¿Por qué está obsesionado el Islam iraní con el velo femenino?
El primer presidente del régimen jomeinista afirmaba que el pelo de la mujer emite rayos «que enloquecen al hombre»
Las protestas contra el hiyab obligatorio se extienden por Irán
Mujeres iraníes atendiendo a un rezo en Teherán
Mahsa Amini, la joven iraní torturada según todos los indicios y muerta en los calabozos de la Policía de la Moral de Teherán por llevar mal puesto el velo islámico, se ha convertido en otro icono de la lucha no violenta de las mujeres persas ... contra las normas de la Sharía que las discriminan sin contemplaciones. El régimen islamista instaurado en 1979 por el ayatolá Jomeini restauró una larga lista de agravios contra la dignidad femenina. La más visible, la imposición de cubrirse el cabello con un velo -el llamado hijab-, una costumbre en el ámbito rural de Irán, pero desconocida hasta entonces en las grandes urbes, en particular en Teherán, que ya sobrepasó hace tiempo los nueve millones de habitantes en su área metropolitana.
¿A qué se debe la insistencia del islam en el velo? Son muchas las referencias a pasajes del Corán y a hadices -dichos y hechos de Mahoma- en las que se insta a las mujeres a mostrar recato cuando no están a solas con su marido. A esos argumentos añadió uno nuevo en 1981 el primer presidente de la república islámica de Irán, Bani Sadr, que no tuvo empacho en respaldar la tradición con un «fundamento científico» . Según Sadr, está empíricamente demostrado que el cabello de la mujer emite unos rayos que excitan los deseos sexuales del hombre y le incitan a pecar.
Desde ese momento el velo se convirtió en una obligación para todas las mujeres a partir de los 6 años de edad, y en uno de los «pilares de la existencia islámica». La intención inicial de imponer el chador , el velo integral negro y habitual en las zonas rurales de Irán, se tornó inviable, y al final la imposición se limitó al pañuelo de cabeza. Aún así, a medida que se gana en altura en Teherán -los barrios más acomodados son los que se levantan en la falda de la montaña- los colores de los pañuelos son más parisinos y más audaces los flequillos que dejan asomar, al menos hasta que hace acto de presencia la policía moral del régimen.
La resistencia creciente de las mujeres en las ciudades a usar el velo ha llevado al Gobierno a imaginar nuevas medidas coercitivas. Este verano, y a instancias del núcleo duro clerical que encabeza el ayatolá Jamenei, el presidente Raisi anunció nuevas medidas represivas contra las mujeres que no porten el hiyab. A finales de agosto, en una entrevista recogida por 'The Guardian', el jefe del Ministerio para Promover la Virtud y Perseguir el Vicio, Golpayegani , adelantó que se van a instaurar en las calles y en el transporte de las ciudades sistemas de reconocimiento facial para identificar a las mujeres que se quiten el velo. Desde 2015, el régimen del Gran Hermano ha incluido en sus carnets de identidad unos chips biométricos -con fotos, huellas digitales y escaneo del iris- que facilitan identificar con rapidez a sus ciudadanos cuando son grabados en los espacios públicos.