Pedro Sánchez ata la investidura al aceptar negociar con el PNV que el País Vasco sea una nación
El PSOE pacta por escrito el traspaso de la Seguridad Social y Hacienda dice tres horas después que será «difícil»
Los socialistas se abren a someter a un referéndum entre los vascos «el reconocimiento nacional de Euskadi»
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Las palabras son importantes. El famoso relato, lejos de constituir un papel mojado vacío de contenido, establece marcos de legitimidad. Ideas que se pronuncian, se escriben y calan en un imaginario colectivo permeable. El PSOE hace unos años se negaba en redondo a cimentar ... la gobernabilidad de España sobre quienes aspiran a quebrar su unidad. Este viernes, ante el PNV, su socio menos ‘duro’, ha accedido a negociar «el reconocimiento nacional de Euskadi» a cambio de sus cinco votos. Pedro Sánchez, con 179 síes garantizados –ha sumado también el de Coalición Canaria–, sabe ya que su investidura saldrá adelante. Todo apunta a que se celebrará los próximos miércoles y jueves, aunque la presidenta del Congreso, Francina Armengol, no formalizará hoy la fecha por no restar protagonismo a los acuerdos alcanzados.
El PSOE tiene atados los votos de una mayoría muy heterogénea que convertirá la legislatura en un infierno negociador, ley a ley. Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria darán el ‘sí, quiero’ a Sánchez, cerrando la puerta a una repetición electoral, pero sin ninguna garantía de éxito en el rumbo parlamentario. Los nacionalistas vascos, ávidos negociadores, han esperado turno hasta que los socialistas cerraron este jueves, por fin, el acuerdo con Junts per Catalunya. Amén de la amnistía, el PSOE tragó con el ‘lawfare’ y soliviantó a todas las asociaciones judiciales y fiscales, entre otros muchos estamentos.
Al PNV le sirve el acuerdo con el PSOE, que incluye el compromiso de transferir en dos años todas las competencias recogidas en el Estatuto de Guernica, para reivindicarse frente a un Bildu que regaló sus votos a Sánchez la misma noche electoral con tal de «frenar a la ultraderecha». «Frenar a la ultraderecha» y conseguir, por primera vez, que un candidato a presidir el Gobierno se reuniese y fotografiase en condiciones de igualdad con los representantes de una coalición que integra a los herederos de Batasuna, antiguo brazo político de ETA.
En deferencia al PNV, otrora «socio preferente» del Gobierno de coalición, ahora marginado y con el protagonismo mermado entre unos aliados mucho más exigentes, el mismísimo Sánchez se ha citado este viernes en el Congreso, a las once de la mañana, con el presidente orgánico del partido vasco, Andoni Ortuzar, para firmar el acuerdo. La misma imagen se contempló cuatro años atrás, cuando el secretario general del PSOE, un funambulista político, prometió al peneuvista lo mismo que ahora.
«El horror», para el PNV
Ortuzar, sin embargo, ha querido darle al acuerdo una pompa de histórico. En los vestíbulos del Congreso, acompañado del portavoz del PNV en la Cámara Baja, Aitor Esteban, ha hablado de «momentos de muchísima complejidad e incertidumbre política» en los que su clase ha de tener altura de miras y «responsabilidad para defender la democracia y las instituciones». Los disturbios provocados por ultras de extrema derecha infiltrados en las manifestaciones contra la amnistía en Ferraz le han servido para denunciar «el horror» de la alternativa.
Ortuzar justifica su portazo a Feijóo vinculando los disturbios en Ferraz con Vox y diciendo que la alternativa es «el horror»
«Veo una marcha atrás. Creía que esa nostalgia franquista había desaparecido cuarenta años después, pero ha aflorado. Todo lo que está pasando nos reafirma diciendo que cerca de Vox no se podía hacer nada», ha afirmado Ortuzar, justificando así el portazo que le dio al PP el 24 de julio, el día después de las elecciones generales, cuando negó radicalmente cualquier posibilidad de hacer presidente del Gobierno al ganador de los comicios, Alberto Núñez Feijóo.
