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Los agujeros negros de la nueva confesión del Rey del Cachopo

Las lluvias impiden el rastreo con georradar y perros especializados en cadáveres en Toledo

El rey del cachopo: «Un comisario de Policía me puso la pistola en el vientre y reclamó 12 kilos de cocaína»

Juicio contra César Román Viruete, el Rey del Cachopo, en la Audiencia Provincial de Madrid EFE
Carlos Hidalgo

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La reciente confesión de César Román Viruete sobre el motivo de la muerte de la que fue su pareja, la hondureña Heidi Paz Bulnes, y el paradero de sus restos que aún no han sido hallados está siendo analizada con mucho celo por la Policía Nacional. Desconfían los investigadores madrileños de una nueva versión que el conocido como Rey del Cachopo aporta después de ser condenado por la mínima y en la que implica a una tercera persona que, además, está muerta.

Por lo pronto, el reo, condenado a 15 años por homicidio en 2021, ha remitido un escrito a la Audiencia Provincial de Madrid en el que adjunta un croquis hecho a mano por él mismo sobre el paradero de la cabeza y las extremidades de la víctima. Se trata de Las Cárcavas, un paraje en el término municipal de Carranque, en Toledo, al que la Policía ya ha acudido para acotar el área. Fuentes de toda solvencia explican a ABC que «la zona es muy amplia y no está tan delimitada como se pensaba en un principio». El jueves fueron los primeros agentes, previa autorización judicial, pero no se empezará a trabajar hasta que remitan las lluvias.

Se ha comisionado al Grupo Operativo de Inspecciones Técnicas (GOIT), especializado en la apertura de estructuras complicadas y rastreo en terrenos muy difíciles. Sin embargo, el mal clima de toda esta semana invalidaría cualquier tipo de actuación que puedan realizar en estos momentos; por ejemplo, el georradar, instrumento fundamental para buscar debajo de tierra, no da los resultados deseados si hay lluvia de por medio, como es el caso.

También irán los Guías Caninos, los perros especializados en la búsqueda de restos cadavéricos, pero cuyo olfato tampoco rinde de manera óptima en situaciones climáticas así, ya que las partículas en suspensión son arrastradas por las lluvias. Con todo, están a la espera de que mejore el terreno, actualmente enfangado y lleno de balsas de agua, para acudir en busca de los restos de Heidi Paz. Será cuando el juzgado dicte la nueva fecha el momento en que empezarán.

Con todo, las esperanzas de encontrarlos es pequeña. Hay que intentarlo porque es el deber del estado de derecho, y las fuentes consultadas ponen como ejemplo las múltiples búsquedas del cuerpo de Marta del Castillo tras las distintas confesiones de Miguel Carcaño, su asesino. Eso sí, el elevado coste de estas diligencias no las pagará César Román, sino las arcas públicas.

El giro de guion el Rey del Cachopo es bastante incoherente y oportunista. Eso sí, a nadie engaña utilizando este momento: lo suyo es cosa juzgada, y precisamente solo le pudieron condenar por homicidio, y no asesinato (que habría alargado su condena a los 20 años, cinco más), porque al hallarse solo una parte del cadáver de la chica no pudo certificarse cómo la mató. Y eso es fundamental para aclarar si lo hizo con alevosía o no. Por ello también se libró del delito de profanación de cadáver, que son entre cinco y seis meses más. Ahora, argumenta que Heidi murió de un disparo en la cabeza con su propia arma, mientras forcejeaban. Mantiene que ella estaba metida en 'vuelcos' de droga a otros narcotraficantes y en una trama con comisarios de Policía corruptos. Tanto en la investigación de Homicidios como en el plenario judicial nada de ello quedó demostrado; es decir, que era una ensoñación más del acusado, por lo que la teoría de la discusión con una pistola se cae por sí misma. Hacen hincapié en el carácter narcisista del uxoricida, que necesitaba estar de nuevo en el centro del foco mediático, como ha conseguido.

Es cosa juzgada

Al ser ya cosa juzgada, aunque se hallaran ahora esos indicios que faltaban para agravarle la pena, no le pasaría nada. Por otro lado, están los tiempos en prisión: el crimen lo cometió en 2018 y hasta 2019 no fue encarcelado. Lleva el suficiente tiempo entre rejas para empezar a gozar (o estar muy cerca de ello) de permisos. Una confesión como esta podría aliviar sus noches en la celda y dejarle salir antes. También supondría un respiro para la familia de Heidi.

Si la maleta donde estaba parte del cuerpo de la muchacha (el tronco, con las prótesis mamarias arrancadas para dificultar su identificación por los números de serie) fue quemada en la nave de Usera de su propia empresa, ¿por qué el resto del cadáver lo enterró en otro sitio y en un lugar tan lejano?

Dice ahora que fue un tío suyo que había sido forense el encargado en descuartizarla y deshacerse de los restos. Sin embargo, no hay noticias de ese pariente, que supuestamente residía en la provincia de Toledo, quien, para colmo, murió poco después de la condena de Román, en 2021. Y, si él no participó en el enterramiento en Las Cárvacas, ¿cómo ha realizado un mapa tan detallado?

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