Gritos de «Gora ETA militar» y amenazas al concejal de UPN en Leiza que protesta contra la amnistía

Inés Ruiz-Jiménez

Madrid

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22/01/2025
Actualizado a las 21:01h.

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En el pequeño pueblo de Leiza (Navarra), feudo de la izquierda abertzale, se han escuchado este miércoles amenazas de muerte y gritos de «Gora ETA militar». En un lugar donde los chivatazos entre vecinos acabaron con la vida de tres personas a manos de la banda terrorista, un concejal y portavoz de UPN, Silvestre Zubitur, ha sufrido el ostracismo, la burla y, desde hace años, la amenaza de elementos proetarras, agravados ahora por colgar cada día desde 2023 una pancarta que lee «No a la amnistía».

El altercado se produjo cuando, a las 10.30 de este miércoles, el portavoz de la formación regionalista fue alertado de que la pancarta que coloca cada mañana en la fuente de la plaza del pueblo había sido sustraída por un grupo de personas. Zubitur, que lleva algo más de un año colgando, protegiendo, y en ocasiones reparando, dicho cartel, salió detrás de los responsables hasta dar con ellos en las inmediaciones de un local regentado por la izquierda 'abertzale', según fuentes de UPN.

Fue entonces cuando estos elementos proetarras profirieron amenazas de muerte a Zubitur. «Os quedan cuatro días» y «Gora ETA militar», son algunas de las advertencias que han lanzado contra el edil, quien finalmente recuperó la pancarta que lleva tanto tiempo custodiando y que ha vuelto a colgar en su sitio. Desde la formación de Zubitur han condenado estos actos a través de un mensaje de X (antiguo Twitter). «Condenamos las amenazas de muerte y gritos de «Gora ETA» dirigidos al portavoz de UPN en Leiza».

Hace un año, en conversación con ABC, Zubitur explicaba que desde el 12 de noviembre de 2023, en plenas protestas sociales contra la Ley de Amnistía, junto a ocho vecinos más de Leiza, decidió colgar una pancarta para mostrar su indignación hacia esta medida. Una vez aprobada la norma en las Cortes, el pasado 14 de marzo de 2024, los vecinos contaban a este periódico que pensaron en quemarla «total, ya para qué», expresaron, pero en el último momento, decidieron seguirán colgándola. «Aquí estaremos hasta el final».