Galicia

El patrimonio olvidado de Galicia pide que lo amparen

Un total de 50 monumentos integran en la Comunidad la Lista Roja que elabora la Asociación Hispania Nostra

Son un catálogo de castillos, pazos, monasterios, conventos o factorías en serio riesgo de perderse para siempre

Casas en ruinas en el barrio de Ferrol Vello, el conjunto histórico más degradado de las ciudades gallegas CEDIDA

Torres medievales, iglesias, monasterios, conventos, edificios modernistas, cascos históricos, pazos o antiguas factorías se desmoronan en Galicia sin que nadie le ponga remedio. La tierra que acogió al que se cree primer reino europeo tras la caída del Imperio Romano, que floreció en la Edad ... Media convirtiéndose en la capital de la lírica y en la que se cuentan hasta 4.500 parroquias con sus correspondientes iglesias, capillas y cruceiros acopia una gran riqueza patrimonial. Muchos de esos monumentos aguantaron en pie a lo largo de los siglos y ahora corren serio riesgo de derrumbe. Desde el año 2007, la asociación Hispania Nostra trata de rescatarlos del olvido para que sus muros puedan seguir como piezas visibles que ayuden a desentrañar el rompecabezas de la historia.

La Lista Roja del Patrimonio llama la atención sobre 50 bienes en la Comunidad gallega. La casa renacentista en A Vacariza (Dumbría) y el castillo de Mesía, ambos en la provincia coruñesa, han sido los dos últimos en entrar en un inventario en los que son todos los que están, pero no están todos los que son. «La lista nació como una forma de participación social por la que una persona o grupo de personas nos comunican que un bien está en peligro», explica el arquitecto Alfonso Muñoz, miembro del comité científico. En Galicia hay mucho más patrimonio abandonado del que recoge el inventario, pero esos 50 monumentos han despertado especialmente la preocupación entre la ciudadanía.

La situación del patrimonio en la Comunidad es similar a la del resto de España, asegura Muñoz. Aunque en los últimos años muchos monumentos han sido objeto de rehabilitación, persisten otros muchos con problemas. « Se ha mejorado mucho en la conservación y restauración de determinados ámbitos, pero en otros la situación es crítica», coincide Carlos Fernández, presidente de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal), una entidad que forma parte de Hispania Nostra. «Se aprecia una mayor concienciación social de la población y de las administraciones respecto del patrimonio, pero se lucha contra varios factores: la despoblación rural es un acelerante de esa destrucción, porque un pueblo asentado en el territorio es garantía de conservación, pero también por el cada vez más costoso coste de mantenimiento por parte de los propietarios, y la escasez de mano de obra cualificada», indica Fernández.

Detalle del Parque del Pasatiempo de Betanzos, el precursor de los parques temáticos actuales que se desmorona cedida

Prácticamente todos los monumentos incluidos en la Lista Roja cuentan con alguna figura de protección, como el haber sido declarados Bien de Interés Cultural (BIC) o Monumento Histórico Artístico . Aunque la ley obliga a sus propietarios a conservarlos, muchos están cubiertos de maleza o a punto de derrumbarse por completo. Es el caso por ejemplo de varias torres medievales que aparecen en el listado, como el Castillo de Mesía. Declarado BIC, los orígenes de la fortificación datan del siglo XIII, pero no sería hasta el XIV cuando Gonzalo Díaz de Mesía lo erigiría. Arrasado por las revueltas de los Irmandiños en la baja Edad Media (1467); posteriormente, fue reconstruido por el arzobispo Fonseca de Santiago de Compostela. De propiedad privada, hoy apenas quedan restos de la torre de homenaje tapados por la vegetación. El presidente de Apatrigal explica que no se debe culpabilizar de forma general a los propietarios particulares por el abandono. «Hay muchos dueños de pazos, por ejemplo, que lo pasan muy mal para mantenerlos», explica. Recibieron en herencia el inmueble , pero su situación económica ya nada tiene que ver con la posición de su familia en el pasado. «Conozco una señora que cobra una pequeña pensión y le resulta muy difícil mantener el pazo, que siempre requiere alguna reparación», explica.

