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Rosquillas, paciencias o turrón por y para 'dulces conventos' de Valladolid

La feria vende durante el fin de semana los productos de monasterios de la provincia en la Cofradía de las Angustias

Primera jornada de la novena edición de 'Dulces conventos', en el Salón de Pasos de la Cofradía de las Angustias de Valladolid iVÁN tOMÉ
Clara Rodríguez Miguélez

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Mostachones, mazapanes, almendras garrapiñadas y un sinfín de pastas se dan cita hasta este domingo 23 de octubre en 'Dulces Conventos', una pequeña feria montada en el Salón de Pasos de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid. Allí, los voluntarios venden las mejores especialidades de siete conventos de monjas de la provincia -la mayoría son de clausura y por tanto, las religiosas permanecen en el monasterio- con el objetivo de ayudar a su mantenimiento.

Después de nueve ediciones, «algunas señoras esperan a la puerta porque saben que hoy 'toca' y vienen a por un bizcocho», ejemplifica el mayordomo del cuerpo, Pablo González Herrero. También viene «mucha gente del cine» que, con el comienzo de la Seminci, cambia las palomitas por unas paciencias en el bolso o por unas obleas de pan de ángel.

El año pasado calculan que les visitaron unas 9.000 personas, en base a lo vendido. Este año, ya sin restricciones, esperan superar esa cifra. Están preparados: González dice que, en algunos momentos del fin de semana, las cajas de amarguillos o las empanadas se acaban rápidamente y los conventos más cercanos hornean y traen más suministros. Se puede probar suerte tanto viernes como sábado y domingo, de 11 a 14 horas y de 18 a 21 horas.

«Muchos prueban o compran y cuando vuelven a por más, ya no quedan», afirman dos voluntarias de la cofradía, Eva y Covadonga. Pero la sala atesora muchas más tentaciones para los golosos despechados, ya que clarisas, agustinas o isabelas, sean de la ciudad, Cigales, Medina del Campo o Tordesillas, cuidan bien de ello.

«Eso está muy, muy bueno», señala José Enrique, en referencia a las cocadas. Pero Javier, que va con él en una ronda de reconocimiento, asegura que «es imposible tener un favorito» por lo rico de lo expuesto. María José y Jesús oyeron en la radio sobre el evento y cuando salen por la puerta, lo admiten: no han podido resistirse a unos mantecados y a unas rosquillas fritas. También turrones y mazapanes anticipan la Navidad para los más previsores.

«Todo esta hecho con mucho cariño y dedicación», promete la hermana Ancila del Corazón de Jesús, de las carmelitas samaritanas de Viana de Cega. En este noveno año, es la única congregación en la que las propias monjas han acudido para vender en persona sus dulces, pero defienden con igual pasión sus mermeladas y huesitos de santo que las especialidades de sus compañeras.

Y es que, como ha indicado durante la inauguración el alcalde antiguo de la cofradía de las Angustias de Valladolid, Juan Antonio Casas, se anima a la compra porque con productos así, las religiosas cumplen con el 'ora et labora' que las ayuda a subsistir de forma independiente. El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, no ha dudado en añadir que además sus dulces son un «motivo de encuentro y de alegría» y que todos «están divinos», además de acompañar de manera esperanzadora al calendario. «Entre salado y dulce, la vida se va gastando y toca afrontar la muerte, y la propuesta que hay después, que es de vida», ha recordado, en referencia a la festividad de Todos los Santos.

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