demografía
Los nacimientos crecen en Castilla-La Mancha por primera vez desde el año 2008
Reportaje
Aunque son datos provisionales, el algodón no engaña: se ha pasado de 14.075 en 2023 a 14.418 de 2024
Se incrementan en las cinco provincias, con Cuenca, la menos poblada, a la cabeza: de 1.242 a 1.361, casi un 10% más
Esta es la nacionalidad que más ha aumentado su población en Castilla-La Mancha en el último año según el INE

Castilla-La Mancha está de enhorabuena. En 2024 nacieron más niños que el año anterior. En concreto, fueron 14.418 por los 14.075 de 2023, es decir, 343 más (un 2,4%). Aunque los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta semana son provisionales, el algodón no engaña. Sobre todo si se tiene en cuenta que hacía 16 años, desde 2008, que en la región esto no ocurría.
La segunda buena noticia es que hubo más natalicios en las cinco provincias y que el mayor incremento se produjo en Cuenca, la menos poblada. Los 14.418 niños que vinieron al mundo el año pasado se distribuyeron de la siguiente manera: 5.320 en la provincia de Toledo (123 más que los 5.197 de 2023, un 2,4%), 3.275 en Ciudad Real (52 más que los 3.223 de 2023, un 1,6%), 2.577 en Albacete (14 más que los 2.563 de 2023, un 0,5%), 1.885 en Guadalajara (35 más que los 1.850 de 2023, un 1,9%) y 1.361 en Cuenca (119 más que los 1.242 de 2023, un 9,6%).
El caso de Cuenca es el que mejor ejemplifica el cambio de tendencia. La provincia no registraba tantos nacimientos desde antes de la pandemia y, a nivel nacional, es la tercera donde más han subido, sólo superada por Cantabria y Segovia.
Y como suele pasar cuando vienen bien dadas, a los políticos les ha faltado tiempo para sacar pecho. Javier Cebrián, diputado de Reto Demográfico de Cuenca, habló el viernes, en el Foro Empuéblate de la Fundación Eurocaja Rural, de la conexión de la provincia con Madrid o el Levante mediante el AVE y de un Plan de Industrialización que ha conseguido atraer a empresas internacionales como la italiana Fassa Bortolo en Tarancón, la japonesa Sumitomo en Cuenca capital, la alemana Mahle en Motilla del Palancar o la china Kingfa en Montalbo.
El objetivo es «doblar la curva de la despoblación» y «estas posibilidades laborales están permitiendo que familias jóvenes estén apostando por quedarse». De hecho, Cuenca vuelve a rozar la barrera simbólica de los 200.000 habitantes.
Por otro lado, el crecimiento del 2,4% de Castilla-La Mancha multiplica por seis la media nacional. En España hubo 322.034 alumbramientos en 2024, que fueron 1.378 más que el año anterior (un 0,4%). Castilla-La Mancha se situó sexta entre las comunidades y ciudades autónomas tras Cantabria, en cabeza con una subida del 13,3%; Islas Baleares, con un 5,7%; Castilla y León, con un 5%; Madrid, con un 4,7%; y Melilla, con un 3,8%. En la esquina contraria se ubican Galicia, con un retroceso del 4,4%; País Vasco, con un 3,7%; y Canarias, con un 2,5%.
El factor económico
En todo caso, para dar un contexto adecuado, no se puede obviar un dato clave: el del récord de población. Si España ha superado los 49 millones de habitantes por primera vez en su historia (49.077.984 de habitantes a 1 de enero de 2025), en Castilla-La Mancha somos 2.120.261, también la cifra más alta de siempre. Y hay otro factor que tampoco resulta desdeñable: la economía. Por simplificarlo mucho, la regla de tres es que cuando el dinero fluye, la población aumenta y, como consecuencia, nacen más niños.
No es casualidad que en 2008, el año en el que pinchó la burbuja del ladrillo, acabándose los días de vino y rosas, hubiera 23.038 nacimientos en Castilla-La Mancha y desde entonces se fueran reduciendo curso a curso hasta tocar fondo con los mencionados 14.075 de 2023, un 38,9% menos en apenas década y media.
En este sentido, la tasa de natalidad (número de nacimientos por cada 1.000 habitantes) varió del 11,24% de 2008 al 6,72% de 2023. Mientras, el índice de fecundidad (número de hijos por mujer) cayó de 1,50 a 1,18 en ese mismo intervalo de tiempo.
Saldo vegetativo negativo
Por último, el saldo vegetativo cada vez es más negativo en la región. Si en 2015, el primer año en el que se inclinó la balanza de forma definitiva y no puntual, hubo 18.214 nacimientos y 19.923 defunciones (un saldo de -1.709), en 2024 fueron 14.418 y 20.042, respectivamente (un saldo de -5.624). Quiere decirse que la diferencia se ha triplicado en nueve años.
La defunciones se incrementaron un 0,7% a nivel nacional en 2024, pero en Castilla-La Mancha se elevaron un 3,1%, la quinta autonomía que más. Por encima estuvieron Cantabria (6,1%), Castilla y León (5%), Extremadura (5%) e Islas Baleares (4,2%).
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