El pueblo de Asturias que cultiva arte contemporáneo (y con mucho éxito)
"Los vecinos colaboran con los artistas y se implican en el proyecto", dice Gerardo López, coordinador de Néxodos, la bienal de arte que llena San Román de Candamo de obras de vanguardia creadas específicamente para cada rincón de la localidad

Julián Rus
Gerardo López, presidente de la asociación Néxodos. Periodista de 57 años, director de cuentas en una agencia de comunicación en Madrid y teletrabajador desde San Román de Candamo, es el coordinador del colectivo Néxodos, que cada dos años organiza en este hermoso pueblo candamín un encuentro de arte contemporáneo, en el que relevantes creadores conciben obras de todo tipo para lugares específicos del pueblo. Néxodos no sólo es ya un éxito de público, es también un nuevo modelo de desarrollo rural que se apoya en el arte de vanguardia.
–La idea es ser capaces de que, desde el pueblo, podamos crear y proponer proyectos culturales de calidad y de vanguardia. Se habla mucho de las políticas para fijar población en el medio rural, pero se piensa poco en la cultura. Y la cultura genera una implicación muy grande por parte de las comunidades. Es una gran herramienta para cohesionar a los grupos humanos.
Gerardo López es el coordinador del colectivo Néxodos que organiza en San Román de Candamo una bienal de arte contemporáneo, con obras creadas especialmente por destacados artistas asturianos y del resto de España para lugares concretos del pueblo, en un proceso que cuenta con la colaboración de todos los vecinos. El año pasado fue la tercera edición, todo un éxito de público. Más de 2.500 personas pasaron por allí, por el primer pueblo de Asturias que durante una semana de julio, cada dos años, se convierte en un museo de arte de vanguardia. La próxima cita, en julio de 2024.
"Néxodos es una asociación sin ánimo de lucro que desarrolla proyectos culturales en el medio rural. En el colectivo hay artistas y personas que no lo son, pero todos tenemos en común que nos interesan mucho la relación entre la cultura y el desarrollo de la vida de los pueblos y de las periferias. Desarrollamos productos culturales en el medio rural con el lenguaje contemporáneo de las artes plásticas, de la música… Generamos proyectos desde los territorios que habitamos. Además de San Román también hacemos proyectos en Monzón de Campos (Palencia), y en Portillo (Valladolid)".
"La idea surgió en San Román. Hay un edificio del siglo XIX en el centro del pueblo que ha tenido un valor histórico y sentimental muy importante a lo largo de la historia. Se construyó como una casa de indianos y pasó por distintos avatares… Su último uso fue centro de salud. Llevaba décadas cerrado. En una reunión de amigos de Oviedo, de Madrid y de San Román, dando una vuelta por el pueblo, vimos el edificio y empezamos a pensar que había que hacer algo para poner el foco sobre ese inmueble y que no se cayese. Ese fue el germen de todo"
"En el verano de 2017 logramos abrir el edificio y en esa primera edición intervinieron doce artistas en doce espacios del inmueble, crearon distintas obras para las antiguas consultas de los médicos, la sala de espera, el jardín…. La gente del pueblo se volcó. Y la escena artística en Asturias respondió muy bien. Vinieron artistas, galeristas... Tras el éxito de esa primera acción nos pareció que aquello no podía quedar en nada… Ahí fue donde nació la asociación Néxodos".
"En el encuentro de creación contemporánea y medio rural el protagonista es el pueblo y las cosas del pueblo: reflexionamos sobre la cultura popular, la que se conforma entre todos los vecinos y las vecinas. Por ejemplo, en la última edición (2022) el tema de todas las intervenciones artísticas era el caminar, algo que se está perdiendo. Ya no se cruza el pueblo caminando. Hoy todo el mundo va en coche a todos sitios y queríamos reivindicar eso, el caminar, los caminos como canales de comunicación".
"Lo primero que hacemos en cada edición de Néxodos en San Román es una reunión con los vecinos para decidir el tema de ese año. Es muy importante que los vecinos estén implicados. Así todo es más fácil. Así no hay que explicar nada, ellos ya forman parte del proceso creativo. De esa reunión sale el tema que proponemos a los artistas y ellos elaboran obras específicas para determinados espacios del pueblo".
"Los vecinos participan desde el principio. Incluso, aportando la materia prima. El año pasado un artista intervino una serie de alfombras para colgarlas de los balcones, para hablar de la pandemia y de sacar fuera las cosas de casa. Y los vecinos trajeron muchas alfombras y dejaron sus casas".
"Ese proceso es muy importante. Queremos que la implicación entre artistas y vecinos sea casi en pie de igualdad. El año pasado hicimos unos recorridos guiados en los que los artistas iban explicando sus intervenciones, pero también organizamos otros recorridos guiados por vecinos en los que íbamos viendo los hórreos, las fuentes, las distintas cosas del pueblo. Para nosotros la misma importancia tiene una cosa que la otra".
"Hay muchos prejuicios, seguramente merecidos, contra el lenguaje del arte contemporáneo, que a veces es muy conceptual. Y si tú ves algo que nadie te explica es normal que pueda parecerte una chorrada. Como el arte conceptual responde a un concepto, sin la explicación del concepto no tiene sentido. Si un chino se pone a hablar en medio de la plaza no lo entiendes porque no sabes chino. Necesitamos que alguien nos lo traduzca. Y, en nuestro caso, es el propio artista el que traduce. Y esta es una de las claves del éxito de Néxodos, que los artistas están al pie del cañón explicando sus piezas".
"Y el proceso de colaboración con los vecinos también ayuda. El lenguaje contemporáneo puede parecer una cosa abstracta, pero la persona que ha estado en el proceso entiende perfectamente a qué responde esto o aquello. Así no se producen rechazos. Todo lo contrario. Hay una respuesta muy positiva de los vecinos, que no dejamos de sentir orgullo de que esto suceda en nuestro pueblo, que llame la atención. En la última edición vinieron dos mil quinientas personas en la semana que duró Néxodos".
"Eso genera orgullo de pertenencia: somos capaces de hacer algo que atrae a gente nuestro pueblo, que ya no sale en los medios por un suceso o por un asunto triste de despoblación o de cierre de algo, que es normalmente por lo que salen las cosas de los pueblos. Nuestro pueblo sale en positivo, con algo creativo y que aporta".
"Por otro lado, todo eso da la posibilidad de hacer cosas diferentes y de pensar de manera diferente sobre lo cotidiano. Porque también así atraes la mirada de otro tipo de gente, que nos interesa, gente que piensa y que crea. Y el pensamiento y la creación pueda ayudarnos a repensar el modelo de vida en medio rural y el futuro".
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