¿A qué juega Turquía en el conflicto de Ucrania?
El Gobierno de Erdogan vende armas a Kiev y estrecha lazos comerciales y geoestratégicos con Moscú al margen de la OTAN
Erdogan da el visto bueno a la entrada de Finlandia en la OTAN

El desenlace parcial en el culebrón de la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN ha vuelto a poner de relieve el ambiguo -y para algunos irritante- papel de Turquía en el seno de la Alianza Atlántica, de la mano de su líder, ... el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan. Ankara ha dado luz verde a la entrada de Finlandia en el club aliado pero mantiene en ascuas a Suecia, con el pretexto del apoyo que Estocolmo estaría prestando a los dirigentes separatistas kurdos exiliados en su territorio.
Con su bloqueo a la ampliación de la OTAN hacia los países nórdicos, Turquía parece jugar en favor de los intereses de Rusia en Ucrania. En realidad piensa solo en sus propios beneficios, amparada en una realidad irrefutable: la OTAN no cuenta con ningún mecanismo jurídico para expulsar a uno de sus miembros. Eso permite al actual régimen de Ankara jugar con doble baraja mientras algunos socios -en particular la Administración Biden- prefieren mirar hacia otro lado.
Turquía recuerda que es uno de los 33 países de Occidente que vende armas a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa. Ankara ha facilitado drones de combate a Kiev, y se cree que también ha facilitado misiles de precisión al Gobierno de Zelenski. Además, Erdogan desafía a Putin también en el terreno geoestratégico. Las fuerzas armadas turcas se han enfrentado indirectamente a las rusas en varios conflictos regionales, en particular en las guerras civiles de Libia y de Siria, donde ambas potencias aspiran a dirigir el régimen que surja como vencedor tras la vergonzante retirada de EE.UU. y la Unión Europea.
Al mismo tiempo, las relaciones comerciales y económicas entre Rusia y Turquía no se han visto afectadas por ese juego, ni por la guerra en Ucrania. Ankara depende de Moscú para el suministro de gas, y para la construcción y mantenimiento de sus centrales nucleares. La península de Anatolia sigue siendo un destino favorito del turismo ruso, que deja miles de millones a las arcas rusas. La ampliación de la OTAN hacia Suecia, que Erdogan bloquea, es uno de los pagos políticos a la favorable relación comercial con el régimen de Putin. Otro será en breve la disposición de Turquía a respaldar en Moscú un acuerdo de paz para Siria, que confirme la victoria en la guerra civil de Bachar el Asad, el régimen apoyado por Rusia y por Irán.
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