La presión de Belarra a Díaz pone en riesgo la unidad en Podemos
Echenique sugiere en un artículo que son capaces de romper el pacto con Sumar si lo que buscan es silenciarlos
En el Consejo de Coordinación del partido que fundó Iglesias hay perfiles incómodos con la estrategia agresiva
Podemos no garantiza la disciplina de voto y reclama un ministerio en el futuro gobierno

Pablo Echenique, el hasta hace unos días portavoz parlamentario de Unidas Podemos, escribió en Canal Red que la formación morada no acepta la «unidad de la izquierda» de la que presume Sumar porque busca «matarles». Desencorsetado del cargo, estrenó su retiro de ... la política institucional con ataques a Yolanda Díaz y a sus acólitos -como Íñigo Errejón-; a los que llamó cobardes mediante giros eufemísticos y acusó de «forzar un acuerdo-trágala para reducir [a Podemos] a su mínima expresión».
La presión del partido para no perder autonomía alcanzó otro nivel con la última amenaza de Echenique: «Me resulta muy difícil de entender que, desde una posición supuestamente negociadora y dialogante, se niegue la autonomía política del alma partisana de la izquierda [se refiere a Podemos], se la inste a callarse y se la conduzca a su final. Si eso es la unidad de la izquierda, entonces habrá que hacer otra cosa».
La expresión «otra cosa» es una amenaza encubierta que sugiere que Podemos provocaría la ruptura si no se respeta su voz dentro de Sumar. Y añade que esa unidad no compensa si supone quedar marginados. La estrategia de agresión acentúa la brecha en el Consejo de Coordinación de Podemos (la dirección). No solo pone en riesgo su unidad, sino que puede derivar en una espantada ergo descapitalización.
Según ha podido saber ABC, hay altos cargos cada vez más incómodos con la actitud de la secretaria general de Podemos, Ione Belarra; el exlíder Pablo Iglesias o Echenique. Y que se han significado a favor de Sumar de una u otra forma. Uno es Nacho Álvarez, secretario de Economía de Podemos. Un perfil poco mediático y nada polémico. Álvarez es alto cargo desde que Iglesias estaba al mando y es el número dos de Belarra en su ministerio; en calidad de secretario de Estado de Derechos Sociales. También negoció los presupuestos con el PSOE.
Su complicidad con Sumar quedó demostrada cuando Díaz le nombró su portavoz de Economía en la campaña electoral del 23J y colaboró activamente en el programa electoral. Además, la vicepresidenta segunda en funciones le encargó hace unos días ser parte del equipo negociador de Sumar para diseñar un programa y una estructura de gobierno con el PSOE.
Otro nombre clave es Alejandra Jacinto. Secretaria de Derecho a la Vivienda de Podemos y abogada; Iglesias la fichó para las madrileñas de 2021 por su talante al frente de la portavocía de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Díaz la nombró portavoz de Vivienda de Sumar, donde también ayudó en el programa.
Los nombres en la dirección
Fuentes de Sumar explicaron que a Jacinto le hubiera gustado estar en el acto del Polideportivo Magariños, de Madrid, donde Díaz anunció que concurriría al 23J. No asistió porque en esa fecha era la candidata de Podemos a la Comunidad de Madrid para el 28M y su partido estaba en plena negociación con Sumar para llegar a un acuerdo de coalición para las generales. Ya de aquella había mucha tensión.
No obstante, tras el 28M, Jacinto defendió en su blog un acuerdo con Díaz: «Unidad no como fetiche, unidad no sólo como resultado, unidad como forma de hacer política en común tanto dentro como fuera de las instituciones». Otros cargos de la dirección de Podemos abiertamente alineados con Sumar son: Jesús Santos (Secretario de Políticas Municipales), Jaume Asens (de Derechos Humanos) o Antón Gómez-Reino (de Industria y América Latina). Y la fractura llega hasta cargos autonómicos, críticos con la deriva de la dirección de Belarra: Covadonga Tomé (Podemos Asturias), Begoña Alfaro (Navarra), Borja San Ramón (Galicia) o Irene De Miguel (Extremadura), esta última también es secretaria de Horizonte Verde y Revitalización del Medio Rural en el partido.
Los cuatro diputados de Podemos dentro de los 31 de Sumar que acompañan a Belarra y que asumen la estrategia de presión a Díaz son la secretaria de Organización del partido, Lilith Verstrynge; la coordinadora autonómica de Andalucía, Martina Velarde (la única que no está en la dirección); la secretaria de Derechos Sociales, Noemí Santana, y el secretario de Educación, Javier Sánchez Serna. No garantizan la disciplina de voto en el grupo parlamentario y reivindican autonomía estratégica, además de un ministerio en un eventual Gobierno de PSOE-Sumar.
No perder influencia política
«Mi abrazo más cariñoso a las compañeras y compañeros de Podemos que ocuparán bancada junto a mí; Martina, Noemí, Javier, Lilith. Si nos señalan es porque todo el país sabe ya que nosotras no nos rendimos. Sí se puede», dijo Belarra en Twitter el martes.
Son 'pablistas' acérrimos y del núcleo de confianza de Belarra. De igual modo que la ministra de Igualdad en funciones vetada en Sumar, Irene Montero, Echenique, Isa Serra (portavoz del partido), Rafa Mayoral (Secretario de Horizonte Republicano), María Teresa Pérez (Acción Institucional) o Juanma del Olmo (Comunicación).
Desde Podemos aseguran que quieren es mantener su influencia política en el siguiente gobierno de coalición y en el Congreso, y que esta presión se orienta a ello y no a hacer caer la investidura de Sánchez o reventar el grupo parlamentario de Sumar, porque así perderán el dinero.
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