al final de su vida útil y venderlas como tal. Jones afirmó que en este caso, por ejemplo, se podían recuperar paneles de carrocería. Ahora, el grupo tiene 4,5 millones de piezas en sus inventarios a través de la plataforma de comercio electrónico B-Parts.
Más vida útil
Pero, sobre todo, esta estrategia «no tiene sentido si no se extiende la vida útil de los coches», según la propia Jones. «Nos hemos fijado como objetivo diseñar los vehículos de una manera más robusta y sencilla, de manera que duren más y se necesiten menos recursos».
Una de las consecuencias de esto, sin embargo, es que se aumentará la antigüedad media del parque, «algo que no tiene por qué ser necesariamente un problema si se trata de vehículos limpios», recordó Jones.
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El sistema de distribución se hará a través de núcleos regionales y operadores locales «que busquen maximizar la eficiencia y el ahorro de emisiones». En el caso de Europa, la responsable de estas operaciones será la planta italiana de Mirafiori, cuyo futuro era una incógnita hasta la fecha.
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