La «celebración» de la poesía «como aliento de vida» de Fermín Herrero
El escritor soriano presenta en Valladolid su libro 'Estancia de la plenitud'
Fermín Herrero: «La mía es una poesía a contracorriente»

Dice Fermín Herrero (Ausejo de la Sierra, Soria, 1963) que escribe con «afán de conocimiento», y que para él la poesía «es la única manera de intentar ir más allá del pensamiento». Ese ha sido su empeño desde que hace más de treinta años ... publicara su primer poemario, 'Anagnórisis'.
Desde entonces, el autor soriano no ha dejado de encadenar versos. Los últimos, en 'Estancia de la plenitud' (Pre-textos, 2023) un libro que ha concebido como «una especie de homenaje, una alabanza, una celebración de todo lo creado», pero sobre todo de la poesía «como aliento de vida, como arraigo en el mundo».
«A pesar de que son tiempos bastantes sombríos, en los que todo se banaliza y frivoliza», la literatura siempre ha estado ahí, y la poesía ha sido «fundamental» en la vida del Premio Castilla y León de las Letras, así que le debía una conmemoración. 'Estancia de la plenitud', que el autor presentará este martes 7 de noviembre en la librería Oletum de Valladolid, reúne más de 30 poemas. Salvo un par de excepciones, gran parte supera los veinte versos, «probablemente, porque cuando has publicado ya muchos libros, de manera inconsciente intentas no siempre hacerlo de la misma manera. Es como una salida», apunta.
En ellos, la naturaleza vuelve a estar muy presente. También la memoria y el tiempo vivido. «Para mí, el sentimiento de la naturaleza no se termina nunca. Es una fuente de emoción», recuerda respecto a lo primero. En el monte el autor encuentra refugio y, sobre todo, inspiración: «Espero a ver qué me puede transmitir». Allí toma notas. A veces los poemas le llegan «andando», al menos «algunos versos» porque «entero, ya es más difícil». Otros están escritos «en un lugar donde voy a estar y a esperar a la poesía», una especie de «despacho al natural donde no pasa nadie en días».
En este último poemario hay versos recientes. También alguno más antiguo, como el dedicado al escritor extremeño fallecido José Antonio Gabriel y Galán. Fermín Herrero se ocupa también de Castilla y sus circunstancias. «Mucha más vida tienen (los girasoles) que el pueblo muerto en la ladera, tendido al alba», recoge uno de sus textos, en el que pone en contraste «la pujanza del campo, esa sensación que da la plenitud floral, con un pueblo en ruinas, que al final es la imagen de Castilla». Una tierra que el poeta retrata, sobre todo, en invierno.
Poemas «otoñales»
«Es un libro que habla sobre la plenitud vital relacionada con la madurez, posiblemente, por eso haya más poemas otoñales o invernales». También, porque «probablemente» son las dos estaciones con las que más se identifica, confiesa: «La primavera siempre es engañosa y el verano, para mí, es aplastante». Además, añade el colaborador de 'Artes&Letras' de ABC, «el invierno es una estación relacionada un poco con el pensamiento, la lucidez. Decía un verso de Gil de Biedma que era la estación de los estudios nobles». «Tanto como eso no lo sé», pero sí admite que tiene que ver con su propio carácter, «castellano, retraído, seco, austero»: «Al final, se trasluce en lo que escribes. Determina un poco la forma y también el contenido».
E influye igual «el poso de la memoria». Aunque en este libro ha procurado que la mayor parte de los poemas sean «del instante», en el sentido de que «muchos son fruto de la contemplación y de la quietud y búsqueda del silencio», es inevitable que el tiempo pasado esté presente: «Somos lo que hemos vivido». Aún así, insiste: «He intentado no recurrir a la nostalgia y melancolía».
Más lector de ensayo y filosofía que del género que cultiva, el también ganador del Premio de la Crítica recuerda que comenzó con la prosa, pero lo dejó porque se dio cuenta de que «no valía. Escribía muy lírico». Por ello, adoptó la poesía «como forma de expresión». También porque piensa que ésta, que sitúa más cerca de la filosofía que ningún otro género literario, «permite avanzar en el conocimiento de uno mismo. De las cosas que has vivido o has sentido, y te procura dar respuestas para la vida, aunque no sean certeras, pero sí en forma de consuelo y compañía, que es lo esencial».
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