ANÁLISIS TÁCTICO DEL GENERAL (R)
Siria entra en el infierno de la incertidumbre
Desaparecida la argamasa de su enemigo común, Bashar al Assad, no parece que la coalición opositora pueda prolongarse mucho tiempo
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
Tras 13 años de guerra contra las Fuerzas Armadas sirias, los yihadistas/milicias de Hayat Tahrir Al-Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), en una veloz operación ofensiva de poco más de 10 días, han derrocado el régimen de Bashar al Assad, ... tras 53 años de saga familiar. La operación ha sido de lo más simple: dos esfuerzos convergentes hacia la capital, Damasco.
Uno, desde el norte del país en los confines de la frontera turca (zona de Kilis-Azaz-Al Rai), que ha progresado siguiendo la autovía M5 que discurre, a 80 km de distancia, paralelamente a la costa siria. Los yihadistas, sin encontrar resistencia mayor que los esporádicos bombardeos a cargo de la aviación rusa (la prioridad ucraniana no permite mayores alegrías), han ido alcanzando rápida y sucesivamente Alepo, Idlib, Hama, Homs y la emblemática Palmira.
El otro gran esfuerzo, desde el sur (zona de Daraa, a solo 5 km de la frontera jordana), ha progresado, en sentido inverso, por la misma dirección de la M5, en dirección a la capital situada a un centenar de kilómetros. La pasividad de las tropas sirias y la falta de apoyo decidido de Rusia e Irán -los dos grandes valedores del régimen de Al Asad-, han provocado la salida del país del presidente sirio y el escandaloso desplome de su régimen. Es probable que, en la reunión de los ministros de asuntos exteriores de Rusia, Turquía e Irán, celebrada en Qatar, el sábado, en los márgenes del Foro de Doha, los tres países llegaran a algún tipo de acuerdo sobre el tema. El presidente Assad despegó de Damasco, en la madrugada del domingo, con destino desconocido, aunque algunas fuentes afirman que el avión habría sido derribado.
Parece obvio que, en la preparación y el desencadenamiento de ambos esfuerzos, los yihadistas hayan contado con la implicación, por acción y/o por omisión, de potencias limítrofes a Siria. En el primero, de Turquía, con apetencias territoriales sobre Siria y cuya frontera común es particularmente sensible para Ankara, por la actividad que en esa zona desarrollan las milicias del Kurdistán occidental, que pretenden o independizarse de Ankara o formar parte de un futuro estado del Kurdistán.
Guerras pasadas
En el esfuerzo del sur, aquellas actividades preparatorias tuvieron que ser forzosamente detectadas, si no apoyadas, por Jordania y, sobre todo, por los servicios de inteligencia israelíes, por la proximidad de Daraa a la de los Altos del Golán, meseta anexionada por Israel durante la guerra de los Seis Días (1967) y, desde la cual, se dominan las fuentes del río Jordán, que tan vital es para Israel. En todo caso, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), aliviadas por la decreciente actividad bélica en Gaza y la tregua con Hizbolá en Líbano, han podido ir orientando una consistente masa de maniobra hacia el Golán, aduciendo razones de seguridad.
Bien que tales razones también podrían argumentarse para que Tel Aviv aprovechara el actual desbarajuste y vacío de poder en Siria para, desbordando los límites del Golán, entrar en este país para ganar una franja de seguridad. Eso sí, para ello, tendrían que sobrepasar la zona de acción de los cascos azules de UNDOF (Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación), desplegada entre los Altos del Golán y Siria desde 1974, con la pretendida función de mantener el alto el fuego entre las FDI y las tropas sirias.
En todo caso, Siria ha entrado en el infierno de la incertidumbre. Resulta difícil predecir si la coalición victoriosa será capaz de tomar las riendas del país y, sobre todo, por cuanto tiempo. Desaparecida la argamasa de su enemigo común, Bashar al Assad, una coalición musulmana de Yihad, Estado Islámico, Al Qaeda, ISIS y demás familia con mezcla de sunitas, chiitas, wahabíes, y otras orientaciones religiosas no parece que pueda prolongarse mucho tiempo. Presumiblemente, se producirá una radical islamización del país, aunque es muy dudoso que todas esas facciones se pongan de acuerdo en la gobernación del estado. En definitiva, la hipótesis más probable es el riesgo de una terrible guerra civil, que incendiaría todo Oriente Medio. La más peligrosa es que tal se desencadene durante este periodo, tan largo como disparatado, de interinidad fáctica en la Casa Blanca.
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