Las mafias chinas del tráfico de juguetes tienen epicentro nacional en el polígono Cobo Calleja
Los artículos de ocio para niños encabezan, con un 30%, las alertas que la Comisión Europea recibe de productos peligros
Se calcula que al menos siete de cada diez de estos juegos y muñecos en el polígono incumplen la normativa
La artimaña de la falsa etiqueta de comercio europeo
El polígono Cobo Calleja es la mayor lavadora de dinero chino de toda Europa

Es una epidemia silenciosa, de la que muy pocos hablan pero que, por su peligrosidad y el perfil de a quienes van dirigidos estos productos, tienen en un brete a las autoridades europeas. Sobre todo, en esta época navideña. Se trata de los juguetes falsos, ... pero, principalmente, los que se importan a España desde Asia e incumplen la normativa de la UE.
Se cuentan por millones, como las ganancias que reporta este tipo de contrabando a las mafias que se dedican a él. Y el epicentro nacional, también muy a la cabeza a nivel continental, es el polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada. Así lo constatan las distintas fuentes consultadas, pues hay diversos organismos involucrados en detectar estos fraudes: desde Aduanas y la Agencia Tributaria a la Policía Nacional, la Municipal (tanto de Madrid como de Fuenlabrada) a la Guardia Civil.
Vayamos por partes. La Comisión Europea tiene un organismo, el Sistema de Alerta Rápida para Productos Falsificados o Inseguros (Rapex), cuya página web es un continuo va y ven de productos. En continua actualización, según la información que transmiten los países miembros. Los juguetes conformaron, en 2020 (último dato conocido), el 30% de esos avisos, por tratarse de elementos que generan un riesgo potencial o seguro para el consumidor.
Según la OCU, las incautaciones de Aduanas colocan a la cabeza el contrabando de tabaco aprehendido (15%), seguido muy de cerca, con un 14%, el de juegos infantiles.
La OCU indica que los riesgos más notificados son causar lesiones, como fractura o conmociones (27%); los componentes químicos (23%), seguidos de los riesgos potenciales de asfixia para los niños (13%).
Un subinspector de la Policía Municipal de Centro Norte, avezado en estas lides, explica que, aunque la problemática se da en toda la ciudad, su distrito es el más victimizado, probablemente. Lavapiés concentra una gran cantidad de tiendas y bazares regentados por bengalíes, paquistaníes y chinos donde se venden estos juguetes peligrosos.

Pero, ¿cuál es la ruta de este tráfico ilícito? Si bien el mercado negro de falsificaciones en este terreno es muy pequeño, explica este mando de la Policía Municipal, el de los juguetes peligrosos es mucho más amplio. China es el país en el que se asientan las fábricas y desde donde se envían los productos, generalmente en contenedores marítimos. Entran en España, principalmente, por el puerto de Valencia. Aunque, reconocen las autoridades, apenas se detectan en ese punto del recorrido una parte muy pequeña de estas mercancías irregulares. No se practican los controles más férreos que sí se hacen con otras lacras muy peligrosas, como la droga que llega camuflada con fruta, por ejemplo, o en dobles fondos.
También en Carnaval
Una vez en nuestro territorio, llegan a Fuenlabrada vía terrestre, en camiones. Los conducen directamente al polígono Cobo Calleja, conocido como el 'Chinatown' madrileño. Allí se almacenan no solo juguetes, sino petardos, objetos de broma o máscaras, por poner solo algunos ejemplos. Es en esta época cuando más proliferan (y en Carnaval) y, por ello, cuando más inspecciones se realizan. Tanto en esas naves como en los comercios donde se vende este género. Y al menos el 70% incumplen la legislación europea.
Una parte de los juguetes va fuera de Madrid, por todo el país. El resto se distribuye en tiendas como las mencionadas o directamente en mercadillos. Allí acuden los minoristas, pero también, aunque en mucha menor medida, compradores particulares, como padres que buscan algún divertimento barato para sus hijos.
Los juguetes más comunes y peligrosos en Madrid son unas pelotas con un líquido contraindicado dentro y que puede escaparse en cualquier momento; los volantines luminosos que se lanzan por el centro de la ciudad (y que venden muchos ambulantes, por ejemplo, en la Plaza Mayor) a un precio alto (hasta diez veces más) con respecto a cuánto le cobran los comerciantes de barrio, que es donde los compran: aros de pompas de jabón; o incluso una especie de silbatos que tienen mucho riesgo de desprendimiento de una pieza en la boca de los pequeños.
Este 'modus operandi' no es el único. Se ha descubierto uno reciente y más sofisticado. Ante las alertas, que se multiplican, los exportadores están trasladando los juguetes despiezados: cada parte llega en contenedores o envíos distintos, también por aire, y, tras desembarcarlos en Cobo Calleja, son llevados a otro polígono de la cercana población de Pinto. Allí montan las piezas y salen a la venta.
Técnica de la tela de araña
Es lo ocurrido en la operación Abies, conjunta entre Policía Nacional, Municipal y Agencia Tributaria, se incautaron de más de 1.350.000 juguetes. La mafia practicaba esta estructura organizativa de 'tela de araña'.
«Esta desmembración constituye en sí misma una medida de seguridad que tiene como finalidad dificultar la detección de los productos vulnerados en las aduanas europeas. En el establecimiento abierto al público, los comerciantes disponían, atendiendo al volumen final intervenido, de la cantidad justa para responder a la demanda diaria. En el caso de no contar con la existencia necesaria, o ante un pedido de grandes dimensiones, contaban con un equipo de transporte y recogida que se desplazaba a las naves de almacenamiento para abastecerse del producto necesario», indican fuentes policiales.
Se localizó una nave donde había un tráiler realizando labores de descarga; otra nave de almacenamiento con los productos listos para su distribución, y una tercera donde se fabricaba el producto final montando las distintas partes que se habían recibido.
La operación Instruso, también entre la Policía Municipal y la Nacional, supuso la incautación de 400.000 productos para fiestas de niños, perecederos y caducados. Se llevó a cabo entre los días 13 y 16 de diciembre de 2021, con 45 inspecciones en locales comerciales. También se saldó con 22 arrestos y ocho investigados no detenidos. Y con más de 21.000 muñecos y juguetes de posibles delitos contra la propiedad industrial o por presentar deficiencias en el etiquetado.
Las inspecciones también se incrementan justo antes de Reyes. Es lo que ocurrió este enero, cuando la Guardia Civil se incautó de un total de 145.657 juguetes falsos o peligrosos para la salud y seguridad de los niños de varias marcas y modelos. Además, los productos intervenidos provenían mayoritariamente del mercado asiático y llegaban a la nave desmontados para sortear los controles aduaneros y así evitar su detección, utilizando la mencionada 'tela de araña'. Eran ensamblados para venderlos.
En el mismo operativo, se hallaron efectos de pirotecnia de la categoría F1, almacenados de forma irregular, ascendiendo a un total de 6.000 envases de bombetas.
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