A cambio, Ortuzar tiene ya firmado por escrito el compromiso del PSOE para acceder a negociar «el reconocimiento nacional» del País Vasco, que sería después ratificado por los ciudadanos vascos. La intención del PNV es promover una modificación del Estatuto de Autonomía del País Vasco para plasmar ahí ese «reconocimiento nacional», aunque aún no se especifica con qué fórmula. Cualquier reforma del Estatuto vasco debe ser aprobada por mayoría absoluta tanto en el Parlamento vasco como en el Congreso y, después, en referéndum por los electores.
Puntos clave
Reconocimiento nacional
El PSOE accede a negociar «el reconocimiento nacional» del País Vasco. El acuerdo tendrá que ser ratificado por la ciudadanía vasca. El PNV apunta a una reforma del Estatuto de Autonomía que, en último término, debe ser aprobada en referéndum.
Seguridad Social
Aunque esta promesa ya se ha hecho otras veces, los nacionalistas consiguen que el PSOE se comprometa a que en dos años se transfieran todas las competencias del Estatuto de Guernica, lo que incluye la Seguridad Social.
Euskera
Después de aprobar el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, los socialistas asumen una partida de cien millones de euros en los próximos cuatro años para promocionar el euskera en el entorno digital.
Navarra
El PNV se erige también en portavoz de la Comunidad Foral de Navarra y consigue la transferencia del I+D+i y del sistema de becas. Los vascos aspiran a la anexión de esta comunidad por parte del País Vasco, pero nada de eso figura en el acuerdo.
Ertzaintza
Entre las cesiones de las que presumió Ortuzar, líder del PNV, se encuentra el aumento de las competencias de la Ertzaintza, que asumirá la responsabilidad policial de los planes de apoyo operativo a las infraestructuras críticas en el puerto de Bilbao, incluida su zona restringida.
Los socialistas también acceden en el acuerdo a la transferencia de todas las competencias pendientes que se recogen en el Estatuto de Guernica, lo que incluye la Seguridad Social. Ortuzar ha subrayado que todos estos traspasos deben completarse en dos años y se ha comprometido a favorecer la sostenibilidad de la legislatura, siempre que el PSOE cumpla con su parte. Para ello, se creará una comisión de seguimiento que se reunirá cada seis meses para analizar el desarrollo de los acuerdos.
Diferente interpretación
El asunto de la Seguridad Social, que Ortuzar ha dado por cerrado, ha sido sin embargo matizado y alejado tres horas después por la ministra de Hacienda en funciones y número dos del PSOE, María Jesús Montero, que ha admitido que será «difícil» completar ese traspaso. «No se ha singularizado nada respecto a la Seguridad Social. Esta cuestión ha sido el mismo literal que figura en los acuerdos clásicos con el PNV, que obligan al cumplimiento del Estatuto de Guernica», ha afirmado la dirigente socialista en el patio del Congreso, dejando caer que el compromiso de su partido en esta materia no es suficiente para que se lleve a cabo. «No hay noticia. Haremos lo mismo que se ha hecho siempre: intentaremos el desarrollo máximo de las competencias del Estatuto. No hay nada específico respecto a esta materia», ha dicho, apuntando que incluso el PP llegó a acordar esto con el PNV sin que se culminase. «Está en el paquete», ha respondido por la tarde Esteban, en Bilbao, según Ep.
El PNV consigue también que en el marco de las relaciones laborales predominen los convenios vascos sobre los estatales –una concesión que no aceptó el Gobierno en la negociación de la reforma laboral y que significó el voto en contra de los nacionalistas vascos–, una «ampliación y mejora» del Concierto Económico vasco, que Navarra reciba las competencias de I+D+i y becas, la inversión de cien millones de euros en cuatro años para «el salto del euskera al universo digital» y ampliar las competencias de la Ertzaintza.
Sánchez, salvo rebelión inesperada en el PSOE, será reelegido tras acceder a promover una amnistía a los encausados por el ‘procés’ que, antes de las elecciones generales, él, su Gobierno y su partido veían inconstitucional. El PNV se echa también en sus brazos, pero Ortuzar ya le ha advertido lo que le espera en la legislatura: «Será un gran desafío para Sánchez que los remos vayan todos en la misma dirección y no haya choque de palas».
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