El temible efecto aquaplaning
Bajo lluvia intensa hay que extremar, si cabe, la precaución al volante, sobre todo porque la adherencia se ve claramente disminuida, favoreciendo la pérdida de gobernabilidad del vehículo. En particular, la existencia de charcos sobre la calzada puede generar el peligroso efecto aquaplanning.

De acuerdo, no es primavera ni otoño, pero también en pleno verano las tormentas pueden acabar anegando carreteras y autovías, generando, con frecuencia, el temido efectoaquaplaninig.
Pero, ¿en qué consiste el aquaplaning ? Fácil: el coeficiente de rozamiento se ve fuertemente alterado por la presencia de agua en la calzada. Se puede distinguir entre suelo húmedo, cuando la capa de agua es de unas micras de espesor, y suelo mojado, si el espesor de la capa posee décimas de milímetro.
Sobre suelo mojado, el agua que se interpone entre el neumático y el firme anula en gran parte el agarre. La presión que el neumático ejerce sobre la una calzada provoca el desalojo del agua hacia los huecos de la banda de rodadura, de modo que en suelo húmedo y con neumáticos en buen estado, la adherencia no merma de forma importante, suponiendo que las primeras gotas de agua no arrastren barro y suciedad a la calzada.
La cosa cambia con los charcos, cuando puede darse el caso de que el neumático no logre desalojar el agua existente, y que ésta comience a acumularse frente a la cubierta. Esta situación produce una presión hidrodinámica que actúa sobre el neumático, derivando a que éste se ruede por encima de la película de agua, con un rozamiento mínimo y con una fuerza sobre el suelo casi nula.
Centro Zaragoza recuerda los factores que influyen en el aquaplanning :
1. Velocidad de circulación: a mayor velocidad, mayor riesgo de sufrir aqua-planning.
2. Presión de los neumáticos: la falta de presión favorece la acumulación de agua frente a las cubiertas.
3. Profundidad del dibujo de los neumáticos: cuanto menor sea la profundidad de dibujo menos agua serán capaces de desalojar, lo favorece que, en un momento dado, la goma pierda contacto con el pavimento. La profundidad mínima legal es de 1,6 milímetros, pero se recomienda cambiar los neumáticos si la profundidad es de 2 mm.
Además, un neumático puede presentar la profundidad adecuada, pero estar envejecido por el paso del tiempo (en otras palabras, circular «caducado»), lo que cuartea y endurece la goma, perdiendo rápidamente sus virtudes. Incluso se da el caso de cubiertas «cuadradas» (es decir, no completamente redondas) por haber permanecido el vehículo estacionado durante mucho tiempo en la misma posición. Este efecto se puede producir también ante una fuerte frenada, sobre todo si el coche carece de sistema antibloque de frenos ABS, y llega a deslizar, provocando lo que se conoce como un «plano».
4. Espesor de la capa de agua en la calzada: a mayor espesor, mayor riesgo de sufrir aquaplanning .
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