Óscar Puente, el ariete de Sánchez para los momentos difíciles
El presidente ha buscado un golpe de efecto en el debate de investidura delegando en el exalcalde de Valladolid
Sánchez cocinó con Óscar Puente en secreto hace tres semanas la respuesta a Feijóo
Lo que dijo en 2019: Óscar Puente comparó a Puigdemont con Charles Manson y al independentismo con «una secta»
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Pedro Sánchez ha dado un golpe de efecto en el debate de investidura de este martes al renunciar a su turno de réplica al candidato, algo que no hizo Mariano Rajoy en 2016 cuando, siendo también presidente en funciones, sí contestó al socialista en su fallido debate de investidura de aquella ocasión. El líder del PSOE ha delegado en un diputado formalmente raso, pero en realidad uno de los dirigentes que más lealmente le han acompañado en los momentos más difíciles de su carrera: el exalcalde vallisoletano Óscar Puente.
Haciendo honor a su fama de bronco polemista, Puente ha desplegado un discurso de ataque frontal contra Alberto Núñez Feijóo, en el que ha rescatado incluso el «baldón» de la antigua relación del líder del PP con el narcotraficante Marcial Dorado. Puente, además, le ha hablado «de ganador a ganador», aludiendo al resultado de las últimas elecciones municipales en Valladolid, donde fue el más votado, pero perdió el bastón de mando, para deslegitimar las proclamas del popular a favor de que gobierne el más votado, algo que llegó a calificar de «inconstitucional». Todo ello en un tono que ha provocado momentos álgidos en el hemiciclo y que Feijóo dijese en la réplica que ésta sería corta para no participar, dijo, «en el club de la comedia».
La decisión de elegirle como portavoz en el primer gran debate de la legislatura ha sido personal de Sánchez y se comunicó a los diputados socialistas por la mañana. Preguntado uno de ellos durante el receso de la comida sobre si saldría Sánchez, este contestó: «Os vais a divertir». Al término de su intervención, en el PSOE y el Gobierno se respiraba euforia por las «verdades como puños» que, han explicado, Puente le habría espetado a Feijóo. «Le ha retratado, me ha llamado hasta mi madre para felicitarnos», comentaba un estrecho colaborador del presidente sin disimular su entusiasmo.
Sánchez ha recurrido este martes a su 'poli malo', pero no es la primera vez. Ya en 2016, en medio de la crisis fratricida del PSOE que terminó con su dimisión, antes de volver para ganarle las primarias a Susana Díaz, Puente fue el ariete del líder socialista. En aquel momento no hubo cargo institucional socialista más elevado -primer edil de una capital de provincia- que saliera a defenderle sin ambages, singularmente en los medios, y a atacar a su íntima enemiga, la entonces presidente de la Junta de Andalucía. Ejerció en ese trance de perfecto 'poli malo', es decir, aquel que puede o se atreve a hacer y decir lo que el 'poli bueno' no puede. Y, como recompensa, se le nombró portavoz de la Ejecutiva del PSOE, aunque andado el tiempo fue poco a poco apartado de ese cargo, que ya de facto ni siquiera ejercía.
Ahora, y tras una intervención que ha llenado de regocijo a los suyos, una persona con peso en el Gobierno le calificaba de «quitanieves». La metáfora parece señalarle como alguien que sirve para un momento de emergencia, que desbroza el camino, pero que luego se guarda en el garaje hasta la próxima ocasión.
Un alcalde polémico
En ese sentido, si hay algo indiscutible en Óscar Puente, hoy diputado nacional pero durante ocho años alcalde de Valladolid (hasta el pasado mes de junio), es su reconocido sanchismo, como también su mordacidad, hasta llegar a ser hiriente, incluso con ciudadanos anónimos con los que no ha dudado en discutir a través de las redes sociales en las que es especialmente activo.
