«No se me ocurre cómo poder haber evitado» el siniestro en la Hullera
Un vigilante de primera asegura en el juicio por la muerte de seis mineros que en el Pozo Emilio «siempre estaba todo normal»

El vigilante de primera de la Hullera Vasco Leonesa José Ramón González, que este martes ha declarado en el juicio por la muerte de seis mineros ocurrida el 28 de octubre de 2013, coincidió con el resto de acusados que le precedieron en señalar que el siniestro fue imprevisible. «No se me ocurre cómo poder haberlo evitado», ha afirmado en manifestaciones a su defensa.
«No hubiera entrado yo», ha señalado respecto a la posibilidad de que la explotación presentase algún riesgo conocido. Respecto a los registros de metano y dado que la tragedia ocurrió por un escape de grisú ha comentado que eran «los normales para ese macizo y esa fase de la explotación». Ha añadido que «siempre estaba todo normal y el vigilante nunca me expresó que estuviera nada mal». «El vigilante de segunda es el responsable, mientras está en el taller, de todas las personas que aparecen en tu hoja, para lo bueno y para lo malo», ha expresado.
En el mismo sentido se ha manifestado otro vigilante de primera, Óscar Luis Dopazo. «Nunca tuvimos nada que fuera fuera de lo normal. Siempre estuvo el gas en lo que permite la ley. Es todo normal en este método de explotación», ha declarado como acusado en el proceso.
«Son mineros, no maderos con ojos»
Otro de los vigilantes de primera de la Hullera Vasco Leonesa Carlos Conejo Lombas ha manifestado que en la zona siniestrada no se habían producido quejas por las condiciones de seguridad. «Allí nadie protestó. A veces la gente entra a trabajar y son los primeros que se quejan y no trabajan. Son mineros; no son maderos con ojos. Si hay mucho metano o mucho polvo no se trabaja», ha remarcado.
También ha sido el turno de declarar del ingeniero de minas que ejercía como Jefe del Departamento de Seguridad y del Servicio de Prevención de Riesgos de la Hullera Vasco Leonesa cuando ocurrió el siniestro y ha asegurado que no fue requerido para elaborar ningún informe ni por la autoridad laboral ni por la minera tras lo ocurrido.
José Marcos Ulecia Román ha señalado que los valores de las mediciones de metano que se llevaban a cabo de forma permanente arrojaban «valores normales» y ha asegurado que pudo comprobar que antes de su llegada a la empresa -se incorporó pocos meses antes de la tragedia- «se habían tomado un montón de medidas para favorecer la seguridad en la explotación» tras los accidentes previos en la zona afectada por el siniestro, informa Ical.
Por último, el ingeniero técnico auxiliar de la empresa Jairo Gómez, ha declarado que él cumplía «a rajatabla las normas de seguridad». «En una mina el riesgo cero no existe. Siempre existe riesgo. Para nada es previsible», ha llegado a afirmar en el juicio, donde, al igual que el resto de los acusados que han declarado hasta el momento, ha indicado no percibir nada extraño en los días anteriores a la tragedia que se cobró la vida de seis mineros.
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