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Deportes

Anita Luján, campeona también con muletas

se rompió el cruzado y el menisco y tiene el cartílago afectado

La jugadora conquense, a quien su rodilla derecha dijo basta y estará un año de baja, ha levantado la Eurocopa de fútbol sala por la generosidad de sus compañeras

Las campeonas invisibles

Anita Luján (arriba), con el trofeo conquistado en Hungría Selección
Juan Antonio Pérez

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Asegura Anita Luján (Cuenca, 1991), la jugadora española de fútbol sala más laureada de la historia, campeona de todo, que cuando su rodilla derecha dijo basta se encontraba en «el mejor momento tanto personal como deportivo». Esa rotundidad sorprende un poco en alguien que, a sus 31 años, suma literalmente media vida en la élite. Debutó con 15 en Primera y con 17 ya formaba parte de la selección.

Nunca había tenido la mala suerte de sufrir lesiones graves. Sin embargo, a finales de noviembre en un partido con su club, el Futsi Atlético Navalcarnero, en una acción por la banda de uno contra uno, la defensa fue al suelo a intentar robar el balón, Anita saltó y al caer notó que «algo pasaba». El diagnóstico confirmó la peor de las noticias: rotura del ligamento cruzado anterior, que también se llevó por delante el menisco interno y afectó al cartílago, lo más complicado de recuperar.

El tiempo de baja estimado en estos casos oscila entre los diez y los doce meses, siempre que vaya bien. Mientras cuenta los días, las horas y hasta los minutos para volver a la cancha, Anita viajó hace un par de semanas a la 'final four' de la Eurocopa en Debrecen (Hungría), porque Claudia Pons, la seleccionadora, «quería que ayudara al grupo desde fuera». Y sus compañeras, tan buena gente, primero ganaron el torneo y luego le pidieron a la eterna capitana, ahora en muletas, que levantara la copa.

«Ha sido una experiencia muy bonita. Ves que están a tu lado no solo cuando las cosas salen bien. Yo en mi vida lo he pasado tan mal en un partido de fútbol sala como en la semifinal contra Portugal. Desde la grada sólo puedes animar y hubo un momento, a falta de tres minutos, en el que dije: 'Me voy del pabellón'. Y al final aguanté». Lo cuenta en una conversación telefónica con ABC antes de pasar de nuevo por el quirófano para limpiar adherencias que se le generaron tras la primera operación. El objetivo es que la articulación gane movilidad.

«Es verdad que es duro y es un proceso largo, pero estoy aprovechando para hacer otras cosas: para pasar más tiempo con la familia, con los amigos, para estudiar. Bueno, para estar más tranquila. Obviamente, echo de menos el fútbol sala porque es lo que más me gusta», reconoce.

Antes de la lesión, su rutina era un correcalles. Las mañanas las dedicaba a hacer entrenamientos personales a domicilio y por la tarde salía de casa en dirección a Navalcarnero a las seis, volviendo de entrenar a las once y media de la noche.

A pesar de su impresionante palmarés, nombrada la segunda mejor jugadora del mundo en 2019, Anita no puede dedicar el cien por cien del tiempo al balón. «Yo me siento profesional porque mi prioridad es esa, pero es verdad que no te da para vivir», explica, añadiendo que en España quizá el Burela, en Lugo, sea el único equipo que lo ha conseguido.

Ella hizo Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y en la actualidad está estudiando Fisioterapia. Ha vestido 121 veces la camiseta de la selección española, la que más con 20 partidos de diferencia, y no ha podido disputar todavía el Mundial al no haberse organizado ninguno, lo cual es un discriminación evidente hacia las mujeres difícil de entender. «El motivo no lo sé. Ahora dicen que se va a hacer, pero tampoco me lo quiero creer porque ya se ha dicho otras veces», admite resignada.

Eso no ha impedido que la Junta le haya concedido este año la medalla de oro al Mérito Deportivo. «En Castilla-La Mancha han tenido muchos detalles conmigo y me hace ilusión», comenta.

Nacida en Cuenca durante las fiestas de San Mateo, ha residido desde pequeña en Alcalá de Henares (Madrid). Sin embargo, sus padres son conquenses y allí la siguen esperando tíos y primos. Como aguarda su regreso el mundo del fútbol sala, aunque Anita, una de sus estrellas, pide calma: «No quiero volver a medias. Me hice una resonancia hace poco y parece que el cartílago va evolucionando bien, pero hay que ver cómo responde».

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