Feijóo se erige como representante de quienes no votaron «ni amnistía ni autodeterminación»
El presidente del PP ofrece un discurso de concordia nacional poniendo como ejemplo el entendimiento de la Transición
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Entre ovaciones constantes de su grupo parlamentario, Alberto Núñez Feijóo, ha ejecutado su primer discurso en el Congreso de los Diputados. Algo menos de dos horas de intervención para presentar su proyecto como candidato a la presidencia del Gobierno. Y que el presidente del ... PP ha dividido entre un arranque muy duro contra la gestión de Pedro Sánchez y sus alianzas con los independentistas y una segunda parte más propositiva en la que ha esbozado sus prioridades legislativas. [Sigue en directo el debate de investidura]
Feijóo llegó al Congreso de los Diputados bajando la Carrera de San Jerónimo y seguido por todo su grupo parlamentario. La gran mayoría de sus presidentes autonómicos estaban ya en la tribuna de invitados. Cierre de filas. El líder gallego ha buscado un arranque contundente, refiriéndose en primer lugar a las exigencias de los independentistas. Con el objetivo de hacer ver que él no está dispuesto a aceptar lo que Sánchez sí se plantea hacer: «La amnistía o «cualquier fórmula equivalente o análoga» es un instrumento adecuado para superar el conflicto catalán. Igualmente, ese conflicto no se resolverá de manera definitiva si no contemplamos el derecho a decidir del pueblo de Cataluña, mediante un referéndum o «cualquier fórmula equivalente o análoga». Con esto bastaría, ¿no? Pues no. No voy a defender eso. Tengo principios, límites y palabra».
El candidato a la presidencia del Gobierno se ha declarado representante de los más de ocho millones de españoles que le dieron la victoria al Partido Popular en las pasadas elecciones generales. «Y no voy a abusar de la confianza de mis votantes. Yo no». Pero también ha querido referenciarse como representante de los más de 3 millones de españoles «que respaldaron a otras formaciones que no son la mía y que ya me han confirmado su apoyo a esta investidura».
Pero también ha dicho Feijóo pretender representar a «la mayoría» de ciudadanos que en las pasadas elecciones «votaron a partidos que tampoco llevaban en sus programas ni amnistía, ni autodeterminación, ni ninguna otra fórmula equivalente o análoga». En este punto ha planteado que «ante la deriva de las peticiones oídas en las últimas semanas», en referencia a los independentistas, considera necesario que «alguien que aspira a ser presidente de todos los españoles debe dejar esto claro desde el primer momento». Y ha refrendado que en su criterio una amnistía no es «aceptable» ni jurídica ni éticamente.
Feijóo ha justificado su candidatura a la investidura en su victoria electoral. Y en un dato al que Sánchez asistió impertérrito: haber obtenido más diputados (137) de los que nunca ha alcanzado el actual presidente en funciones en las cinco elecciones en las que se presentó. En este punto Feijóo ha reprochado al PSOE sus críticas al proceso de investidura, que ha atribuido esa postura, que de fondo cuestiona la designación del Rey, algo que ha atribuido a que «esta sesión de investidura trunca su relato, y les recuerda el resultado del que han renegado desde la misma noche electoral». En esencia, Feijóo ha expresado hoy lo que lleva semanas defendiendo: que su proceso de investidura «dificulta el aterrizaje en la opinión pública del precio que otros se plantean pagar para seguir en el poder». Y ha advertido de que esta sesión «nos retrata a todos».
A partir de ahí, Feijóo ha descendido a los detalles y a sus propuestas. Previo análisis de que «España vive un deterioro institucional sin precedentes y con riesgo de agravarse todavía más», y que «las familias soportan cada vez más cargas», alertando de las «fragilidades económicas», alimentadas por el contorno internacional más impredecible de las últimas décadas.
Elogio de la Transición
Feijóo ha planteado la necesidad de fortalecer vínculos «en vez de perseverar en romperlos». Algo que ha defendido no supone ninguna innovación: «Tampoco estaríamos inventando nada. Solo reeditando el mismo método que hizo posible nuestra mejor Historia. El que aplicaron Miquel Roca o Jordi Solé Tura. El que hizo posible el abrazo de Fraga y Carrillo. Y el que permitió también la mayor prosperidad económica y social. Hay quien reniega de la Transición. Yo vengo a reivindicarla y a reclamar su vigencia. Es lo mejor que hemos hecho. Porque lo hicimos juntos».
El presidente del PP ha defendido que se trata de «una elección determinante entre preservar lo que nos es común o seguir cavando en un frentismo motivado por intereses personales que acabará por no beneficiar a absolutamente nadie». Sobre las condiciones planteadas por Carles Puigdemont, Feijóo ha pronunciado una frase controvertida: «Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del Gobierno. Pero no acepto pagar el precio que me piden para serlo. La honestidad con uno mismo y la responsabilidad con los demás son un valor, aunque haya quien los subestime. Tome nota, señor Sánchez». El planteamiento del PP en este punto es flanco de ataque condescendiente de la oposición, porque dificilmente hacer esas condiciones a los independentistas mantendría el apoyo de los diputados de Vox.
Feijóo ha cuestionado la posición histórica de Sánchez como presidente al aceptar las condiciones de los independentistas: «Esta misma respuesta es la que habrían dado Suárez, González, Aznar, Rajoy e incluso, si me apura, hasta Zapatero que en su momento nos pidió los voto para rechazar el Plan Ibarretxe. Esta misma respuesta es la que habrían apoyado todos los secretarios generales del PSOE. Del primero a su antecesor Rubalcaba. Esta misma respuesta es la que le falta verbalizar a usted. Todos nuestros predecesores habrían respondido lo mismo. Lo habrían hecho porque lo que el independentismo plantea es una aberración jurídica».
