El desplome del viaducto de la A-6 cumple cinco meses aún a la espera de respuestas
infraestructuras
Transportes desvela el día 15 su informe sobre las causas; la Xunta ve «cero efectividad y cero transparencia»
Cuando se cumplen, hoy, cinco meses del desplome del primero de los vanos del viaducto de O Castro, en la A-6, en la frontera entre las provincias de Lugo y León, ni se conocen todavía las causas ni se ha ofrecido una solución satisfactoria de tráfico para los vecinos de Pedrafita do Cebreiro y el sector del transporte de mercancías. Casi medio año después, hay malestar entre los afectados y por parte de la Xunta, mientras el Gobierno promete desvelar el informe sobre los motivos del siniestro el próximo día 15, al tiempo que saca pecho con las alternativas que ha diseñado para el tránsito.
«Esperamos que los informes técnicos que nos presenten sean solventes y tengan fundamento, que sean profesionales y que no estén reorientados y cocinados», advierte la conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, en conversación con ABC. La Xunta pidió que se le remitiera información con antelación, para «preparar la reunión y poder preguntar con profesionalidad». No hubo 'suerte'. Tampoco con que el encuentro fuera cara a cara. Apuntaba en esa dirección, inicialmente, cuando la reunión se iba a celebrar justo hoy. Después se desplazó al 14, y de ahí al 15, y pasó al formato de videoconferencia. Acumula un mes de retraso, pues se había prometido para mediados de octubre.
La conselleira de Infraestruturas lleva tiempo diciendo que sospecha que el Ministerio de Transportes conoce de sobra las causas del súbito desplome ocurrido en junio —primero el vano 1 y después el 3, a los que siguió el desmontaje del 2—. «Yo creo que se conocen», insiste a este diario, «y no se están trasladando». Pero el gabinete que dirige Raquel Sánchez abrió una investigación y a esta remite. Con no poca pompa, Transportes informó en su día de la conformación de un «equipo multidisciplinar» de más de 60 personas, con 10 empresas de ingeniería y construcción «de primer nivel» involucradas. Especialistas en cálculo de estructuras, técnicas de pretensado, inspección de puentes, geología y geotécnica, análisis y control de materiales, conservación y explotación de carreteras, construcción y seguridad y salud han participado en la indagación de los demorados porqués.
Ethel Vázquez, aún desde la cautela, pondera que «el sentido común nos orienta a que, en la emergencia, parece que se hizo algo que no es correcto». Comenta la extrañeza en los sectores de la ingeniería y la construcción por un desplome en una infraestructura tras un año cerrada y una inversión de 26 millones de euros, para trabajos de reparación. Añade que «sorprendería» que el quid esté en la «construcción», porque el cableado y tesado [técnica constructiva que añade presión a una columna de hormigón para minimizar las cargas de tracción] siguen «un procedimiento muy reglado». Y apostilla que, dada la importancia de la obra, «lo lógico» es que en la cúpula del Mitma «estuvieran pendientes de que las cosas se hicieran bien».
Llueve sobre mojado
A ojos de la Xunta, el oscurantismo con la investigación de las causas es solo un capítulo más de una historia que la conselleira titula «Cero efectividad y cero transparencia«. Lo segundo, por no confirmar si se conocen ya las causas mientras se traslada la apertura de un »viaducto paralelo, gemelo« a mediados de 2023. Lo primero viene viciado por no haber contado con el gobierno gallego para el diseño de una alternativa temporal para el tráfico. La Xunta propuso un ramal entre la N-VI y la A-6 con regreso a la autovía antes de los túneles de Pedrafita. La solución de Transportes, modificada en septiembre para incluir los transportes especiales, sigue obligando a transitar, en dirección La Coruña, por la población lucense.
Ante la llegada de la estación más fría, el Mitma elaboró un protocolo de vialidad invernal, para desviar vehículos pesados, que tampoco convence en Infraestruturas: «Realmente asusta, es un recorrido tremendo en pleno invierno por la nacional. Para el sector de mercancías, es la peor noticia, después de toda la crisis que ya tuvo que soportar«.
En Pedrafita, su alcalde, el socialista José Luis Raposo, tiene que lidiar con el «malestar» de los vecinos por que no se haya habilitado una solución de movilidad especial para los residentes. «Hay unas quejas tremendísimas», admite a ABC. Los vecinos se desorientan y los visitantes se pierden, con el «perjuicio» consiguiente. Habla de «situación delicadísima» y no oculta que no le gusta que para «unas cosas cuentan contigo» y «para otras, no cuentan», al punto de enterarse de decisiones ya consumadas o recibir explicaciones que no le convencieron. Llegados a estas alturas, reclama «una solución lo antes posible, pero una solución firme». Pero con la máxima del «vísteme despacio que tengo prisa», para que «no vuelva a pasar». Cree que «no es normal» lo ocurrido con un viaducto 22 años en servicio — «no deja de ser una obra mal realizada»—, y valora: «Fallos tremendos tuvo que haber, a ver si se saben».
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Más allá de que se esclarezcan las causas, que no es asunto menor, está el meollo del problema: «reconstruir» el viaducto y «tener la certeza de hacerlo bien», remarca Ethel Vázquez. Escéptica, porque no se ven «avances» con los proyectos constructivos de pilas y tableros, previos a las obras; y corre el tiempo y estima que mínimo serán necesarios dos años, tal vez tres. No hay partida consignada en los Presupuestos del 23, si bien el Gobierno apunta a un procedimiento de emergencia como solución en este caso. «El Mitma parece que no ve más allá de la M-40», lamenta Vázquez. Galicia «no les importa, les quedamos muy lejos».
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