El pregón del modista Lorenzo Caprile abre este sábado la capital a los carnavales madrileños
Desde este sábado al miércoles, 5 días para disfrutar de las fiestas más irreverentes en sus múltiples facetas
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El carnaval en Madrid, visto a la distancia de las festividades más románticas, que es como hay que verlas, ofrece estampas imborrables. Máscaras venecianas en el Círculo de Bellas Artes, esa bella mole que diseñó el arquitecto Antonio Palacios.
El desenfreno de la época siempre respetuoso, pese a los días, con la educada observancia de las costumbres. Algún pasacalle callejero con la ilusión del trapillo y la mentira piadosa de ser alguien diferente. Madrid ha sabido añadir la idiosincrasia propia de sus tradiciones a las venidas de fuera; Río, Salvador de Bahía, Cádiz, Canarias, Nueva Orleans, creando unas sinergias muy especiales.
En esto, hay que señalar que este sábado, en ese mismo escenario del Círculo, volverá la alegría con un baile dedicado, en este caso, a Rafaella Carrà bajo el sugerente título de 'Hay que venir al sur'. Y Palacios, que también contribuyó a otro edificio noble de Madrid, tendrá también el sábado su rendido homenaje con la cena de gala y danza del Casino de Madrid, que cada año evoca un motivo, y en éste será el del arquitecto y su tiempo la razón de que carruajes, voceadores de prensa de la época, e incluso un ejemplar de esta Casa recordando la inauguración del Casino, conviertan ese trozo de Madrid en un viaje a la urbe más elegante de 1910, año de inauguración del edificio.
En Madrid, previamente, ya será carnaval puro y duro cuando el modista Lorenzo Caprile, que confesó a ABC su «orgullo por participar en unas fiestas tan teatrales», desde Barcelona, recite su pregón en la plaza de Matadero, convertido ya en una suerte de sambódromo madrileño. Del pregón promete «sorpresas» que son eso mismo: sorpresas porque no quiso desvelarlas. Obvio.
A las 14.00 horas, y en el mismo sitio, pasacalles, yincana, y un disfrute para niños y no tan niños de estas congas que tanto socializan. La ambientación musical corre a cargo del grupo internacional de música Jingle Django, una ONU de la música callejera en resumidas cuentas. Unan posteriormente, que el carnaval es variopinto, que la compañía teatral Etcétera ofrecerá dos funciones, dos, de 'Almavera (Sonata para violín y títeres)' y una explicación de su arte. Más luego la comparsa de gigantes y cabezudos de la Villa.
En ese sambódromo que decimos que es Matadero, la tarde estará dedicada a homenajear a la peluca, requisito de entrada a un baile donde el equipo de Corta-Cabezas, asesorará al respecto. Se elegirá la más original en un desfile presentado por Silvi ManneQueen, y luego música. Tres pinchadiscos se encargarán de seleccionar, desde los temas electrónicos hasta los 90.
El Domingo de Carnaval, en la misma plaza de Matadero, se manteará al pelele, quizá exorcizando los malos presagios a eso de las 11.00 horas. Tras el vuelo sin motor del Pelele, responsabilidad de la asociación cultural Arrabel, llega más guasa, con cerca de quince agrupaciones de otra asociación cultural, Iérbola: sonido gaditano y chirigotero para no extrañar ni los rumores de La Caleta gaditana, ni el pito de caña.
Añadan el romancero 'Aquí manda el señorito' y una antología del carnaval de Cádiz con pasodobles de La Tacita de Plata que son ya patrimonio de España entera y más allá del Pirineo. Entre ellas, la comparsa La Clandestina, con la que este periódico compartió un ensayo. Ese carnaval ácido, jocoso, propio de una ciudad liberal que a su fiesta grande la define como «periodismo cantado». Que se ha instalado aquí.
Y para despedir a Don Carnal, el deseo de que Madrid no sé quede corta el Miércoles de Carnaval, festividad de San Valentín en estas mixturas de bromas, verás y rosas del calendario. El 14, a eso de las 11.00 horas, la Alegre Cofradía de la Sardina recorrerá el centro más centro partiendo desde la calle Rodrigo de Guevara, 4. Eso en turno de mañana.
A las 18.00 horas, la tarde se pondrá goyesca homenajeando al pintor frente a la ermita de San Antonio de la Florida, primer cofrade del asunto, que el aragonés reflejó esta tradición centenaria en un cuadro. Su origen, cuenta la leyenda, está en una partida de sardinas pestilentes que el monarca mandó arrojar al Manzanares para que quizá llegasen a Lisboa y de allí a la Mar Océana. Y por evidentes cuestiones de salubridad.
El desfile, como es tradición, llorará en broma a un pescado al que el carnaval 'madriles' ha puesto este año en valor con dos programas 'Sardina estandarte. Un desfile de arte urbano el 14 y el 18, y otro programa destinado al paladar: '¡Nos vamos de sardinas¡' con el pescado elaborado para su degustación en una infinidad de restaurantes. Con aceite, ahumadas, dentro de una quiche o recreadas en chocolate.
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Dijo Camba que «una sardina, una sola, es todo el mar». Y en eso no le faltaba razón al escritor.
La sardina como inspiración, que es otro de los pilares de este carnaval de Madrid que arranca este sábado hasta que Doña Cuaresma imponga la severidad. A todas las actividades señaladas, hay que unir que diecisiete distritos de la capital también se darán a la alegría.
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