Militante del PSOE desde muy joven, peleó una y otra vez durante años hasta conseguir ser, primero alcalde de Valladolid y, después, secretario provincial del partido. Incansable al desaliento, superó los revolcones electorales e, incluso, las primarias perdidas y cual Ave Fénix se levantó hasta conseguir su propósito, la alcaldía de la capital vallisoletana, a la que llegó en 2015, a pesar de conseguir sólo ocho concejales, frente a los doce del PP de Javier León de la Riva. La suma de los representantes de IU y la marca de Podemos Valladolid Toma la Palabra (VTLP), le permitió mantenerse en la Alcaldía los primeros cuatro años. La segunda legislatura, en la que ya superó en concejales al PP, también necesitó los apoyos de VTLP.
Fue de los primeros en apostar por Pedro Sánchez cuando éste se lanzó a la reconquista del PSOE recorriendo España. De hecho, uno de los primeros actos fue en Valladolid. Llegó, incluso, a ocupar la Portavocía de la Ejecutiva Federal Socialista y, aunque no llegó a ser cesado, sí fue apartado de facto de esta labor. De aquel año, 2019, fue una de sus salidas de tono más sonada, cuando aseguró en plena crisis humanitaria en Venezuela, que la situación era «una responsabilidad colectiva de los venezolanos».
También por aquel entonces protagonizó una tensa polémica con los responsables de Podemos y Ciudadanos, Pablo Iglesias y Albert Rivera, respectivamente, por difundir en twitter una fotografía de ambos en la cafetería del Congreso con la afirmación «Les va a ir bien a estos dos», acción que también fue censurada por Gabriel Rufián.
Él mismo ha reconocido en no pocas ocasiones que no es capaz de morderse la lengua o de dejar de teclear para X, donde presume de miles de seguidores. Sí ha habido una ocasión, y reciente, en la que ha sido capaz de retenerse cuando Ferraz impuso en la lista al Senado por Valladolid para las generales del 23J a Javier Izquierdo, después de que la Ejecutiva provincial, que dirige Puente, aprobase otra candidatura.
Lo cierto es que sus salidas de tono no son precisamente pocas hasta el punto de que en Valladolid ya hay quien piensa que algún embrujo hay en el despacho de la Alcaldía que hace que sus moradores sean proclives a la incontinencia verbal, como también ocurría con su antecesor, el popular Javier León de la Riva, uy dado a la polémica dialéctica.
Uno de los primeros charcos de Puente, ya como alcalde, lo protagonizó en Twitter cuando dijo de una de las concejalas de Ciudadanos que «tenía un trabajo bastante normal en una tienda». También cargó contra ABC por defender la prisión permanente, lo que le llevó a calificar a este periódico de «carca» y tachar de «vomitiva, estúpida y pueril» la argumentación utilizada. El Procurador del Común de Castilla y León (Defensor del Pueblo) también cayó en sus redes cuando publicó una resolución que no le gustó: «Es una persona de 81 años que no está en el día a día», espetó y llegó a comparar al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont con el asesino en la serie Charles Manson.
Los suyos tampoco se han librado. «Prefiero mirar de rabillo del ojo a la izquierda que estar con el culo en pompa a la derecha», afirmó Óscar Puente para cargar así contra Susana Díaz. Sonados han sido también sus enfrentamientos con el alcalde de León, José Antonio Diez, a cuenta de la rivalidad entre las dos capitales.
Uno de sus peores momentos como alcalde lo vivió cuando se publicaron unas fotos en un yate de lujo propiedad de un empresario adjudicatario del ayuntamiento. El caso llegó a los tribunales pero fue archivado.
Siempre ha afirmado que por encima de todo está Valladolid e, incluso, asegura que intentará volver a ser candidato a la Alcaldía, pero lo cierto es que tras verse desalojado del sillón municipal, fue designado número uno al Congreso y este martes ha debutado por sorpresa, convirtiéndose en el protagonista inesperado.
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