30 aniversario de Samur-Protección Civil: Los ángeles custodios de amarillo y naranja que salvan vidas a pie de calle
El servicio se crea para dar atención sanitaria en el lugar y dejar de ser solo un sistema de traslado al hospital
Actualmente, 900 funcionarios y 1.100 voluntarios conforman el equipo que realiza 400 actuaciones de media al día

Un papel en blanco fue todo lo que necesitó un grupo de visionarios para poner en marcha, en la última década del siglo XX, un proyecto revolucionario que marcaría el futuro de la atención sanitaria. Corría el verano de 1990 y el médico José ... Luis Gilarranz inundó las casas de socorro con carteles en los que buscaba voluntarios para dar forma a una idea que llevaba tiempo rondándole la cabeza: las ambulancias tenían que dejar de ser un mero medio de transporte de pacientes al hospital y pasar a prestar asistencia médica ‘in situ’. Dicho y hecho. En agosto de 1990, el doctor logró reunir a un pequeño equipo de valientes que quiso cambiar el primer eslabón de la cadena de emergencias. Un año después lo que fue una locura se materializó: nació el Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate , Samur, que este año sopla las treinta velas.
El enfermero Javier Quiroga se incorporó a su puesto de trabajo en el centro de salud de Centro tras las vacaciones de verano, cuando colgado en una pared vio un pasquín en el que se anunciaba la búsqueda de profesionales. «En aquel momento, trabajar en un servicio de emergencia era un sueño para mí», explica el que se terminó convirtiendo en uno de los creadores de Samur al acudir a la cita marcada por Gilarranz. «Fue un flechazo. A los cinco minutos estábamos escribiendo la idea. Empezamos a diseñar el servicio inmediatamente, los planos, los uniformes, los procedimientos...», recuerda Quiroga sobre las frenéticas jornadas. Tuvieron claro que la estructura tenía que ser de doble escalafón: ambulancias con soporte vital básico y otras de avanzado, y que debían agilizar la central de comunicaciones gestionada por técnicos de emergencia médica.
«Colaborar fue un honor», recuerda el veterano. «Entre los sanitarios no era frecuente sentir que pertenecías a un grupo. Gilarranz lo inspiró, creó el orgullo de pertenencia al servicio , de vivir el servicio», afirma Quiroga, que habla de la meteórica evolución que ha tenido Samur en estas tres décadas: «Se ha adaptado a la última evidencia científica disponible. No podíamos soñar con llevar ecógrafos ni un pequeño laboratorio de análisis de sangre con resultados en dos minutos como hay ahora en las ambulancias».
Samur vio la luz como proyecto piloto en junio de 1991 y, un año después, tras demostrarse su utilidad, recibió el nombre que conserva hoy en día. Por aquel entonces formaban el servicio 168 trabajadores y tres unidades de soporte vital avanzado procedentes del antiguo parque de Legazpi que comenzaron a atender a pie de calle.
Ahora, son 900 profesionales, 1.100 voluntarios de Protección Civil (cuerpo que se unió en 1994) y 211 vehículos. Realizan 400 intervenciones de media al día, 135.848 el año pasado, con una supervivencia del 21% en paradas cardíacas sin secuelas y del 91% de los pacientes críticos a siete días.
«En 1990 comenzó nuestro compromiso con la vida . Con el paso de los años nuestro campo de actuaciones se ha ampliado. La incorporación de Protección Civil nos dotó de una potencia extraordinaria. Los voluntarios, formados y entrenados, son un músculo extraordinario», dice Carmen Camacho, médico y subdirectora general de Samur-Protección Civil.
Parte de la ciudad
Ella considera al servicio «una parte de la ciudad, de sus calles, fiestas y celebraciones». «Caminamos por y con Madrid. Trabajamos por y para la ciudad», asegura. Los ciudadanos también lo sienten así: el año pasado recibieron una valoración de 9,14 sobre 10 en satisfacción por parte de los pacientes atendidos, cifra que aumentó hasta el 9,69 en lo referente al trato humano que dan estos ángeles de la guarda vestidos de amarillo y naranja.
Para Camacho las armas de Samur son la rapidez , con un tiempo medio de respuesta de 7 minutos 47 segundos, y la calidad de la asistencia . En 30 años, Samur-Protección Civil ha atendido a más de tres millones de personas, han recuperado a 1.100 víctimas de una parada cardiorrespiratoria y, cada año, recorren casi tres millones de kilómetros en las actuaciones, lo que supone dar 50 veces la vuelta al mundo . «Además de llegar lo más rápido posible queremos hacerlo lo mejor posible, por eso enfocamos el futuro con ilusión, manteniendo el compromiso de servicio con la ciudad y, en definitiva, de servicio con la vida», concluye la subdirectora general.
«En 30 años hay mucha historia y muchas historias», añade el fundador Quiroga. Han dado respuesta en atentados de ETA , en la coronación del Rey y su boda, en la celebración del mundial... Y también en el 11-M y la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). «Fue espantoso. Sentimos que nos había golpeado el corazón, que había golpeado a nuestra familia, a nuestro entorno», dice Quiroga sobre el 11-M: «Fue el examen al que Samur nunca habría querido presentarse». En la JMJ intervinieron en actos que concentraron a un millón de personas, montaron ocho hospitales de campaña y atendieron en solo 24 horas a 2.500 pacientes.
Los hitos de Samur-Protección Civil no se quedan ahí. La pronta respuesta que dan a los pacientes que fallecen en calle convierte a estos en potenciales donantes de órganos , lo que se conoce como ‘Código 9’, un procedimiento que se ha extendido a todo el país. También crearon, junto al hospital Niño Jesús , un procedimiento para detectar el maltrato infantil, y acuden a misiones internacionales –Indonesia, Pakistán, Haití...– cuando se les necesita.

Ayer, en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles fueron homenajeados por el alcalde de Madrid y Sus Majestades los Reyes. «Es imposible mejorar la excelencia de los profesionales», resumió José Luis Martínez-Almeida. «Son años continuados de esfuerzo, superación y trabajo comprometido. Sois un servicio esencial para la ciudad, imprescindibles. Estáis cerca de las personas, salvando vidas todos los días, dando tranquilidad con vuestra presencia», dijo Felipe VI. También José María Álvarez del Manzano, quien gobernaba cuando se creó, quiso tener una palabras de agradecimiento : «Si me preguntasen qué es lo más importante que hice durante mi época como alcalde, sin duda, diría que fue crear Samur». Cibeles se llenó de aplausos, velas imaginarias que se soplaron por otros –mínimo– 30 años.
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