En el inventario de la Asociación Hispania Nostra hay también numerosas muestras de la arquitectura religiosa, como el Monasterio de Santa María de Monfero, obra románica en sus orígenes (siglo XII) y reconstruida en el XVII. Aunque la iglesia principal ha sido rehabilitada, el resto de dependencias siguen abandonadas. En 2003, la Iglesia lo cedió a la Xunta y la Administración gallega prometió la creación de un establecimiento hotelero. Pero el monumento sigue a la espera de poder recuperar su esplendor pasado.

La relevancia de Galicia en la Edad Media deja en la Lista Roja del Patrimonio muchos inmuebles de esta etapa histórica, pero también hay muestras relevantes de la arquitectura más reciente. Alfonso Muñoz destaca, entre otros, la Torre de los Moreno en Ribadeo o el parque del Pasatiempo de Betanzos. Situada en la plaza principal de la villa, la primera es una de las mejores muestras de las casas indianas modernistas y ha tenido que ser apuntalada para evitar que se caiga. Desde hace años se especula con su rehabilitación, pero las obras no arrancan. El Parque Enciclopédico de Betanzos fue una iniciativa de Don Juan García Naveira, novedosa, única en su género y precursora de los actuales parques temáticos. Actualmente tan sólo se conserva una séptima parte de la superficie original de 90.000 metros cuadrados que ha recibido una dudosa restauración en los años 90. Su impulsor empezó las obras en 1893 y procuró plasmar muchas de las visiones de sus viajes a lo largo del planeta. La Asociación Hispania Nostra alerta de que existe un gran riesgo de que desaparezca.

El presidente de Apatrigal, Carlos Fernández, añade a los espacios más deteriorados y con mayor probabilidad de desmoronamiento a Ferrol Vello, «único centro histórico de ciudad gallega en lamentable estado». El barrio nació como asentamiento marinero en el siglo X y fue dependiente de las poderosas casas nobiliarias de Lemos y Andrade desde 1379. Hoy conserva a duras penas una curiosa amalgama de edificios que van desde la vivienda marinera con balcón de madera a inmuebles con aleros, casas decimonónicas con galerías y balcón a construcciones que se mueven entre el más estricto racionalismo y el más elegante diseño art decó. Ferrol Vello también ha sido declarado BIC, pero su estado es más que deficiente. «Ser bien de interés cultural (BIC) no es garantía de conservación y mantenimiento de los bienes», lamenta Fernández. «Pese a que la ley de patrimonio hace especial hincapié en su protección, las escasas ayudas públicas que hay para su recuperación, la estructura municipal minifundista y con pocos recursos económicos y personal especializado hace difícil tener un plan de conservación», explica.

Interior del colegio Santiago Apóstol de los padres Jesuitas de Camposancos en A Guarda, levantado en el siglo XIX

Los casos de éxito

La mayoría de monumentos que entran en la Lista Roja siguen en la clasificación durante años. Pero las mejoras realizadas han sacado ya del inventario a nueve de ellos. Son los que conforman la denominada lista verde. Tras la denuncia de alguna asociación o particular, el comité científico de Hispania Nostra evalúa el estado del bien patrimonial antes de incluirlo en el listado. « Después informamos al Ayuntamiento y a los propietarios . Las respuestas son muy variadas, desde los que no contestan hasta los que nos informan de que hay un proyecto de rehabilitación en marcha y de las medidas que se van a tomar», explica el profesor de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, Alfonso Muñoz. La iniciativa surgió para promover la denuncia pública del estado ruinoso de algunos monumentos con la esperanza de presionar a las administraciones para que actúen.

Torre de los Moreno en Ribadeo CEDIDA

Desde Apatrigal apuntan la importancia de «fortalecer los vínculos con el patrimonio en la educación», donde, en opinión de Carlos Fernández, «es nulo». «Necesitamos recuperar el orgullo y el apego por lo nuestro, por lo que nos identifica y nos diferencia de otros pueblos, el sentimiento de pertenencia al área geográfica con mayor patrimonio de Europa », apela.

En la lista verde están ya la coruñesa Torre de Hércules, que se vio amenazada por la posible construcción de una urbanización en su entorno finalmente no autorizada. También la iglesia de Palio (Lalín), las pinturas murales de Moraime (Muxía) o el Monasterio de Santa María de Oia. Apatrigal explica que hay otros tres que están en trámites de recuperación: la fuente de Troncoso de Mondariz, obra de Antonio Palacios, el pazo de Goián en Boiro y el monasterio de Abeleda, en Castro Caldelas.

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