La conciliación en las Fuerzas Armadas, un derecho que complica la operatividad
Las unidades de la Flota de la Armada son las que más sufren los efectos
La falta crónica de personal ahoga a las Fuerzas Armadas

Al son de la evolución de la sociedad, las Fuerzas Armadas también han ido adaptando su estructura y normalidad a los nuevos tiempos. Especialmente visible en este cambio son las medidas de conciliación implantadas en las Fuerzas Armadas, un sueño lejano hace solo ... unas décadas pero una realidad normalizada hoy en día. Sin embargo, pese a su adaptación, estas medidas para facilitar la compatibilidad de la vida familiar y laboral agudizan los problemas de personal de los Ejércitos y la Armada y ponen al límite su operatividad.
Las Fuerzas Armadas partían de una política de personal que resultaba mucho más restrictiva que la del resto de la Administración, para tener ahora un sistema de permisos y licencias similar al del resto de los funcionarios públicos y, en algunos casos, incluso más avanzado. Se trata de una serie de derechos por hijos o mayores a cargo, situaciones de vulnerabilidad o necesidades de conciliación que nadie discute en el seno de las Fuerzas Armadas, pero que reclaman que se tengan en cuenta a la hora de diseñar una adecuada política de personal.
«Desde el punto de vista orgánico cuentas con ellos, desde el punto de vista operativo no puedes contar con ellos», relata un mando militar de la Armada, donde el efecto es mucho más visible en los periodos de navegación de los buques. Lo mismo sucede en las unidades de la Fuerza que despliegan en el exterior, que no pueden contar para ellas con todo el personal acogido a medidas de conciliación.
El Observatorio de la Vida Militar analizó la temática en un informe en el que detallaba que el Ejército de Tierra es el más afectado por la conciliación, desde un punto de vista cuantitativo, pero es en la Armada donde el impacto cualitativo es mayor, especialmente en unidades de la Flota.
Efectos negativos
El órgano asume que la aplicación de determinadas medidas de conciliación en las unidades puede suponer el incremento de la carga de trabajo y servicios en aquellos componentes de la unidad que no concilian, algo que puede afectar negativamente a las capacidades de las unidades «y provocando el consecuente impacto en su adiestramiento y operatividad, si no se aumentan sus plantillas».
El presidente del Observatorio, Mariano Casado, explica a ABC que la conciliación debe ser integrada en la planificación operativa. A su juicio, la normativa se está aplicando correctamente, pero sus efectos se deben tener en cuenta cuando se diseñan los dimensionamientos de las plantillas.
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