Jueces y policías denuncian que la ley es «perversa» y «ampara la violencia»
Los juzgados asumirán la carga de interpretar los casos en los que se pueda aplicar
El Congreso aprueba la amnistía definitivamente y la ley queda ahora en manos de los jueces
Las asociaciones judiciales y policiales no tardaron ayer, tras la votación en el Congreso de los Diputados, en manifestar su oposición a una ley que viene, precisamente, a anular la labor de jueces y tribunales, así como las órdenes de éstos a las ... fuerzas policiales durante todo el desafío independentista que arrancó en 2017 y todavía continúa.
Desde la mayoritaria Asociación Profesional de la Magistratura (APM), consideran que el 'procés' «no ha finalizado». Laura Cristina Morell, miembro de su comité ejecutivo, destaca que «no se puede saber con certeza» cuando regresará Puigdemont a España con las garantías «que él pretende» y pone el foco en el trabajo que recaerá una vez más en los juzgados y tribunales por el alto número de personas que podrían beneficiarse de la ley, por lo que habrá que ver «cuál es la tramitación procesal en cada uno de estos asuntos», afirmó.
El portavoz de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV), Sergio Oliva, critica que el texto de la ley «es perverso porque busca trasladar al Poder Judicial la decisión y determinación de qué conductas son amnistiables con una narrativa intencionadamente confusa». Con todo, el portavoz de la segunda asociación judicial más representativa recuerda «los jueces tenemos la obligación de cumplir las leyes y ésta ya forma parte de nuestro ordenamiento jurídico. Pero, precisamente porque forma parte de un ordenamiento jurídico nacional y comunitario, los jueces podrán aplicar directamente la ley de Amnistía, plantear cuestiones de inconstitucionalidad o plantear una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea con los efectos pertinentes en el caso».
El sindicato policial Jupol manifestó su «profunda decepción» por la aprobación de la norma y porque el trabajo de las fuerzas de seguridad contra el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 «no sirvió de nada». «Los policías nacionales podrían ser los únicos que van a pagar las consecuencias del intento de golpe de Estado en Cataluña», afirmó el portavoz de Jupol, Ibon Domínguez. «La ley, tal y como han comprobado los servicios jurídicos de Jupol, solamente deja activa la exclusión para los delitos por los que han sido denunciados por parte de los independentistas los policías nacionales que trabajaron en el 1-O y en los disturbios de 2019 en Cataluña», transmitió en un comunicado el citado sindicato.
«Sienta un precedente»
Uno de los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que intervino en los disturbios de 2019 en Barcelona por las protestas contra la condena del Tribunal Supremo a los líderes del 'procés' explicaba ayer mismo a ABC que la ley de Amnistía «sienta un precedente peligroso porque ampara la violencia que hubo ese día. Si les han amnistiado es porque lo van a hacer de nuevo».
Este antidisturbio no quiso mostrar su imagen ni tampoco su nombre por miedo a represalias por parte del independentismo catalán. Renegó de que la ley de Amnistía cubra también a los agentes que fueron imputados por las cargas y que recibieron denuncias por torturas por parte de los manifestantes. «No tiene sentido. Los policías no ejercieron la delincuencia», aclara.
El agente afirmó sentirse «frustrado» por la aprobación en el Congreso de los Diputados del perdón legal no sólo para Carles Puigdemont y el resto de impulsores de la ruptura del orden constitucional en 2017, sino también para todos aquellos que, bajo las marcas de los Comités en Defensa de la República (CDR) de Tsunami Democrátic, llevaron el caos a las calles de la capital catalana dos años después. «Trabajaba por algo que crees que tiene sentido: mantener el orden. Cualquiera de los que estuvimos allí nos sentimos ahora impotentes», afirmó resignado.
El agente entrevistado estuvo desplegado en la zona de Urquinaona, Vía Laietana y la Jefatura Superior de la Policía Nacional donde estaba el centro de mando del dispositivo y se concentraron las agresiones más fuertes contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: «Fueron días duros. No sabías cómo iba a terminar», recordó. Durante aproximadamente tres semanas, los disturbios se repetían desde primera hora hasta la madrugada.
En conversación con ABC, recordó que desde un primer momento se dieron cuenta de que no era una cuestión improvisada. «Sabían que iba para largo. Estaban esperando la sentencia y no querían quemar sólo contenedores». «Tenían mucho material y gente de fuera de Cataluña». El instante que no puede despejar de su memoria es cuando cayó uno de sus compañeros, ahora jubilado forzosamente: «Le impactó una bola metálica en el casco, cayó y perdió el conocimiento. En la emisora escuchabas que estaban atendiendo a otro».
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