COLONOS
Diego Cabrera: «Madrid es la capital de Latinoamérica»
En el Olimpo de la coctelería mundial -una de las Bellas Artes- anda este porteño de Madrid y ya madrileño si le preguntan. Enamorado de la primavera capitalina, huye de los crueles veranos mientras crea el brebaje perfecto
En el Olimpo de la coctelería mundial -una de las Bellas Artes- anda Diego Cabrera , porteño de Madrid y ya madrileño si le preguntan. Enamorado de la primavera capitalina huye de los crueles veranos mientras crea el brebaje perfecto entre su 'Salmón Gurú' ... y su 'Viva Madrid', que revitalizan las traseras canallas de Sol.
En puridad, Cabrera no encuentra diferencias entre un bonaerense y un madrileño . Viajó por España en la mocedad y Madrid no le gustó al primer sorbo, pero después se enamoró de una ciudad a la que daría de beber algo tan seco como refrescante: pongamos que un negroni. Su hija es madrileña, como algunos ancestros suyos. Se trata del eterno retorno en la genética de un creador que goza la ciudad y hace que se goce en ella. Que no le gusten los calores agosteños no le impide llegar a Barajas con la flama, de cualquier parte del mundo, y sentirse renacido en la Capital. Aunque no sea cuando su amada primavera matritense y aunque los taxis de Madrid parezcan de River por la franja roja. Porque Cabrera es de Boca y de siempre.
¿Cuáles son los ingredientes de Madrid?
Es una ciudad de mente abierta. Una ciudad tolerante, limpia y segura. Una ciudad donde sientes placer al vivir.
¿En qué consiste ese placer?
Es la comodidad que ofrece la ciudad. Todo esta concentrado y puedes ir caminando. Me gusta salir de trabajar e ir caminando por mi Madrid observando la fauna y la flora. El transporte público es fantástico, me gusta ir al Rastro, me gusta la cultura gastronómica, irme de tapas, de vermú, de cócteles, me gusta ir de museos, buen fútbol, buenos espectáculos. Es mi ciudad.
¿Desde Buenos Aires qué se alcanzaba a ver de Madrid?
Históricamente, hay un puente cultural entre Madrid y Buenos Aires. Y lo reafirmo: un madrileño y un porteño son muy parecidos.
Usted decidió vivir aquí…
Sí, una vez que sales de casa, de la casa de tus padres, puedes decidir dónde quieres vivir. Y yo elegí Madrid. He estado en otras ciudades pero para mí Madrid tiene todo lo que necesito y lo que busco. Mis dos hijos, además, han nacido en Madrid. Me enteré el otro día de que mi bisabuela era de Madrid. No lo sabía. Es muy loco porque tras tres generaciones nace una madrileña, que es mi hija. Todo el mundo me pregunta por mi amor hacia Madrid. A mí me permitió levantarme varias veces profesionalmente, me ofreció la plataforma para poder tener mi empresa.
¿En qué año llegó a Madrid?
En 2008. Antes había estado de viaje. Hay pocas ciudades en el mundo, y quizá lo que diga sea ‘heavy’, porque a Madrid le vino bien todo lo malo que pasó en el mundo. Es una cachetada en la cara, espabila… Cuando vine por primera vez, de viaje, en 2001 había sido una ciudad que no me había gustado. Entonces me costó mucho tomar la decisión de venir aquí. En 2008 pude ver esa revolución cultural, esa transformación. Ese rejuvenecimiento. Ahora es una ciudad ‘trendy’, ‘cool’. Antes era una ciudad más casposa. Madrid es la capital de Latinoamérica; es su puerta de entrada. Y Latinoamérica es diversa.
¿Qué tiene Madrid de amargo?
El verano; ese calor de agosto del que todos intentamos huir. Pero cada vez más nos refugiamos en los bares, lo trampeamos muy bien. La primavera es sonrisa. En Argentina la primavera es el mes del estudiante y es espectacular porque todos los estudiantes están de fiesta.
Un lugar. En primavera...
Me gusta el Parque del Retiro; un refugio verde que tenemos. También me gusta el Paseo de Recoletos. Me gusta caminar desde Cibeles hasta Colón. A veces también voy hacia el Paseo del Prado. Es muy linda la arquitectura. La gente habla del tráfico pero me gusta sentarme en un banco y ver la gente pasar.
Un instante.
Me gusta mucho volver de vacaciones. Me llena mucho volver a Madrid. Cuando vuelvo de cualquier sitio y estoy en el taxi… me siento bien. Madrid me llena de energía. Soy de Boca, el taxi tiene la franja esa… los taxis de River son ese otro punto amargo de Madrid (ríe).
¿Cómo es el madrileño?
El madrileño socializa en los bares. El madrileño está 'ocho días a la semana' (sic) en los bares y luego va a los restaurantes. En Madrid no se ha perdido el ritual del aperitivo, del vermú o ir de cañas… Me voy a un Viva Madrid, me tomo algo con un vermú, luego unas tapitas y luego ‘che, dónde comemos’. Tenemos una ciudad que es segura, es limpia, te ofrece estas posibilidades, así que, ¿por qué no lo harías? El otro día estuve de viaje y cuando vas de viaje intentas buscar aquello que conoces; por ejemplo, las terrazas.
¿Qué cóctel le inspira está ciudad?
Cuando vine a Madrid, aunque fuese barman desde antes, tuve que tocar todas las recetas porque todos mis cócteles eran muy dulces, quizá por el clima y la altura. Tuve que usar otras recetas. Al madrileño le gusta el cóctel algo quizá más seco pero refrescante por esos calores… Todo lo refrescante le encanta, al igual que lo seco. Lo seco tiene mucho carácter, como el negroni. El cóctel por excelencia de Madrid es la media combinación, que es ginebra y vermú. Son cócteles secos, con carácter.
Entonces, ¿el madrileño es sibarita?
Absolutamente. El madrileño es sibarita, el madrileño viaja, tiene carácter, es exigente…
¿Qué toque le falta al cóctel de Madrid para ser perfecto?
Es difícil encontrar ese grado de objetividad. Y no quiero caer en los tópicos del tráfico… Es que tenemos un buen transporte público, un aeropuerto, tenemos buen deporte, cultura… ¿Qué le puede faltar? Que terminen las obras de una vez. Y más carriles bici.
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