Los forenses de los teléfonos móviles: una tecnología ya aplicada en los casos de Diana Quer, Wikileaks o Nummaria
La compañía colabora con las Fuerzas de Seguridad, abogados, fiscales y juzgados
«El borrado de García Ortiz lo hizo él o alguien poco profesional»

La ciberdelincuencia lleva años en aumento. Desde 2016 hasta 2024, las estafas cibernéticas aumentaron un 490 por ciento, según los datos aportados por el Ministerio del Interior.
Precisamente una de las labores de Lazarus Technology, con 54 trabajadores en España y 14 en Latinoamérica ( ... Portugal, Colombia y Brasil) es proteger a grandes empresas, principalmente a aseguradoras, frente a ataques cibernéticos. Esa es una rama de su actividad; la otra es la de recuperación de dispositivos borrados o destruidos, algo para lo que colaboran con la Policía desde 2002 y con instancias judiciales, así como forman a abogados y fiscales.
Su labor es como la de un médico forense que encuentra el motivo de la 'muerte' del dispositivo y recorre a través de las evidencias que han quedado en él lo que se le hizo. Y, en esta labor, han colaborado en algunas de las investigaciones más importantes de los últimos años.
Diana Quer
En el caso de la desaparición y asesinato de la joven de 18 años Diana Quer, en La Puebla del Caramiñal (La Coruña), por el que José Enrique Abuín, 'El Chicle', fue condenado a prisión permanente revisable tras su confesión. El papel Lazarus Technology consistió en dar las recomendaciones sobre cómo debía tratarse el dispositivo de la joven, que fue hallado por un mariscador en Rianxo, después de haber estado sumergido.
Allí fue importante conservarlo en agua salada, mismo ambiente en el que estuvo desde su asesinato hasta el hallazgo. En aquella causa, el dispositivo móvil no fue resolutivo, pero las Fuerzas de Seguridad necesitaban dicho asesoramiento de expertos para conseguir extraer del terminal la información sobre los movimientos que tuvo.
Nummaria
En la causa abierta al despacho que asesoró fiscalmente a actores como Imanol Arias y Ana Duato, que se enfrentaban a 27 y 22 años de prisión –el primero ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía para evitar la prisión–, la empresa española tecnológica liderada por Manuel Huerta intervino realizando informes para el principal acusado, el asesor fiscal Fernando Peña.
El investigado trató de demostrar en la causa, que fue a juicio en octubre, que no se respetó la cadena de custodia en los registros y obtención de evidencias del ordenador del asesor fiscal. «No coincidían los hashes», afirma Huerta, en referencia al algoritmo utilizado para comprobar si el material que se llevaron las Fuerzas de Seguridad del despacho del acusado y el que se incorporó a la causa y, por tanto, se valoró en juicio, coincide.
El proceso
Prueba
Llega el material físico a analizar (el teléfono). Éste se tiene que convertir en una «evidencia electrónica tratable, conservando el original intacto y sin tocar». Este procedimiento se realiza obteniendo el denominado HASH, equivalente al ADN humano.
Replicado
Cuando está asegurada la prueba, se puede replicar –a diferencia de las pruebas biológicas, en las que se consume parte de ADN cada vez que se le hace una prueba–. Se verifica si la prueba se ha manipulado o ha perdido integridad. Es decir, si es igual que el original.
Informe al juzgado
Se genera el informe sobre la evidencia electrónica, sobre el «medio de prueba». Si alguien contradice el resultado, siempre se le puede contraargumentar con el trabajo realizado en el laboratorio forense. El resultado final es el informe sobre el manejo del dispositivo que se entrega y se ratifica en el Juzgado.
Esa coincidencia, de cuya fiabilidad exigen pruebas acusados de esta y otras investigaciones (como el comisario jubilado José Manuel Villarejo en la macrocausa abierta contra él en la Audiencia Nacional) es la que buscan con sus procesos los expertos informáticos en la investigación forense de los dispositivos. Los defensores de Peña alegaron en su causa que había falta de fiabilidad en la obtención de pruebas contra él y que los archivos pudieron ser modificados. «El entorno forense tiene que ser muy protector de las evidencias», afirma Huerta en referencia a todas las causas judiciales.
Wikileaks
En la histórica y famosa investigación a Julian Assange por la filtración de documentos clasificados de Estados Unidos, entre ellos algunos del Ejército sobre la guerra de Afganistán, un despacho español, ILOCAD, al frente del que se encuentra el exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, tuvo un papel paralelo por instar la investigación contra un empresario español, David Morales.
Los abogados españoles acusan al jerezano de espiar a Assange durante su asilo de siete años en la Embajada de Ecuador en Londres y vender las grabaciones al servicio de inteligencia de Estados Unidos (CIA). El papel de Lazarus en este caso, apoyando al despacho que ejerce la acusación en representación de los intereses de Assange, fue recuperar los mensajes del investigado a través de una herramienta de diccionario predictivo.
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