veto de la ue a la pesca de fondo
La flota del Gran Sol nota la caída de capturas: «Si sigue así, es para echar el cierre»
El sector estima que aún es pronto para medir el impacto, pero en las primeras semanas ha constatado un descenso del 50 % en las descargas
En los puertos de A Mariña lucense reina el pesimismo. La primera marea en el Gran Sol tras la entrada en vigor, el 9 de este mes, del veto a la pesca de fondo en 87 zonas del Atlántico para proteger los fondos marinos, acaba de terminar. Aunque todavía es pronto para calibrar el impacto de la medida, las primeras impresiones no son buenas. «Si sigue así, es para echar el cierre», lamenta Jesús Lourido, responsable de flota de los armadores del Puerto de Celeiro. «Desgraciadamente estamos notando lo que esperábamos», coincide Sergio López, gerente de la Organización de Productores Pesqueros OPP7-Burela.
Aunque los efectos del acto de ejecución dictado por la Comisión Europea afectan a más barcos, los 59 palangreros y volanteros españoles que faenan en el caladero del Gran Sol están siendo los más perjudicados. Paradójicamente, ambas artes de pesca son mucho menos agresivas con los fondos marinos que el arrastre. Para esta última, el impacto ha sido menor después de que Bruselas aclarase que podrían seguir faenando en las profundidades menores a 400 metros. Tanto en el puerto de O Celeiro como en el de Burela explican que serán necesarias más mareas para poder ofrecer datos más fiables del descenso de capturas. «Lo mejor sería hacer un análisis durante más tiempo», indica López. Lourido calcula que habrá que esperar al menos dos o tres ciclos completos de pesca para poder sacar conclusiones.
El veto a la pesca de fondo ha obligado a los barcos a abandonar las zonas en las que faenaban habitualmente. Se situaban en ellas porque tras años frecuentando el caladero del Gran Sol sabían que allí encontrarían los peces. «Los que se desplazaron pasaron de estar en una zona en la que pescaban más a otra en la que pescan que menos. ¿Qué notamos ahí? Una caída por encima del 50% en estas dos semanas«, relata López. Pero el impacto no se queda ahí. Los buques que estaban faenando en áreas no afectadas por la presencia de ecosistemas marinos vulnerables también sufren las consecuencias. «Lo que vieron es que otros barcos se vinieron al lado de ellos y están intentando echar menos aparejo para que haya más posibilidades de encajar barcos allí«, prosigue López. Un tercer efecto son las largas esperas para poder lanzar las redes o las líneas. «Hay barcos que tuvieron que estar hasta tres días en el mar con los motores encendidos esperando a que acaben otros para tu poder meterse en la zona y pescar«, indica el gerente de la OPP. López recuerda el riesgo que eso supone para los pesqueros en un caladero como el del Gran Sol, famoso por sus temporales, y también el coste en combustible en un momento de alza de precios. «Ahora para conseguir diez mil kilos hay que pescar más días», asevera.
La merluza que llega del caladero situado al oeste de las Islas Británicas, capturada por los barcos de A Mariña representa el 73 % de toda la que se comercializa en Galicia. En el puerto de Celeiro las sensaciones son parecidas. Lourido explica que recolocar la flota está «siendo un auténtico lío». También que los primeros pesqueros afectados llegan con un 50-60 % menos de las capturas. Pero no pierde la esperanza. «No queremos pensar que esos datos se consoliden», apunta.
Esperar por los datos
Todavía es pronto para tener conclusiones definitivas, explican desde el sector, porque la pesca no es una ciencia exacta. «Cuanto más amplio sea el periodo mejores van a ser los datos», indica el gerente de la OPP de Burela. «Se trata de una actividad en la que no se pesca lo mismo todos los días», prosigue, «en el mismo sitio, dos barcos pescan de forma diferente uno del otro», afirma. Iván López, presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA), tampoco se atreve a dar cifras globales del impacto de la medida. «Lo que sí se evidencia es que hay un constreñimiento del espacio disponible, que genera cambios en la operativa, sobre todo en el palangre», apunta. En el arrastre, confirma, no está habiendo tanta afectación de momento porque las zonas más productivas están excluidas del veto. Los arrastreros del litoral, que faenan más cerca de la costa, podrían verse afectados también en el futuro. Por el momento, el mal tiempo hace imposible medir el impacto dado que muchos no pueden salir aún a faenar y las cifras no son comparables. «Algunos capitanes me dicen que las aventuras se hacen en primavera, es decir, será cuando empiece a hacer buen tiempo en el mar cuando la gente se aventure a buscar nuevas zonas de pesca, a nadie le gusta adentrarse en los temporales«, explica también López.
El presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA) cree que a lo largo de los próximos meses se podrá determinar con mayor precisión cómo afecta la decisión de la UE a la flota de fondo. «Queremos tener datos muy precisos», indica. Pone como ejemplo el caso de la flota de arrastre que pesca gambas en la Bahía de Cádiz, junto a la del Gran Sol, el Ministerio la considera como una de las más afectadas por la decisión de la UE. «La gamba está en veda hasta el 1 de noviembre, por lo que todavía no han podido salir a pescar con las nuevas normas», indica Iván López. «Hasta la semana que viene no tendremos ningún dato», afirma.
Tanto el sector como las administraciones llevan tiempo denunciando que Bruselas ha impuesto el veto a la pesca basándose en informes científicos desactualizados y sin tener en cuenta los posibles efectos socioeconómicos. En breve se conocerán con datos reales, y no solo estimaciones, cuáles son sus consecuencias.
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