un tiempo propio
Gobernar también es ceder
Esta semana el gobierno ha sufrido una derrota que muestra claramente su debilidad parlamentaria y una alarmante pérdida de apoyos
Un frío polar
Movimientos políticos

El gobierno de España está echando la culpa de todo lo que ocurre a la oposición, que no se plegó a sus exigencias cuando sus socios de legislatura le habían abandonado. Si un país, una comunidad autónoma, una ciudad o un pueblo van mal, la ... responsabilidad de esa situación no es de la oposición, sino de los que tienen encomendado el gobierno. Es ese gobierno el que tiene que buscar los apoyos para realizar sus proyectos. En una democracia normal el gobierno propone algo que cree conveniente y necesario, como la subida de las pensiones, las ayudas a damnificados por una catástrofe natural, o los bonos de transportes, y busca otros grupos que apoyen sus propuestas. Si no los encuentra las retira, o bien las defiende con argumentos contundentes y se somete a votación del Congreso. Eso sería lo normal.
La normalidad en España se ha perdido. El gobierno propone decretos que todos los grupos apoyarían sin dudarlo, junto con otros que sólo le convienen al gobierno y a alguno de sus socios. Todo junto, en una especie de revuelto para que lo uno vaya por lo otro. Así no se gobierna. Los decretos se aprueban y convalidan uno a uno defendiendo en la tribuna de oradores cada contenido y explicando las ventajas que supone tomar esa medida. Pero como hay decretos que no se pueden justificar y que no benefician más que a una parte pequeña del espectro político, esos hay que escamotearlos entre otros que sí son necesarios y que cuentan con el respaldo de la mayoría de la cámara. Esta semana el gobierno ha sufrido una derrota que muestra claramente su debilidad parlamentaria y una alarmante pérdida de apoyos para seguir desarrollando proyectos políticos en esta legislatura.
Gobernar no es imponer siempre el criterio de quien manda. Gobernar es saber templar las situaciones y buscar apoyos a los proyectos legislativos y políticos. Quien pierde una o varias votaciones en sede parlamentaria, debe reflexionar cómo conseguir ganarlas buscando los apoyos necesarios cediendo en alguna de sus pretensiones. Gobernar no es imponer por la fuerza lo que uno quiere, sino conseguir lo que es mejor para todos con el mayor número de apoyos posibles.
Y lo que no es de recibo es culpar a otros, en este caso, a la oposición de todos los males de la nación, de la autonomía o de una ciudad. La oposición está para controlar el ejercicio del poder y tratar de evitar derivas autoritarias. Si un gobierno acusa a los grupos que han votado en contra de sus propuestas de desleales, es que se cree en posesión de la verdad absoluta. Nadie tiene siempre todo el poder, y nadie es poseedor de la verdad en todos los casos. Lo dijo don Quijote «préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio». Pues eso.
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