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Se elevan a doce muertos y más de 2.800 heridos tras explotar los buscas a miembros de Hizbolá en Líbano

El Gobierno libanés e Hizbolá señalan a Israel y el grupo terrorista promete «un castigo merecido»

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Así fueron las explosiones de los buscas de Hizbulá que han acabado con la vida de al menos nueve personas

Un grupo de personas se concentra en la puerta de un hospital de Beirut tras los ataques reuters
Mikel Ayestaran

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Estambul

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Veinticuatro horas después de que Benjamín Netanyahu anunciara que el regreso de los ciudadanos de Israel al norte del país, a la zona fronteriza con Líbano, pasaba a convertirse en uno de los objetivos de la guerra, los relojes se detuvieron en el país de los cedros a las 3:30 de la tarde. En ese instante explotaron de forma simultánea miles de dispositivos buscapersonas (buscas) en un ataque a gran escala sin precedentes. Al menos 12 personas perdieron la vida y 2.800 resultaron heridas en una jornada en la que los hospitales se colapsaron y los servicios médicos pidieron a la población que acudieran a donar sangre para poder atender a tanto herido. Los hospitales vivieron escenas que no vivían desde la explosión el puerto en 2020.

En medio del caos generalizado, Hizbolá informó que miembros del grupo habían sido víctimas del ataque y acusó a Israel de ser responsable. El Partido de Dios dijo que seguirá apoyando de manera firme a «la resistencia palestina» y adelantó que «el enemigo traidor y criminal será castigado por esta agresión». El primer ministro, Najib Mikati, definió el ataque como una «agresión criminal israelí» y afirmó que se trata de «una grave violación de la soberanía libanesa».

Todas las miradas apuntaron al país vecino, pero el Estado judío ni confirmó ni desmintió tener algo que ver con lo sucedido. Los buscas que explotaron eran el último modelo que había comenzado a usar la milicia proiraní y llegaron «hace unos meses» al Líbano, según diferentes fuentes de seguridad declararon a la agencia Reuters. Los teléfonos están prohibidos entre los miembros del grupo, sobre todo en el sur, y se emplean buscas para asegurar las comunicaciones. Uno de los heridos fue el embajador de Irán en Beirut, Mojtaba Amani, informó la agencia Mehr. Los aparatos también reventaron en Siria, país vecino en el que el grupo chií cuenta con importante presencia desde que acudieron a apoyar a Bashar Al Assad en 2011.

Este ataque a gran escala supone uno de los mayores errores en la seguridad interna del grupo chií. Es todo un ejemplo de la capacidad de penetración del enemigo y es un aviso doble que llega hasta Irán, financiador y suministrador de los equipos que usa el Partido de Dios. Los iraníes ya sufrieron un golpe directo en su propia casa con el asesinato este verano de Ismael Haniyeh, cuando era un huésped de honor de la Guardia Revolucionaria. Muchos de los afectados por las explosiones son miembros de Hizbolá y sus caras han quedado al descubierto en todas las grabaciones que han ido subiéndose a redes sociales desde los hospitales.

Explosiones de buscapersonas

en el Líbano

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Lugares de

las explosiones

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Fuente: L'Orient Today y agencias / ABC

Explosiones de buscapersonas en el Líbano

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Fuente: L'Orient Today y agencias / ABC

Reunión de urgencia en Tel Aviv

Las llamadas a la contención no tienen efecto y el riesgo de un choque a gran escala entre Hizbolá e Israel vuelve a estar sobre la mesa con más fuerza que nunca. La milicia chií vincula el cese de las hostilidades en la frontera a un alto el fuego en Gaza, pero Benjamín Netanyahu no acepta un acuerdo en la Franja, todo lo contrario. El primer ministro convocó de urgencia al ministro de Defensa, Yoav Gallant, y al resto de la cúpula de seguridad en Tel Aviv para analizar el escenario que se abre tras lo sucedido en el Líbano. El enemigo ha recibido el golpe y la duda es saber si se trata de un mensaje para intentar bajarle la moral o si se convierte en la antesala de una operación a gran escala.

La tensión de la jornada eclipsó las informaciones de las últimas horas sobre la posible destitución de Gallant al frente de Defensa. El ataque a gran escala llegó también después de que el Shin Bet revelara que Hizbolá había intentado recientemente asesinar a un alto exfuncionario de Defensa israelí.

Esta no sería la primera vez que Israel recurre a un ataque de este tipo, aunque la escala es incomparable. El analista político israelí Ahron Bregman recordó que en 1996 los servicios secretos de su país asesinaron a Yahya Ayyash, apodado como 'el ingeniero' por ser el diseñador de los explosivos de Hamás, con su teléfono. El padre de Ayyash llamó y, cuando su hijo respondió, el teléfono en el que habían colocado un explosivo reventó.

Las llamadas a la contención no tienen efecto y el riesgo de un choque a gran escala entre Hizbolá e Israel vuelve a estar sobre la mesa

Explosivo o batería

Expertos militares como Elijah Magnier explicaron en Al Jazeera que se ha tratado de «un ataque muy sofisticado a gran escala, que requiere la colaboración de más de una entidad». En opinión de Magnier, para una operación de este tipo «se necesita la presencia de explosivos potentes, incluso en pequeñas cantidades, y un tiempo tremendamente largo para sentarse frente a cada busca e insertar manualmente de 1 a 3 gramos de material altamente explosivo». Esta teoría significa que los autores habrían logrado acceso al suministrados de los aparatos a Hizbolá.

Otras voces apuntaron a un ciberaataque que habría conseguido el sobrecalentamiento de las baterías de litio de los aparatos. El diario 'The New York Times' consultó a tres expertos en seguridad que aseguraron que «los dispositivos fueron programados para emitir pitidos durante varios segundos antes de explotar». La pelota vuelve al tejado de Hizbolá, que cuando tuvo que responder al asesinato del comandante Fuad Shkur no lo hizo de una manera contundente.

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