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Adiós a los bombones favoritos de Concha Velasco: Santa cierra y pone a la venta todos sus recuerdos

Abrió en 1932 en un Madrid que la familia López Lavigne dice que «ya no existe». Sus muebles y objetos históricos podrán ser adquiridos

«Madrid está llegando a ese punto en el que la burbuja gastronómica no va a tardar en estallar»

Vitrinas y bombones de la ya cerrada bombonería Santa de la calle de Serrano de Madrid
Adrián Delgado

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Madrid va perdiendo, poco a poco, ese tejido comercial y familiar que le hizo brillar otrora. Es ley de vida. Porque aunque la familia López Lavigne hubiera querido mantener abierta la última de las tiendas que fundaron sus abuelos en 1932, no habrían podido. La extinción de los contratos de renta antigua, en calles en las que el metro cuadrado vale más que la facturación de un mes, se lleva por delante la historia de locales como Santa, la bombonería más emblemática de los vecinos del barrio de Salamanca.

Así lo explica a ABC Enrique Lavigne, nieto de la primera generación que se lanzó a endulzar y consentir a los niños madrileños y a sus mayores con un producto entonces suntuario –hoy también tiene visos de serlo, a tenor de los precios record que está alcanzando el cacao en los mercados internacionales– como el chocolate.

«Cerramos por un tema puramente legal. Con el fallecimiento de mi madre se extingue el contrato de renta antigua que permitía mantener abierta esta tienda en una calle como Serrano», explica el célebre productor de cine sobre el cierre de este establecimiento de la Milla de Oro madrileña. «La calle ha cambiado mucho. Madrid no es el que era cuando mis padres heredaron el negocio», señala tras haber comunicado en redes sociales la venta de los objetos y muebles que forman parte de la historia de su familia.

Entre ellos destacan dos piezas únicas: una estantería de madera forrada de latón, hecha a mano en los años 60, totalmente artesanal y diseño de Héctor Marabini y la escalera de caracol, de forja, que comunicaba con la parte de arriba del negocio, en la que Enrique y su hermana «hacían los deberes cada tarde». «Después, cuando cerraban la tienda, nos íbamos los cuatro en un Seat 850 a casa», recuerda de aquellos días de infancia en los que reconoce «no haberle dado valor a la bombonería». «Era nuestra cotidianeidad», apunta.

«En 24 horas nos hemos dado cuenta de que perdemos no solo un patrimonio familiar, sino de todos los madrileños que nos están mostrando su cariño tras nuestro anuncio», cuenta a ABC Lavigne en una conversación telefónica. «Después de esto nos preguntamos si en el futuro podremos continuar con el legado de Santa en otra ubicación. Aunque mi hermana y yo nos dedicamos a otras cosas», deja abierta la puerta a una futura bombonería que devuelva sus dulces creaciones a los madrileños.

Tal y como consta en el Archivo de ABC, testigo de la historia de España desde 1903, Santa abrió su primera tienda en 1932 en el número 13 de la calle Espoz y Mina. Posteriormente, en los años 40, se instaló en la calle de Preciados, multiplicando su popularidad entre los madrileños por la calidad de los chocolates y cafés. Fruto de ella, el negocio creció décadas después abriendo en 1963 su tienda de Serrano –la que vende ahora su mobiliario y objetos– y la de Goya en 1965.

Los mostradores de Santa fueron un verdadero catálogo de tentaciones para los amantes del chocolate –negro, con leche o blanco–. Entre ellos algunas celebridades como Concha Velasco, fallecida el pasado mes de diciembre. «Concha siempre venía a ver a mi madre a la tienda y se ponían moradas a cotilleos y trufas. Las dos se despidieron hace poco y se fueron con un par de meses de diferencia», contaba hace unos días en la red social X, antes conocida como Twitter.

Trabajaban un amplio surtido de bocados, pralinés y rellenos de licor. Como contó en 2007 la periodista María Isabel Serrano en una de sus series sobre la ciudad de Madrid en ABC, sus creaciones más célebres fueron los bombones gigantes, la llamada 'leña vieja', las 'rocas' y las trufas, que ya entonces se vendían a 56 euros el kilo.

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