El presidente del PP ha cuestionado el planteamiento de «otorgar privilegios» a quienes pusieron en grave riesgo la convivencia como una amenaza que «quiebra el principio de igualdad» y dejaría sin efecto las resoluciones judiciales que castigaron esas conductas, algo que rompería la separación de poderes. En este puntoi ha planteado que su plan es el contrario: reforzar los instrumentos para proteger la dignidad del Estado. Y aquí ha confirmado la información adelantada hoy por ABC: la incorporación al Código Penal de un delito de deslealtad constitucional.
Como contraposición, Feijóo ha recordado sus decisiones de favorecer que los socialistas tuviesen la alcaldía de Barcelona y la de Vitoria. Además, de apoyar al PNV en la Diputación Foral de Guipúzcoa. En ambos casos para evitar que gobernasen Bildu y el independentismo catalán. «Señores de PSOE y del PNV, si creen que me arrepiento ahora que ustedes se niegan a pactar a cambio de algo con quien les dio su apoyo a cambio de nada, la respuesta es no. No me arrepiento. Pero si pregunto, los que pregonaron que era peligrosísimo que el independentismo gobernase la capital de Cataluña o que Bildu se hiciese con importantes instituciones vascas, ¿ahora pretenden convencernos de que lo mejor es que esos partidos nos gobiernen a todos y cada uno de los españoles?».
Nuevo proceso de entendimiento
Feijóo ha planteado su alternativa como un «nuevo proceso de entendimiento» ofrecinedo un Gobierno que se haga cargo de tres objetivos: dejar atrás bloques y bloqueos, garantizar la estabilidad del país y abordar un programa de reformas a través de grandes acuerdos. Como hizo en su propuesta de pactos de Estado a Pedro Sánchez, Feijóo ha cerificado que su proyecto es el de un Gobierno en solitario del PP. Pero comprometiéndose a «no gobernar en soledad» sino apoyándose «en un trabajo colectivo que se desarrolle en esta Cámara».
En este punto Feijóo ha desplegado un discurso de corte muy pactista y dialogante. «El cambio que defiendo no consiste en sustituir un sectarismo por otro. En modificar una ley caprichosa por otra que lo sea más aún. Ni acepto la tutela moral de nadie. Ni pretendo imponer la mía a los demás. Creo en la libertad», ha dicho. Y ha reivindicado su condición de gallego como pedigrí para entender «que hay diferentes sensibilidades ideológicas y territoriales». Pero que eso no puede consolidar la dfierencia de derechos y oportunidades entre españoles: «En lo que de mí dependa, España será siempre una Nación de ciudadanos libres e iguales. Jamás apoyaré que un español de una ideología tenga más derechos que otro. Yo, no».
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A la vista del resultado electoral, Feijóo ha defendido que «solo cabe un camino» para afrontar reformas y que fuesen sólidas y duraderas. Apelaba así al espíritu de esos pactos entre PP y PSOE que le ofreció a Sánchez: «Lo que les planteo no es ahondar en la división de España en dos, sino trabajar en una sociedad más inclusiva desde todos los puntos de vista». Feijóo se ha referido al consenso que hizo posible los Pactos de La Moncloa, el Pacto de Toledo, el Pacto Antiterrorismo y el Pacto contra la Violencia de Género. Ha planteado Feijóo en este punto la necesidad de reformar el artículo 49 de la Constitución para eliminar el término disminuido en el punto en el que se refiere a las personas con discapacidad.
Feijóo ha vuelto a repasar los seis Pactos de Estado que le ofreció a Pedro Sánchez en su reunión de hace tres semanas: pacto institucional, por la economía, por las familias, por el Estado de Bienestar, el pacto del agua y un pacto territorial. «Yo quiero gobernar velando por la independencia de las instituciones. La Fiscalía, el CIS, el CNI, … no son el coto privado de nadie. Creo que debemos garantizar su independencia», ha dicho refiriéndose al primero de ellos. El asunto más controvertido para Feijóo en este punto es la no renovación del Consejo General del Poder Judicial. Hoy ha propuesto aprobar su renovación «a la vez que se registra en esta Cámara una ley de reforma del modelo de elección».
En lo relativo a la reconomía, Feijóo ha propuesto un Pacto por el Saneamiento de la Economía. Sus principales medidas serían reducir el IRPF a las rentas inferiores a 40.000 euros, extender temporalmente la rebaja del IVA de los alimentos a la carne, pescado y conservas. Y mantener vigentes el tipo reducido del IVA de electricidad y de gas. O también medidas como la gratuidad del transporte público, pero recalibrando la medida en función del límite de renta.
Feijóo ha planteado también solicitar a las entidades que los recursos que destinan al impuesto de la banca se inyecten automáticamente a las familias que no pueden afrontar la subida hipotecaria o «cambiar el procedimiento del Ingreso Mínimo Vital que hoy deja fuera a dos de cada tres potenciales beneficiarios».
Ante el declíve demográfico de las sociedades occidentales, Feijóo ha planteado una aportación extraordinaria de 6.000 millones de euros para reforzar las ayudas a las familias numerosas, monoparentales y a las más vulnerables. Ha reiterado su compromiso con la gratuidad de las escuelas infantiles de 0 a 3 años. En lo que tiene que ver con su pacto nacional por el agua ha repetido su plan de 40.000 millones de euros en infraestructuras hídricas en seis años.
También ha hecho referencias al cambio climático y la Transición Ecológica, pero de un modo que tras la sesión recibió el elogio de la portavoz de Vox, Pepa Millán. El presidente del PP ha reclamado que la transición ecológica no se haga de espaldas a la sociedad y al tejido productivo: «Es decir, transición ecológica sí. Dictadura activista en ningún caso».
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