Guerra sucia contra la presa etíope sobre el Nilo
Políticos egipcios piden sabotear la construcción de la presa que ha iniciado Etiopía sobre el Nilo Azul sin saber que su reunión estaba siendo restransmitida en directo por TV

Si la diplomacia no sirve para frenar la presa que Etiopía ha comenzado a construir sobre el Nilo Azul, algunos políticos egipcios parecen no tener reparos en emprender una guerra sucia contra el vecino africano que podría incluir planes para sabotear la obra o incluso para apoyar a rebeldes contra el gobierno de Adis Abeba. Como si de los argumentos para una película de 007 se tratara, los asistentes a una reunión que el presidente egipcio, Mohamed Mursi, mantuvo esta semana con miembros del gobierno y la oposición, dieron rienda suelta a su imaginación sin saber que estaba siendo retransmitida en directo por la televisión.
“Podríamos comunicarnos con [los movimientos rebeldes] y utilizarlos como moneda de cambio contra el gobierno etíope”, señaló, ni corto ni perezoso, Yunis Majiun , uno de los líderes del partido ultraconservador salafista Al Nur , mientras hacía referencia a la “fragilidad” de Etiopía por la existencia de estos grupos. Si esta rocambolesca estrategia fracasaba, siempre se podía recurrir a los servicios secretos “para destruir la presa” , argumentó el salafista.
Etiopía empezó la semana pasada a desviar el curso del Nilo Azul para iniciar la construcción de la Gran Presa del Renacimiento , que generará 6.000 MW de electricidad para el país africano y que Egipto teme que afecte a su cuota del caudal del río. Actualmente, Egipto y Sudán se reparten la totalidad de las aguas del Nilo y los acuerdos firmados en 1929 y 1959 no permiten a ninguno de los otros ocho países ribereños iniciar proyectos que puedan influir en su caudal.
Cerrar el Canal de Suez
Otros opositores, como el veterano Ayman Nur , el hombre que retó a Hosni Mubarak en las presidenciales de 2005, sugirió el pasado lunes hacer creer a los etíopes a través de rumores que Egipto estaba intentando adquirir aviones de reabastecimiento de combustible para bombardear la presa , y así situar a El Cairo en una posición diplomática dominante. La semana pasada, otro viejo conocido de la política egipcia, el nasserista Hamdin Sabahi , que se quedó a las puertas de pasar a la segunda ronda de los últimos comicios presidenciales, ya propuso cerrar el Canal de Suez a los países que ayudaran a Etiopía a construir la presa, como Italia o China.
El incidente demuestra la enorme preocupación que despierta la nueva presa en un país que depende para su supervivencia del Nilo, pero también, quizás, el grado de madurez política de algunos de sus representantes .
Las declaraciones han sacado ahora los colores a sus portavoces al conocerse que la reunión estaba siendo retransmitida en directo por la televisión, y un asesor de la presidencia ha tenido que pedir disculpas. Algunas figuras políticas aseguran que lo sabían de antemano pero otras, las más atrevidas en sus comentarios, lo niegan. Aunque Mursi no hizo ningún comentario de aprobación durante la reunión, la fantasía belicista de los políticos egipcios también le ha salpicado, ya que diplomáticos etíopes y sudaneses pudieron seguir alarmados por televisión el insólito encuentro y en cuanto acabó llamaron para quejarse.
Etiopía, donde se genera el 85% de las aguas del Nilo, ha negado que la presa vaya a influir en el caudal del Nilo que llega a Egipto.
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