Las 9 drogas que consumen los menores madrileños

Alcohol: Aumentan las borracheras

El alcohol sigue siendo la sustancia de mayor consumo, de fácil disponibilidad y de muy baja percepción de riesgo entre los jóvenes entre 14 y 18 años. El 72,1% de los menores y adolescentes madrileños lo consume habitualmente, según los datos de la última encuesta realizada por la Consejería de Sanidad. Ese porcentaje es inferior a la media nacional. Lo peor es que, en Madrid, dicho consumo se ha incrementado en 20 puntos desde el año 2006. La edad de inicio está en los 13,9 años.

En cuanto a las borracheras (consumo excesivo y reiterado, especialmente los fines de semana), el estudio revela que éstas se han reducido desde 2010, pasando de un 35,3% en ese año al 29,1% de 2012. Pero ojo porque la tendencia es ascendente: en 2006 admitían una borrachera el 25,7%.

Más del 50% de estos menores de 18 años llegan a su casa más tarde de las dos de la madrugada en fin de semana. Uno de cada cuatro, entre las 4 y las 8 de la madrugada.

Tabaco: La chicas fuman más

Tabaco y alcohol son dos drogas legales. En cuanto a esta última, la encuesta elaborada por la Agencia Antidroga (Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid), refleja que fuman el 31,3% de los menores y adolescentes madrileños. La edad de inicio a esta adicción es la de 13,7 años. Tampoco provoca mucha sensación de riesgo para la salud entre los chavales de entre 14 y 18 años.

Hay un repunte en su consumo. Si en 2012 (los datos de la encuesta corresponden a ese ejercicio) fumaba ese 31,3%, en 2010 admitía hacerlo el 27,2%. A diario fuma el 11,9% de los chicos y el 15,7 de las chicas.

Cánnabis: Repite curso la mitad de los que lo consumen

El cánnabis es una de las sustacias ilegales que más tiene que ver con el fracaso escolar. Todas son peligrosas para la salud y el rendimiento académico pero se ha demostrado que el 45% de los que lo consumen repite curso. A veces, en varias ocasiones. El cánnabis es consumido habitualmente por el 16,9% de los chavales entre 14 y 18 años. La edad media de inicio son los 15 años.

Hay otra raya roja: el 36% de los menores admite ser policonsumidor (39,5% ellas y 32,4 ellos). En sus mezclas más comúnes están el alcohol, el tabaco y el cánnabis.

Hipnosedantes ... y sin receta médica

Hay un 7,3% de menores que ya toma hipnosedantes. Lo más grave es que el 3,6% lo hacen sin receta médica. La edad de inicio a esta sustancia se sitúa en una media de 15 años.

El ambiente también es revelador. El 25% de los chavales contesta que sus padres no saben dónde ni con quiénes están cuando salen por las noches.

Además, el 60% considera que no recibe «normas claras» sobre lo que puede hacer fuera de casa. El 30% asegura que no las recibe sobre lo que puede hacer en casa.

Cocaína: Programas contra ella

Con una edad entre 14 y 18 años consume cocaína el 1,6%. La edad media de inicio «ha mejorado», dice el estudio. Y es que ha pasado de los 14,1 años en 2010 a los 15,2 en 2012.

Para que sigan mejorando todos los indicadores, la Agencia Antidroga ofrece tres programas específicos de prevención de drogodependencias en adolescentes y jóvenes. Uno de ellos, «Protegiéndote», se centra en el ámbito escolar. Ya han pasado por él 45.000 alumnos desde su implantaciaón en 2009.

Otro es «Familia», un programa centrado en el ámbito familiar que se desarrolla con la presencia de las asociaciones de padres de alumnos.

El tercer programa es «Drogas o tú» para que los menores tengan herramientas suficientes para decir «no» a cualquier tipo de adicción. Ya han recibido información más de 190.000 madrileños.

Alucinógenos: Irrumpen las «setas mágicas»

Es una de las sustancias emergentes con mejor cartel entre los adolescentes y los jóvenes: las «setas mágicas», que ya consumen habitualmente el 1,3% de la población entre los 14 y los 18 años. Los chicos, más: en un 2,2% de los más de 3.000 encuestados. Las chicas, un 0,4%. La edad de inicio son los 15,3 años.

A los chavales les dicen que estas drogas «abren la mente» porque «estimulan el sistena nervioso». Tan falso como peligroso. La psilocibina, principio activo de los hongos alucinógenos, lo que hace en realidad es reducir la actividad cerebral, disminuye el torrente sanguineo y, a la postre, bloquea la conciencia y la identidad personal.

Extasis: Sobredosis en colorines

Las pastillitas de colorines y dibujitos han bajado, por fortuna, a la cola del «top ten» de las sustancias elegidas por los adolescentes madrileños. Pese a ello, las consume habitualmente el 1% de la población entre 14 y 18 años. La edad media de inicio se sitúa en los 14,8 años.

Sin embargo, el éxtasis sí se encuentra entre las sustancias que los adolescentes también mezclan con otras drogas, preferentemente alcohol.

La encuesta de Sanidad arroja cifras de vértigo. Cerca del 40% consume una sola sustancia adictiva; el 22%, dos; el 13%, tres; el 2,5% cuatro sustancias y, por último, el 2,3% cinco o más.

Speed: Anfetamina en estado puro

Speed en inglés significa rápido. Y así es como caen en esta sustancia los adolescentes madrileños. Por muchos peligros que entrañe, como el resto, la consumen ya, habitualmente, el 0,8% de los chavales de menos de 18 años. La edad de inicio es de 15,3 años como media.

Esta sustancia tuvo utilidad terapéutica hace mucho. De hecho, no se usa en medicina desde 1935. También se utilizó en acciones bélicas para dar mayor agresividad y resistencia física y psíquica a los soldados de algunos ejércitos en la II Guerra Mundial.

También se le conoce como metanfetamaina. Pero adquiere otros nombres para que «cuelan» mejor: meth», hielo o cristal.

Heroína: Un «mono» de 10 días

La heroína la consume el 0,7% de los menores madrileños. Más los chicos que las chicas. Se inician en ella, después de haber consumido otras sustancias, a la edad media de 14,6 años. Es altamente adictiva. El síndrome de abstinencia _«mono»_ es uno de los peores. Aparece a las ocho horas de la última dosis y genera un profundo malestar entre las 36 y las 72 horas que puede durar a diez días. Llega un momento en que todo en la vida del adicto gira alrededor de la búsqueda, obtencióny consumo de la droga.

La adicción reiterada mediante inyección provoca las «venas de cristal», cicatrizadas y colapsadas. También infecciones bacterianas en vasos sanguíneos, abscesos, infecciones en tejidos blandos así como enfermedades hepáticas, cardíacas y renales. Hay, incluso, complicaciones pulmonares por el efecto depresor de la heroína.